𝑩𝒓𝒐𝒌𝒆𝒏 𝑺𝒎𝒊𝒍𝒆 [ᵏᵃʳᵐᵃˡᵃⁿᵈ ʸ ᵗᵘ]

O 5

╭═════════•>☘<•═════════╮

𝐖𝐡𝐞𝐧 𝐲𝐨𝐮 𝐥𝐨𝐯𝐞 𝐬𝐨𝐦𝐞𝐨𝐧𝐞 𝐭𝐡𝐞𝐫𝐞 𝐢𝐬
𝐧𝐨 𝐭𝐮𝐫𝐧𝐢𝐧𝐠 𝐛𝐚𝐜𝐤

╰═════════•>☘<•════════╯

°.✩┈┈∘*┈୨୧┈*∘┈┈✩.°

> 05; Amar <

T

odo aquello era un caos total, parecía el fin del mundo...

Las casas en llamas, la gente gritando, cuerpo muertos.... Los mobs más que peligrosos habían decidido jugarse la vida y salir a atacar sin piedad.

Lo peor de todo es que habían aparecido mobs diferentes de aquel mundo, entre ellos estaban los esqueletos whiter y los blazes, quien estaban causando los destrozos y muertes.

— ¡Corran! — exclamó el chico de casco, quien por suerte había llegado justo a tiempo para salvar a una familia.

Con cierta molestia contraatacó con aquel esqueleto Whiter, estaba harto de solo encontrar cuerpo inertes y sin vida, quería servir de algo además de solo ser el hazme reír del grupo.

Murmuró una maldición, y aunque el arma que usaba aquel esqueleto era de baja gama, no parecía aquello, es más, parecía que hasta era mucho más poderosa.

Pero por suerte o destino, alguien logró acabar con aquel esqueleto, dejando solo el polvo en el aire, el cual se combinó con la fría brisa de aquella oscura noche.

— ¿Estás bien? — murmuró la de hebras rosadas, quien tenía en su rostro algunas cortadas recientes y manchas, las cuales parecían ser sangre.

— ¡______, eres tú!— exclamó sonriendo el de orbes café, emocionado por encontrar al fin a aquella chica tan extraña, pues por los comunicadores se estaban preguntando por nuestra bella protagonista.

— shhh, vámonos rápido, debemos escapar de este pueblo.... — susurró mirando a ambos lados, viendo solo los cuerpos tendidos, cosa que le dió asco... Ver la sangre y los ojos de las personas ... Sus intestinos...  Más Alexby reaccionó mal con decir aquello.

Aquellas palabras sin duda le habían desconcertado, no entendía...

— ¿Estás loca? Debemos ayudar a las personas y también saber que está pasando — la menor solo rió un poco, para soltar el delgado brazo de aquel policía. — oye... ¿Por qué tus ojos están amarillos?

Y con decir aquello se alarmó, recordándose que los había olvidado, a veces era tan tonta...

Maldijo en un susurro aquello, pues al momento de escapar se había olvidado sus preciadas lentillas, las cuales le ayudaba a ocultar sus ojos.