"¿Vendrá?" preguntó Valentín.
Valentín estaba parado esperando en la puerta del Starbucks que había acordado hacia dos años, con un boleto en mano y una valija inmensa en la cual guardaba las ilusiones del viaje que lo esperaba.
"Capaz viene, vos viste cómo fue la noche y te veías bastante convencido de que venía." se encogió de hombros Tadeo, a la vez que buscaba brindar cierto ánimo a su compañero.
Los minutos pasaban y ellos estaban esperando a la presunta compañera de viaje de Valentín. Las suposiciones comenzaron a abrirse paso en la cabeza del muchacho, dejando lugar a que la imaginación actúe sobre el lado racional que venía tomando control sobre la situación.
"Capaz no viene y me comí el viaje solo." insistió el varón.
"O capaz sí." insistió más fuerte su compañero. "Deja de ser tan impaciente, seguro está viniendo."
"Seguro no..." suspiró. "Igual no importa, voy a viajar a Europa." intentó buscarle el lado positivo a la situación.
"Traeme cosas, no te ortives." comenzó a pedir un poco su amigo.
"Si te pones así..." se hizo el difícil él.
"¿No es esa?" señaló Tadeo a una muchacha.
"No, no es." respondió con cierta desilusión.
"¿Y esa?" señaló a otra.
"No todas las mujeres que pasen por acá son Maite." rodó los ojos cansado.
"Bueno, al menos descartamos posibilidades."
Los minutos seguían pasando, y todavía no había rastro del paradero de Maite en aquel aeropuerto. Valentín miraba impaciente el celular, creyendo que así iba a detener por unos instantes el tiempo.
"Ahí está la amiga." señaló Tadeo, y una sonrisa se había formado en la cara del viajero.
"La puta madre, vino." sonrió.
"Hola chicos." saludó la jóven.
"¿Dónde está Maichu?" preguntó entusiasmado Valentín.
"Maite no viene..." miró al suelo.
"¿No llegó a comprar los pasajes?"
"Maite falleció el año pasado." dijo Rosario en suspiro. "Se metió en medio de un robo para ayudar a una señora y le dispararon." pequeñas lágrimas comenzaron a salir de los ojos de la muchacha. "Tuvo varias cirugías y estuvo muy complicada por varios meses, pero al final no pudo más y partió..."
Valentín estaba atónito, no sabía cómo digerir la información que estaba recibiendo en aquel momento. Maite se había ido, a Maite la habían matado.
"No, no sé qué decirte." la abrazó casi que por instinto y se aguanto la bola de angustia que buscaba salir.
"No hace falta que digas nada." se separó lentamente. "Entre cirugías escribió cartas para todos nosotros, ella sabía que se iba."
"Lo lamento mucho, de verdad."
"A vos también te escribió una, Valentín." abrió la mochila que tenía en su espalda. "Me dejó instrucciones para que viniera hoy y te entregara esto."
En su mano había un sobre naranja, con un sticker de un gato y una luna sobre él. El dorso del sobre tenía un sticker de un avión y debajo del mismo llevaba su nombre. Acto seguido Rosario sacó el buzo verde que él le había prestado aquella noche fresca en la que se conocieron y planearon este viaje.
"Muchas gracias, de verdad." insistió Valentín con total honestidad.
"Gracias a vos, Valen." lo miró a los ojos. "No sé qué le habrás hecho esa noche, pero ella cambió muchísimo y para mejor, así que gracias a vos." sonrió sincera.
Rosario se alejó, se despidió de los dos muchachos y se fue por donde vino, dejando a Valentín perplejo y a su compañero sin palabra alguna para dedicarle.
"No te lo puedo creer, lo siento muchísimo, amigo." lo abrazó Tadeo con todas sus fuerzas. "Yo no sé cómo hicieron para seguir adelante, no sé qué haría yo sin alguno de ustedes."
"Es en parte lo que Maite hubiese querido..." miró al cielo. "Voy a leer la carta, ¿Te molesta?"
"No, amigo. Me voy a fumar afuera, te espero." se alejó su amigo.
Valentín estaba con la mirada fija en el papel, tenía cierto temor por el contenido que podría llegar a tener el sobre, pero sin mucho preámbulo decidió leerlo.
"Valeschu:
Espero que Ro te entregue esto tal y como lo pedí, porque sino veo cómo hago pero la mato. No te quise plantar, te juro que no quise, pero es que ya me cansé de estar conectada a miles de tubos y cables sin mejorar.
Te devuelvo el buzo verde, lo usé mucho así que espero que haya quedado el rico olor que mi perfume tiene porque sino medio que lo usé para nada, ¿No te parece? En fin, usalo en Alemania que te debo una birrita ahí. Sí, si buscas en el bolsillo ahí tenés la plata para la birra, bastante dejo con plantarte ahí como para no pagarte la apuesta, tampoco soy tan gila.
En Estonia nos íbamos a decir que nos gustabamos, y también me encargué de dejarte una notita con eso dicho, para que veas que yo sí estaba comprometida en viajar.
Ya me imagino igual que te olvidaste del viaje o que era joda y le estoy escribiendo esta carta a la nada y Rosario se está levantando a las cuatro de la mañana por nada. Por tu bien y el de todos los que la rodean te recomiendo que estés ahí, porque ella no es de madrugar ni loca.
Me voy despidiendo porque no tengo mucho más para decirte. Gracias por esa noche tan linda, nunca me había sentido tan libre con alguien.
Ahora me voy, Lolito me está esperando en algún lado.
Suerte Valen, viaja por los dos.
Postdata: en el bolsillo hay un mapita, marqué unos lugares que pensé que te iban a gustar.
Postdata dos: si en algún momento te llegas a cruzar a Lolito de nuevo, quedate con él un rato, así hablamos un rato."
"Viaja por los dos." repitió el muchacho. "Voy a viajar por los dos, Maitu." miró al cielo.
🌙🌙🌙
Ahora sí, ultra fin.
Si queres un final más lindo, anda al epílogo de atrás.
Espero que les haya gustado, besos. ❤️✨
