Clase De Dulces

Capitulo 2

Después de cada una de nuestras "sesiones", la Sra. Candy me daba una bolsa de dulces para llevar a casa, por lo general no comía toda la bolsa, tenía lo que podía y comenzó a mostrarse un poco. Así que un viernes de un mes después me senté solo en el autobús (la Sra. Candy se sentía mal) pero no fue una pérdida total. Todavía tenía que esperar media bolsa de mantequillas y una chica de autobús. No decepcionó, hoy usaba jeggings que casi nunca cubrían sus fabulosas pantorrillas regordetas y tenía una camisa abotonada que le faltaba al menos un par de botones; Mientras caminaba sin aliento, comenzó a olfatear el aire. Luego me miró y me preguntó si podía sentarse, pero se detuvo y me preguntó si tenía dedos de mantequilla. Ella arrojó su peso sobre el asiento antes de que yo realmente pudiera responder y extendió su mano ansiosamente por uno, le di la bolsa. Mientras estaba sentada allí comiendo sin pensar, comenzamos a hablar. Se llamaba Kelsey y le encanta dibujar. Después de eso, todo lo que podía pensar era en la sensación de su carne fresca de la cadera frotándose contra mí y su brazo gordo tocándome, estaba eufórico. Cuando llegó el momento de irse (tuvo la última parada) terminó de darle gusto a sus dedos regordetes antes de moverse. Ella dijo que se sentaría conmigo mañana.

A la mañana siguiente, me apresuré a recoger todos los dulces que me quedaban en un recipiente adecuado. Después de esperar impacientemente en la parada de autobús, subí alegremente los escalones para ver a Kelsey que ya estaba comiendo algo (segundo desayuno, como me enteraría más tarde) se sentó cerca del frente durante menos viaje y le dio un mordisco desordenado. strudel de tostadora pilsbury. Cuando me senté a su lado, pude ver que la piel de su vientre era visible, su piel se movía libremente con los movimientos del autobús. Me interrumpieron cuando ella me miró y me pidió un caramelo, cosa que le di. Luego terminó su comida de un bocado y comenzó a desenvolver algunas mentas junior. Ella (mientras comía) comenzó a mostrarme algunas de sus obras de arte que consistían en hermosos bocetos y animales de color de agua, la última que vi fue una gran mesa de comida y ella llenándose la cara de comida. Ella entró en pánico un poco diciendo que no debía ver esa, pero le dije que era su mejor trabajo. Ella nerviosamente comenzó a comer de nuevo. Me preguntó si estaba bien frotando su vientre, estaba llena. Tomé el momento; finalmente capaz de sentir la querida miel que era su intestino gordo. La piel fría era suave y lisa. Después del viaje fuimos a la escuela.