Capítulo 7: Primer acercamiento.

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Andrew.

Las risas se oían fuertemente desde el jardín; mientras las chicas practicaban una nueva rutina de baile con la ayuda de Lyz, nosotros jugábamos un poco de basquetball.

El teléfono de la casa sonó y mi hermana me lanzo una mirada para que yo fuera a contestar, a regañadientes lo hice. Camille podía ser muy persuasiva en algunas ocasiones.

Cuando conteste era uno de esos anuncios de ventas. Rodé los ojos.

Colgué, pero cuando estaba por volver con los demás una fotografía llamo mi atención.

En la foto estábamos Camille, mis padres y yo el día de mi último cumpleaños que pasamos juntos. Los cuatro nos veíamos muy felices juntos, como al familia que siempre habíamos sido.

La siguiente era del día de mi graduación, en esta pude ver que el brillo en los ojos de mi hermana había desaparecido.

Sin poder evitarlo voltee a ver a Camille al jardín con los demás, mi pequeña estaba riendo.

Desde la muerte de Liam mi hermana había dejado de reír, pero ahora volvía a hacerlo; era sorprendente cuanto había cambiado en el mes que llevábamos en Nueva York, ahora tenía amigos y sonreía, ella de verdad estaba sonriendo, no fingiendo que lo hacía.

Una sonrisa se formó en mis labios al ver a John acercarse a ella, sabía que él y Dianna tenían mucho que ver en que ella estuviera mucho mejor.

-¿No te han dicho que es de mala educación espiar a la gente?- Salte al oír la voz de Dianna tras de mí.

-¡Dios, me asustaste!- puse una mano de forma dramática sobre mi pecho.- Pude haber tenido un ataque al corazón por ti.

Ella rio y se encogió de hombros.

-Tal vez si, tal vez no.

-Ya vi cuanto te preocupas por mí.

-Y según yo la dramática era tu hermana.

-Oh, ella es la reina del drama. Todo lo que se lo aprendí de ella.- la chica rodó los ojos para después clavar su mirada en la fotografía en mis manos. La imite.- Eran mis padres.

-Tu madre era muy bella.

-Lo se... Camille se parece muchísimo a ella. No solo en lo físico... mi mamá era la persona más dulce del mundo y mi hermana es igual.

-Los extrañas mucho, ¿no?- se sentó sobre el brazo del sofá, observándome.

-No tienes idea de cuánto.- suspire.

Nunca había hablado con nadie que no fuera Cam de esto, pero Dianna me daba mucha confianza para hacerlo.

-Lamento decir que tienes razón.- se acomodó el cabello detrás de la oreja con una mano mientras con la otra tocaba el collar que colgaba de su cuello- Mi madre murió al darme a luz y a mi padre nunca lo conocí, la dejó cuando le dijo que estaba esperándome, así que no sé lo que es extrañarlos.- sonrió un poco.- No debió ser fácil para ti, solo eras un niño, apenas tenías 10 años y de pronto te viste en la obligación de cuidar a una niña de 8...

-Era mi abuela quien cuidaba de nosotros.- asegure, sonriendo un poco recordando los años que pasamos con ella y todas las travesuras que le hicimos a la pobre mujer, pero que a pesar de todo nos amó con todo su ser y procuro que fuéramos felices a su lado.

-Cam me contó... Me dijo que desde que tus padres murieron te convertiste en un padre para ella. Y luego fue oficial, ¿no? Ante las leyes tú eres su tutor... Tienes 19 años y eres tutor de alguien. Eso es admirable.

Pacto De SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora