Nunca sé que decir,
ni que pensar.
Pero, al parecer mi cerebro parece saberlo
o al menos lo intenta.
Me juega bromas,
me muestra imágenes.
Y llegan los problemas.
Y llegan las dudas.
Todo parece ser inestable
y no me puedo aferrar a algo,
o alguien.
Se sentiría muy bien aferrarse, no?
Un lujo que no me atrevo a tener.
Sé que sentiría muy bien,
tus brazos a mi alrededor,
mientras hacemos cucharita.
Incluso, cuando me muera de calor
y me sofoque en las sábanas.
Tal vez, te patée para que me sueltes
y para que dejes de roncar.
Aún se sentiría bien.
Querido amor, por favor
ten cuidado llegando a mi.
No hay prisas en el camino.
Estaré aqui cuando llegues.
No prometo estar bien del todo.
Tal vez un poco rota,
y un poco ojerosa.
Pero, aún estaré allí
cuando decidas llegar.