La siguiente obra no pretende difundir temáticas en contra de la moral, todo acto realizado y descrito es ficción.
Calor, cariño y amor, son las primeras sensaciones que se experimentan cuando llegas a este mundo. La dulce calidez que rodea tu pequeño cuerpo es la de una persona que te ha estado esperando durante mucho tiempo. ¿Recuerdas sus tibios brazos rodearte, sonreír y llorar por tu delicadeza y belleza?
Nueve largos meses de espera, la alegría se vuelve ansiosa, mientras las ilusiones crecen con el paso del tiempo al igual que la maravillosa imaginación hace su trabajo.
Saitama nunca planeó nada de lo ocurrido, pero, escogió un camino del cual, jamás podrá arrepentirse, se enamoró de la persona equivocada, pero fue más el cariño que sintió cuando observó por primera vez los bellos ojos de sus pequeños. Y fue ahí cuando tomó la elección de cuidarlos, de arriesgar su vida, viviendo así, en un mundo al que alguna vez lo asustó.
—¡Ya déjame tranquila!
—¡Tatsumaki, ya basta! ¡Ellos no están listos para esto! Compréndelo de una buena vez, Shigeo aún es muy pequeño.
Los gritos y discusiones eran como el pan de cada día en aquel pequeño departamento; la joven pareja que lo habitaba tenía la tendencia a pelear la mayoría de los días de la semana, sin embargo, muchas de las ocasiones las riñas eran causadas por los caprichos de la "joven" de cabellos esmeralda. Lastimosamente esa misma noche de invierno, la discusión había llegado demasiado lejos esta vez.
—Shigeo quedará a tu cuidado.
Habló cortante la más pequeña, mientras acomodaba las maletas en la cajuela del automóvil. Levitando a tan solo unos centímetros del suelo, envuelta en un magnético resplandor esmeralda. Intentando imitar la altura de su pareja.
—Shigeo y Ritsu son muy pequeños, por favor, reconsidera esto Tatsumaki.
Su semblante era calmado, no perdería la compostura por culpa de la niña mimada que tenía como pareja, en sus brazos mantenía fuertemente abrazado contra su pecho, envuelto en las pequeñas sabanas de estrellas al menor de los hermanos.
La chica bufó molesta por el comentario, dándole la espalda ofendida por lo dicho, ya estaba cansada de intentar hacer entrar en razón a su pareja; no solo añoraba su libertad, también estaba desesperada por la supuesta desaparición de su hermana menor, de la que no sabía su paradero.
Ser una joven artista en el mundo, no había sido nada sencillo; sus obras y pinturas eran asombrosas, pero, ser parte de algo tan grande como lo era el estrellato, no le importaba tanto si no podía vigilar a su pequeña hermana. Esa fue la principal causa para exponer su trabajo, pues desde que su hermana menor decidió vivir "gran vida", ya no la veía tan seguido. Y menos después de enterarse del supuesto tórrido romance con un simple creador de videojuegos la desespero en demasía. Fue ahí cuando Saitama le cuestionó sobre la obligación de verla feliz y como esta era cuestionable.
—Fubuki ya es lo suficientemente mayor como para cuidarse sola, si quiso irse con alguien, deja que lo haga, si desea trabajar, déjala hacerlo.
—Eso no te incumbe Saitama.
—¡Si claro, no me incumbe, pero quieres separar a tus hijos para ir a buscarla! ¡Pues ellos si que me incumben!
La desesperación y furia se podría ver en los ojos castaños del azabache, no comprendía la manía de su pareja al momento de hacer sufrir a su propia hermana. Menos aún cuando actuaba como una irresponsable con sus hijos. No dudaba que Fubuki no los amara, pues ella desde que los conoció se había encariñado de inmediato.
Tatsumaki suspiró molesta ante el reproche de su ahora ex-pareja. Se arrepentía de haber bebido esa noche de fiesta en la asociación.
—Ya cállate, si no fuera por mí, no tendrías siquiera un trabajo.
La poca cordura de Saitama se esfumó después de escuchar las palabras de la chica, encaró a la chica, fulminándola con la mirada, si bien era cierto que antes de conocerla era un desempleado, no fue sino gracias a Fubuki, quien amablemente le consiguió una entrevista. Además de que Bang le ayudo mucho con el actual puesto que ejercía dentro de esa compañía.
—Claro, como si tú fueras el pináculo del mundo dentro de la mafia esa.
La chica giró de inmediato, evitando la mirada del más alto mientras bufaba en respuesta, molesta por el comentario. Sonrió cínicamente después de uno segundos para finalmente darle una bofetada.
—Más famosa que tú si soy, me das asco, piérdete.
—Piérdete tú, mocosa presuntuosa.
El sonido de otra bofetada se escuchó para ser seguido por el de la cajuela cerrándose.
—Lleve mis pertenencias al nuevo departamento—. Ordenó al taxista levitando aún más alto, alejándose del lugar.— Lleva a Ritsu mañana por la mañana a ese departamento Saitama.
El silencio reinó por unos minutos en el lugar, la incomodidad era palpable en el ambiente; frunció el ceño molesto, apretando sus nudillos.
—Niña malcriada.
Sin embargo, ninguno de los dos vio como unos pequeños e inocentes ojos caoba, observaban expectantes la escena, esperando a que las cosas no sean más difíciles en el futuro.
Dedicada a -LazyKarma, sé que tal vez no es mucho pero espero en verdad que te guste tanto como a mi.
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Maternité parentale
Short Story[Modern Au] «No sufras; baila, llora, grita, corre y sonríe, pues la vida solo es una.» La vida no siempre es buena, Genos había sufrido demasiado a lo largo de ella, después de aquel fatídico día su vida cambiaría para mal a peor. A pesar...