𝖀́𝖓𝖎𝖈𝖔 𝖈𝖆𝖕𝖎́𝖙𝖚𝖑𝖔

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Okay, les recomiendo que escuche "The Ghost" de NIVIRO y Ego de Willy William.























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Se suponía que iba a ser una noche divertida de solo chicas, pero se termino volviendo su peor pesadilla.

La noche había comenzado tan normal, sus amigas llegando a su pequeña reunión. Anna siendo la primera, como siempre, por no querer llegar y encontrarse a su novia con Honeymaren coqueteándole descaradamente. Además que Anna siempre la ayudaba en todo lo necesario, había llegado con cinco cajas de pizza y dos cajas de refresco para esa noche. Rapunzel, su prima, llevaría algunos dulces y Mérida se encargaría de las botanas. Moana fue la encargada de llevar el proyector y Maren llevaría diferentes películas para ver durante la noche.

Elsa estaría sola aquel fin de semana, sus padres salieron de viaje y ella aprovechó para invitar a las chicas a pasar una noche viendo películas.

– ¿Dónde pongo esto?

Nielsen se giro para ver a su novia cargando las cajas de pizza, señalándolo la isla de la cocina para seguirla y guardar los refrescos en el refrigerador. Miró la hora en su teléfono, faltaba un poco para que el resto llegara y podía aprovechar para preparar la sala donde proyectarían las películas. Se subió a la espalda de Marsh, besándola en la mejilla y escuchando como se reía por eso. Anna salió de la cocina con Elsa en su espalda, arrojándola al enorme sofá en forma de "L" que la albina tenía.

– ¿Tenemos tiempo?

– No tendremos sexo en el sofá, mis padres van a matarme y luego te matarán a ti.– se burló Elsa sentándose.

Marsh hizo un puchero al escucharla, extendiendo su mano y levantando a la albina para comenzar a colocar las mantas y almohadas en el suelo. La pelirroja se subió a una silla para colgar la sábana blanca que Elsa le había entregado y la que usarían como pantalla. Ambas estaban en pijama, puesto que solo Marsh se quedaría a dormir por el momento. Aunque lo más probable era que todas lo hicieran.

Elsa Nielsen vivía en una mansión, literalmente era una mansión. Demasiados metros cuadrados e incontables habitaciones. Esa era una de las razones por las cuales siempre se hacían las reuniones en su casa, pero era ella quien siempre terminaba en la casa de la pelirroja porque la sentía más cálida que la suya.

Las demás llegaron luego de una hora y media, dejando todo en la cocina para comenzar. Moana y Anna comenzaron a instalar el proyector mientras que Mérida les indicaba donde debían ponerlo para que nadie estorbara. Honeymaren junto a Rapunzel se fueron a poner sus pijamas y Elsa supo que todas se quedarían, por lo que no podría estar a solas con su novia.

– ¡A comer! – grito Rapunzel una vez cambiada y sosteniendo una caja de pizza.

Todas se acomodaron en la sala, compartiendo una caja de pizza cada una y tomando una lata de refresco. Elsa se acurrucó junto a Anna, cubiertas por una manta navideña que la pelirroja le había regalado a la albina en su cumpleaños y que nunca dejó de usar. Moana abrazaba a Rapunzel mientras esta le alcanzaba un trozo de pizza y luego Mérida que estaba sentada a un lado de Honeymaren riendo de forma tan contagiosa que todas comenzaron a reírse sin saber la razón.

– ¿Qué película veremos? – preguntó Moana.

– Traje varias, decidan ustedes.

– ¿Y si vemos una serie? – sugirió Marsh con una sonrisa.– Una corta y que nos atrape.

Hide & Seek | O.S. ElsannaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora