Lamento escribirle pero creo que es mi responsabilidad hacerlo. Conocí a Caperucita en el bosque y aunque ella lo estaba buscando a usted y yo me comprometí a ayudarla, me enamoré de ella. Se su historia y no le pido disculpas por tratar de conquistarla. Usted tuvo su momento y hoy su ausencia a sido mi mejor ayuda. Ya no llora tanto como antes. No puedo decir que lo ha olvidado, sin embargo, es mi mayor deseo. Le pido que se aleje y si realmente la ama, déjeme amarla.
Sin nada más que añadir,
Sir. Robin.
ESTÁS LEYENDO
Cartas de una fantasía.
De TodoCartas de una historia olvidada, amorios y corazones rotos. (Las cartas no son mías, no las escribí yo, simplemente las recopilo aquí todas, no quería que se perdieran en el tiempo)