PARTE I: La travesura de la playa

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La siguiente historia es mi pequeño homenaje a la encantadora miniserie de los años ochenta sobre Anna de las Tejas Verdes y está inspirada en su totalidad en Jonathan Crombie y Megan Follows, quienes tanmaravillosamente interpretaron a los protagonistas principales.

¡A todo quienes pasen por aquí tomándose un tiempito para leer, de corazón les doy mil gracias!

Un abrazo

Belén

NOTA: Este fanfic contiene historias que pudiesen haber acontecido dentro de la trama original de la miniserie. Este primer capítulo es basado en la época en que Anne y Gilbert eran rivales en la escuela, no mucho después de que ella llegara a Tejas Verdes.

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El día en que Anne comprobó en sus sospechas que Gilbert Blythe tenía un comportamiento extraño para con ella, fue durante una pequeña expedición que organizó Mr

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El día en que Anne comprobó en sus sospechas que Gilbert Blythe tenía un comportamiento extraño para con ella, fue durante una pequeña expedición que organizó Mr. Phillips en la escuela para enseñarles sobre los diferentes tipos de flora y fauna en la Isla del Príncipe Eduardo.

Ella ya se había adaptado para entonces a las clases y ambos eran rivales por conseguir el primer puesto en calificaciones. Por lo tanto en su caso, habiendo soñado siempre con tener una educación, el sólo hecho de tenerlo a él como principal competidor...aquel chico popular y extrovertido que consideraba a la vez un tanto presumido por tener de admiradoras a todas sus compañeras de clase y que se había atrevido a burlarse sin consideración del color de su cabello durante su primer día de clases; le motivaba a esmerarse cada día y quemarse las pestañas de ser necesario por no dejar que le ganara en cuanto a logros estudiantiles. Era una promesa que se había hecho a sí misma, el no dejar que se vanagloriara de su superioridad con ella y que intuía que Gilbert Blythe imaginaba, puesto que en más de una ocasión le había sorprendido observándola de lejos.

Sin embargo fue en aquella ocasión, en la única convivencia al aire libre que tuvieran con el profesor Phillips durante su estadía en Avonlea, en que percibió que él quizá del todo no quería ser para ella sólo un contrincante o enemigo.

Ese día, no mucho después de partir todos de la escuela, cuando iba tomada del brazo de Diana como siempre, charlando con su mejor amiga de un montón de cosas sin aburrirse y riendo sin parar como solían hacer, en algún momento de casualidad o quizá atraída por el magnetismo de una potente mirada, se volteó a echar un vistazo hacia atrás a quien venía detrás de ellas y lo descubrió entonces a él. Un tanto alejado de sus amigos, callado y misterioso, mientras caminaba con las manos en los bolsillos con la vista fija en ella. Su actitud era dubitativa, según Anne pudo notar, como si quisiese decirle algo y no se atreviese y estuviese esperando el rato adecuado, como si estuviese siguiéndola además y en realidad no al resto del grupo.

Anne se extrañó de inmediato, sintiendo un inusual nerviosismo en su interior y enderezándose por lo tanto, apremió a Diana para que se adelantaran entre los demás, explicándole a su amiga que así podrían atender mejor al maestro cuando empezase a exponer la clase. Todo mientras internamente trataba de esconder la repentina descompensación que le adviniera sin razón.

LA CHICA DEL CABELLO DE FUEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora