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-Traquila El, ya pasó -Max le pasó la tercer caja de pañuelos a Eleven, que estaba llorando descontroladamente. Estaban abrazadas en la cama de Max mientras esta la consolaba y aunque ya no sabía que decirle para hacerla sentir mejor, seguía intentando hacer que dejara de llorar.

-¿Te diste cuenta que ni siquiera le importó cuando se lo dije? ¡No le importo! -Se separó del abrazo y hundió la cara en una almohada que estaba tirada. Max suspiró cansada y se paró de la cama para ir a buscar libros.

-Leamos algo ¿sí? Así te olvidas de él un rato

-Quiero helado -Dijo de repente sacando la cara de la almohada -¿Tienes?

-Eh no, solo tengo abrazos para hacerte sentir mejor, no hay mucho-Apenas terminó la frase y la chica largó a llorar otra vez -¡Te dije que había algo malo en él! La moraleja de esto es que debes escuchar a Max, Max es sabia

-¿Por qué no me dijo directamente que no me quería?-Ahora estaba más tranquila. Triste, pero tranquila.

-Porque es un cobarde -Se encogió de- hombros y volvió a sentarse con El -Que pena por él, porque se pierde una chica maravillosa

-¿Tú crees que soy maravillosa?

-Eres una de las siete maravillas del mundo-Eleven le sonrió con un leve sonrojo en las mejillas -¿Pero sabes que es lo bueno de esto? Que tu chico no es un terrible llorón

-Pero es un buen mentiroso

-Buen punto.

(...)

Eres un completo idiota! -Dustin volvió a reir junto con Lucas a tal punto que ambos chicos se cayeron del sofá.

-No es divertido, para nada -Y Mike estaba al lado del telefono, llamando una y otra vez a la casa de los Hopper sin recibir respuesta.

-¿Podrías dejar de golpear el telefono? Lo vas a romper -Will era el menos despreocupado en todo esto (o almenos aparentaba estar despreocupado) y se no quería tener nada que ver con el problema de Eleven y Mike.

-Es todo culpa de Max

-Oh dios aquí empieza lo bueno -Dustin se sentó en el suelo mirando a Lucas, esperando que defienda a la chica.

-Ah no, a ella no le heches la culpa. Que seas un idiota con tu chica no es problema de la mía

-¡Claro que sí! Le mete ideas raras en la cabe--Mike fue interrumpido por el sonido del telefono.  No llegó el segundo ring que el chico ya había respondido el telefono -¿Eleven?

-No, soy Max ¡Deja de llamar!

-¡Pero llamé a casa de Hopper!

-Estuviste llamando a mi casa todo este tiempo. ¿tienes una idea la hora que es? Aparte ya debrías olvidarte de ella, ya tiene un hombro dónde llorar-Y cortó. Cortó dejando a Mike con la palabra en la boca. Genial, la cagó y no había marcha atrás.

-Es increíble-Colgó el telefono y se fué a sentarse al sofá -Eleven me odia por culpa de Max

-¿En serio? ¡ella no tiene la culpa!

-¡Claro que la tiene, Lucas! Sino yo en este momento estoy besandome con Elev--Pero un grito de parte de Will no lo dejó terminar de hablar. Los tres chicos lo miraron extrañado.

-¡¿Pueden, por el amor a dios, dejar de hablar de sus novias solo un maldito segundo?! -La voz se le entrecortó un segundo y los ojos se le cristalizaron. Mike fue el primero en ir corriendo hacia él pero cuando lo intentó abrazar lo corrió del lugar y se fue del sótano.
Mike lo siguió tratando de decirle que no se vaya, pricipalmente porque sabía le había dolido cuándo dijo la palabra "besandome"  y luego porque estaba lloviendo y hacia frío.

-Will, vamos... No puedes irte, está lloviendo. Escucha, lo siento ¿de acuerdo? Otro día estaremos jugando de nuevo Calabozos y Dragones, solo que ahora no tenemos ganas

-Sí, Mike, ese es el problema. Ya nunca tienen ganas -De los nervios que tenía ya ni siquiera podía sacarle la traba a su bicicleta o guardar sus cosas en la canasta -¿Saben qué? ¡arruinan todo! ¿y por qué? ¿para estar con unas estúpidas chicas?

-¡El no es estúpida! No es mi culpa que no te gusten las chicas - Mike se arrepintió al instante de decir eso. Vió como la cara de Will se cambiaba de enojo a tristeza -No quiero lastimarte ¿De acuerdo? Pero ya no somos niños. ¿Qué pensabas? ¿Qué nunca tendríamos novias? ¿Qué solo seguiríamos en mi sótano jugando toda la vida? -Un silencio se apoderó del lugar. Un enorme e incómodo silencio.

-Sí, Mike, eso pensaba -Y se subió a su bicicleta para desaparecer en el camino. Tal y como ellos dos querían hacer en ese momento: desaparecer. Desaparecer un segundo de la vida del otro y verificar que no podían vivir sin ese gran pero secreto y doloroso amor. Porque era doloroso y ambos lo tenían bien en claro, pero nunca lo dirían.

ᴍʏ ʙᴏʏ  •  ʙʏʟᴇʀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora