22:15 hs.
"Dale Mai, hace fondo." me retó Melo.
"¿Vos queres que quiebre como la otra vuelta?" se rió Rosario.
La última vez que fondeé totalmente todo el contenido del vaso, quebré toda la noche. Ahora lo único que diferenciaba la secuencia era que Valentín me parecía lindo y ahí estaba, riéndose de la lastimosa secuencia e imaginándome detonadísima en el piso pidiendo ayuda.
"Ellos no saben..." acotó Juani. "Estábamos en una joda de Dani." la señaló. "Y Maite quería encarar a un pibe pero no se animaba." la mirada atenta de Valentín estaba fijada sobre la mía, y mis cachetes estaban más rojos que la bandera de China. "Entonces el boludo de Nacho le dijo que hiciera fondo como para juntar valor y la tarada se lo creyó. Acto seguido la tenías a Maite tambaleándose a la vez que caminaba y quebrando todo a su paso."
"Sí, sí, re gracioso." rodé los ojos avergonzada. "Me dejan re mal parada, loco."
"¿Viste que siempre quedas como el orto?" acotó entre risas Rosario.
"Igual todos quebramos re fulero alguna vuelta..." añadió Valentín, como buscando cierto consuelo.
"¿Vieron?" señalé al ojiazul. "Ustedes no son ningunos santos tampoco, menos que menos vos." ahora mi índice estaba colocado sobre Nacho.
"A mí no me tires el muerto, hija de puta." se quejó.
Nacho era el peor de todos, no había noche en la que no quebrara. Desde los diecisiete que quiebra casi todos los fines de semana, era un rey en eso.
"El Depa por ejemplo quebró en el balcón la semana pasada." ahora el morocho se encontraba golpeándolo levemente.
"¡No me mandes al muere, gil!" se atragantó con el fernet que estaba tomando.
"Jodeme..." rió Daniela a carcajadas. "Ahora cuenten."
"Estábamos jugando al UNO con Manu, mi hermano, y jugábamos con escabio. Que en paz descanse el hígado de Tadeito porque se tuvo que comer doce cartas, equivalentes a un shot por cada una."
"¡Con razón se escuchaban ruidos raros la semana pasada!" chasqueó los dedos en conclusión.
Era una noche estrellada, las risas no faltaban y tampoco faltaba la luz de la luna presenciando aquellas carcajadas emitidas por el grupo de amigos.
El patio estaba vacío, pero desde el balcón podía ver a mi super amigo segundero, por lo que decidí bajar a verlo un rato.
"Bajo a visitar a Lolito..." avisé como si a alguno realmente le interesara, estaban todos bastante en la suya.
"¿Te puedo acompañar?" preguntó Valentín. "Me cansé de fumar en el balcón, ¿Te molesta?"
"Venite, dale." hice una seña como llamándolo.
Rosario, Daniela y Melo comenzaron a cuchichear entre ellos, consiguiendo que los mirara con mis ojos filosos como dagas durante unos breves segundos.
"Se ponen re pesados a veces, no les hagas caso." susurré mientras abría la puerta.
"Todos los amigos son así." se encogió de brazos. "Ahora Tadeo está tranquilito, pero porque se quiere levantar a Daniela." rió. "Pero con nosotros olvidate, es un re desastre."
"Daniela también le quería caer, se hace la boluda nomás." indiqué. "¿Son muchos en tu grupo de amigos o son poquitos?"
"Somos ocho, un quilombito bárbaro." respondió tierno.