Vegetta despierta asustado, la oscuridad no es exactamente su primer terror.
Alguien está sobre el, abrazándolo.
Empuja a la persona, haciendo que está se queje de dolor.
—Lo siento, creí que eras alguien más— dice la persona.
¿Es Luzu? Suena a él.
—¿Luzu?— Vegetta pregunta nervioso.
—Si...¿quién eres?— Luzu pregunta.
Vegetta se sorprende un poco.
—Soy yo, Vegetta— dice comenzando a llorar.
Y no sabe porque llora.
—Me alegra— escucha a Luzu decir.
Suena fuera de si, no tiene sentido lo que dice.
—¿No has visto a mi Auroncito?— Luzu pregunta entonces.
Y Vegetta se tensa, en la oscuridad, nadie puede verlos, no sabe dónde están por lo que entonces se da cuenta.
¿Qué diablos le hizo a Luzu?
Siente mucho odio, tanto que podría golpear a alguien en cualquier momento.
—No— dice sin más.
Y las luces se encienden.
Vegetta queda ciego por un minuto, hasta que su vista se acostumbra a la luz blanca.
Está en una habitación, blanca, y hay una ventana de cristal frente a ellos.
También hay una cama en la habitación y una pared llena de la letra A.
Vegetta traga nervioso. ¿Cuántos días ha estado ahí Luzu?
Entonces escucha pasos y se aterra, porque nunca ha podido controlar el querer atacar cuando no se siente seguro.
Y ahí está, Auron los ve por el cristal, sin sonreír, como realmente es, una persona fría.
Entra por los cristales sin importar mucho, como si la puerta fuese transparente.
—Hola— Auron saluda mirando a Luzu sin expresión.
—Auroncito— Luzu va y lo abraza.
—¿Cómo estás Luzu?— Auron pregunta comenzando a anotar en una libreta.
—Mejor ahora que estás aquí, te quiero mucho— Luzu suena demasiado aterrador.
Vegetta los ve desde su lugar, sin moverse, siente que cualquier cosa será vista en su contra.
—Luzu, porque no vas y sales a tomar aire fresco— Auron dice como sugerencia, pero suena más a demanda.
Luzu se aleja de Auron y asiente saliendo por los cristales.
Auron entonces se fija en su mirada.
Vegetta lo ve sin comprender que está pasando, su cerebro no procesa toda la información.
—¿Cómo estás Vegetta?— pregunta, pero sonríe y su voz es suave.
Vegetta se siente extraño al escuchar la voz e incluso su corazón comienza a ir más rápido.
—Bien— responde.
Aunque no quería decir eso, piensa que si es amable, Auron podría dejarlo salir como a Luzu.
—Me alegra— Auron no anota en su libreta.
Sonríe más y se sienta en la cama, aún mirando a Vegetta.
—¿Quieres hablar de algo? Se que tienes muchas preguntas— Auron comienza, demasiado amable.
Vegetta está molesto ahora, se siente extraño y no sabe cómo debería sentirse ¿Feliz? ¿Triste? Está nervioso incluso.
—¿Porqué Luzu es así?— pregunta entonces.
Intenta no sonar tan mal, pero sus pensamientos y sus palabras se contradicen totalmente.
—Él decidió ser así, nadie lo ha obligado, aunque bien cierto es que el ambiente podría ser un factor clave a su comportamiento— Auron hablá demasiado.
Que no sabe cómo sentirse.
—No entiendo— Vegetta dice.
Pero si lo entiende, su mente comprende cada palabra que Auron a dicho, ¿Porqué se contradice a si mismo?
—¿Qué tengo yo?— Vegetta pregunta entonces.
Ahora sí está haciendo algo bien.
—Nada, solo estás asustado, es normal cuando las personas tienen algún trauma o complejo, lo cual infiere en el comportamiento de estas— Auron comenta sonriendo.
Y Vegetta desea golpearlo de verdad, ¿porqué no va y lo hace?
Desea preguntar más, pero no puede procesar las palabras en su boca, es como si no funcionará.
—Te odio— dice sin evitarlo, aunque se arrepiente al instante.
—Vale, creo que tienes mucha ira contenida, está bien, no debes preocuparte, se irá en cualquier momento en el futuro— Auron se levanta de la cama y se dirige hacía el cristal.
Probablemente va a irse, pero Vegetta no quiere que se vaya.
—Lo siento— dice entonces.
Auron lo ve de nuevo y sonríe.
—Esta bien, las cosas estarán mejor próximamente— dice y sale del lugar.
La oscuridad vuelve a su vida y Vegetta en lugar de gritar o hacer algo, se recuesta en el piso, sin poder evitarlo.
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The house
أدب الهواةDónde Auron vive en una casa muy bonita y su familia parecen ser más que felices, pero detrás de todo esto, hay algo escondido. Y Vegetta termina descubriendo lo que no esperaba.