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Recargada sobre una superficie lisa y fría, llevaba en ese lugar aproximadamente 20 minutos, no había señales de que él vendría, no se escuchaba ningún sonido, estaba todo muy tranquilo, hasta que el llamado del ascensor se escucha, veo salir a Jimin, tenía un rostro muy demacrado, parecía casi muerto, con rapidez me acerco hasta él, por lo que para su caminar

- ¿__? ¿Qué haces aquí? -

- ¿Estás bien? ¿Necesitas ayuda?- respondió con un simple movimiento de cabeza, de arriba hacia abajo- Necesito pedirte un favor, pero veo que no estás en condiciones, será mejor que vayas a descansar

Intenté acercarme pero se aparto rápidamente

- No, estoy bien, en serio., Sobre el favor, dime qué necesitas, yo te ayudaré-

- No te diré nada hasta que vayas a descansar, te ves muy enfermo-

No tuvo tiempo de refutar ya que se mareo y casi pierde el equilibrio, pero pudo apoyarse de la pared, no deje pasar más tiempo y me puse al costado izquierdo de él, pase su brazo al rededor de mi cuello, rodeé su cintura con mi brazo libre, deje que cargará un poco de su peso sobre mí., Caminamos juntos al elevador, estando ahí, se recargó sobre una de las paredes de este mientras yo oprimía el botón que nos llevaría al primer piso, al notar que no se encontraba en buenas condiciones tendría que acompañarlo, por ese motivo saque mi celular y le mande un mensaje de texto al CEO y a los chicos.

- N-no sab-bes en dónde vi-vivimos- apenas pudo articular

- Si, si se en donde viven, no te preocupes por eso, una vez que te deje en casa pasaré a comprar medicina - Jimin se veía en un estado horrible, su tono de piel se había vuelto más claro, se pronunciaron sus ojeras, los labios estaban resecos, se veía muy débil.

- No tienes que hacer esto - esta vez intento zafarse de mi agarre, pero no permití que lo hiciera.

- ¿Por qué lo dices? - esta vez quería escuchar lo que decía, estaba curiosa por saber, si su forma de pensar hacia mi había cambiado.

- Porque no es necesario, después de que te fuiste, estábamos conscientes de que no sería lo mismo, pero no sabíamos cómo nos iba a afectar, una vez que nos dejaste, tuvimos que aprender a "reparar" un corazón roto, por eso, tengo miedo, miedo a que regreses y nos vuelvas a romper el corazón - después de oír las palabras que dijo, sentí como el vacío de mi corazón se hacía más grande.

Tiene razón, no les puedo hacer eso, ¿Qué clase de persona sería si los lastimo otra vez?, pero...
Le prometí a Nam que iría a verlos, solo aclararemos los asuntos que quedaron pendientes.




















Azul cielo, azul marino, amarillo ocre, verde, color durazno, había muchos colores en un cuadro que estaba observando, me encontraba en la habitación de Jimin, aproximadamente como media hora atrás habíamos llegado al departamento.

-Vamos, siéntate, necesito que comas y tomes la medicina- dije sosteniendo la mesa de cama en mis manos, en esta había una sopa juk, un té, cubiertos y la medicina.

Jimin se resistió a comer, pero se dio cuenta que tenía que hacerlo si quería estar bien, así que, poco a poco fue acabandose el platillo, acto seguido tomo la pastilla y  como de un dulce se tratase se la paso, no necesitó el té que le había traído, parecía que estaba muy acostumbrado a tomar pastillas.

- Este... , ¿Puedo hacer una pregunta? -

Sin esperar que me contesté me quedo en silencio, pero se percató que no decía nada, me miró extrañado, pero enseguida volvió a su mirada fría y cortante.

- Adelante, pregunta lo que quieras -

- ¿Por qué te desagrado?, parece que me odias -

Pasaron los minutos y ningunos de los dos volvió a decir algo, solo nos quedamos en un silencio incómodo, sin más Jimin suspiro y arrugó el entrecejo.

- No te odio, no te desprecio, no me desagradas, ninguna de las locuras que piensas son correctas - se escuchó otro suspiro por parte de él, esta vez relajó su entrecejo y me miró directo a los ojos - Aún te amo -

Me sorprendieron las palabras que dijo, mi cara se puso roja y mi expresión era de asombro, Jimin lo decía en serio, se notaba en su mirada que no estaba mintiendo, de un momento a otro sentí como unos brazos me rodeaban y como caían pequeñas gotas de llanto, todo este tiempo pensé que me odiaba pero no era así, me preocupé por cosas que ni siquiera debí pensar, fueron pensamientos muy egoístas de mi parte, pero no pude evitar pensar en eso.

- Pensé que me odiabas, eso es muy egoísta de mi parte ¿no? - no pude evitar emitir una risita suave, Jimin siempre ha sido un caballero y eso no ha cambiado.

- No, no es egoísta, es normal que alguien piense eso, hasta yo lo he pensado -

Nos quedamos unos minutos más en esta posición, pero se quedó dormido, sentí como su cuerpo se volvía más pesado y su respiración más suave y lenta, lo acomodé en su cama y salí de su cuarto...





After the breeze of happinessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora