Capítulo 1🌱

262 30 50
                                    

La universidad.

Era un gran cambio a ir al colegio, estaba a punto de comenzar una etapa de mi vida muy diferente a lo que realmente estaba acostumbrada.

Me sentía bastante confundida, ya que Gilbert y yo quedamos en ser novios por correo. Y, quedaban tres meses para Navidad. Por lo tanto, ¿sería demasiado tiempo sin vernos? ¿Podríamos mantener a flote esa relación?

Y lo más importante de todo, debía aclarar con él si éramos novios, en el significado completo. O, solo mediante cartas.

Para mí significaba mucho entregarle mi más preciado corazón. El amor siempre fue una de las posesiones más valiosas, que temía entregar por completo. Y dadas las circunstancias de que nunca pensé que alguien sintiera algo por mí. Mucho menos amor.

El afecto, no fue una de las primeras cosas que recibí en mi infancia. Hasta que Marila y Mathew me adoptaron, nunca había pensado exactamente en lo que significaba esa palabra, que tanto escuchaba.

Ni tampoco había recibido un regalo por Navidad, hasta entonces. Ni siquiera por mi cumpleaños. Ya que no había nadie que se preocupase por mí.

O al menos, no había quien se preocupara de verdad.

Diana y yo hemos estado yendo últimamente mucho a la biblioteca de facultad, a leer y a hacer trabajos que nos habían mandado los primeros días.

Las noches eran largas, ya que a penas dormíamos. Al principio, me daba por mirar por la ventana y miraba hacia el cielo en busca de una estrella fugaz. Incluso, me ponía a mirar detalladamente los objetos que pertenecieron a mi madre.

Haber descubierto que era pelirroja al igual que yo, fue uno de los momentos en el que más feliz me sentí. Ya que, no solo significaba que lo había heredado de ella. Sino, que yo era fruto del amor que tenían mis padres, y no quisieron abandonarme.

Solo, se fueron de este mundo cruel. Antes de tiempo...

—Diana—le hablo y ella me mira atenta desde su cama—. ¿Alguna vez has pensado en cómo sería tener una relación a distancia?—pregunto. Y ella alza una ceja curiosa. Se acerca hasta a mí.

—Em... la verdad, nunca lo había pensado. Ya que, no tendría el porque pensarlo—añade nerviosa. Da vueltas a su mechón de cabello entre sus manos.

—Ah, vale. ¿Y del amor en general?

—No estoy segura, supongo que el amor es complicado. Si hablas sobre Gil...—le     miro seria  y ella se calla comprendiendo que Ruby podría despertarse, y enterarse de todo.

Aunque dudaba que le molestase, porque estaba empezando a sentir algo por otro. No quería hacerle sentir mal.

—El caso es que yo se que te quiere, se lo note en sus ojos. Y no solo desde aquella vez en la que le dejé varias cosas claras en el tren, es simplemente porque te lleva queriendo desde que te conoció. Él te ama Anne. —dice esbozando una lenta sonrisa. —Eres afortunada de tener a alguien de tan gran corazón, como lo es Gilbert. Y el, lo es por igual de tenerte a ti. Eres Luz, Anne. Algún día, espero tener algún romance tan bonito como el vuestro.

—Para empezar, el nuestro no comenzó precisamente siendo un romance. Eramos compañeros de aula, nos volvimos amigos con el paso del tiempo.—hago una pausa recordando la rivalidad que teníamos cuando nos conocimos, y el tiempo que me costó darle la oportunidad de ser amigos— Y empecé a sentir cosas por él, y a verle de otra manera, ese baile hizo que muchos sentimientos, dentro de mi estómago florecieran.—sin ser consciente una sonrisa sale de mis labios.

—Hablas tan bonito sobre él, ves es a ese sentimiento al que me refería.

Frunzo el ceño. —Está bien, pero tu también podrías sentirlo. ¿Olvidas a Jerry?

—Definitivamente, lo había olvidado. Sí. Pero Anne, comprende, mis padres jamás aceptarían que tuviese un romance con él. Por más que lo quiera...—sus ojos se empapan de lágrimas en a penas segundos. —Nunca le dije que lo quería. Pero, lo hacía. Y tenía miedo...

—¡Diana! No es tarde, todavía puedes hacerlo y lo sabes—hablo decidida alentando a mi amiga a dar el paso. La tomo de las manos y ella también me las toma.

—No se, no me siento preparada aún. Lo peor es que seguro que será tarde... y si, ¿él ya me ha reemplazado?—se cruza de brazos imaginando lo peor.

—Diana, honestamente si sientes algo por alguien debes decírselo. En sus manos está su propia decisión. —hago una pausa y miro por la ventana cerrando la cortina. —Si de verdad te quería, no podra olvidarte tan fácil. Te lo aseguro.

Diana me abraza y yo le sigo el abrazo. Le doy las Buenas noches y se va a dormir. Yo me quedo en el escritorio, y empiezo a escribir una carta nueva para Gilbert.

Aún no recibí respuesta de la anterior y estoy preocupada.

Querido Gilbert,

Estos días han sido muy extraños,
se me hace raro no verte tan seguido.

Antes estábamos medio acostumbrados por los temas de tu trabajo, o por qué a penas teníamos relación. Solo eramos dos simples amigos que se amaban en secreto. ¿Supongo?

Pero, lo que siento por ti cada día se vuelve más intenso. Empiezo a darme cuenta que desearía vivir más momentos contigo, y espero que pronto nos veamos.

Te extraño Gilbert Blythe, cada día que pienso en ti solo se me sale una tonta sonrisa.

Estoy preocupada, hace una semana mande la carta y aún no obtuve respuesta. Espero que te haya llegado, y que todo este bien en Toronto.

Tuya,
Anne Shirley.

Volverte a ver (Shirlbert)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora