2.

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Clara Espinoza.

-¿otra vez vos acá?- pregunté.

-Si, me mande una macana.-

-¿Que hiciste, Valentin?-

-Nada, me pelee con uno y sacó el fierro, estaba la yuta y me agarraron a mi, ya sabes. Tengo antecedentes.-

Rodeé los ojos. Era la tercera vez que lo agarraban a el, esta vez estaba golpeado.

-¿te pego mucho el otro pibe?-

-¿Esto?- dijo señalando los golpes de su cara y brazo. -no fue el otro pibe, estos golpes me los dio la yuta.

fueron las palabras suficientes para que mi día terminara de ser una mierda.

-¿Porque lo golpearon? No tienen derecho a hacer eso, si no los trato mal ni les falto el respeto.-

-Clari, anda a hacer tu trabajo mejor, nosotros nos encargamos de lo demás.-

-Estoy haciendo mi trabajo matías, defender a mi cliente.-

-Estás defendiendo a un chorro y traficante, que poco profesional sos.-

-¿es profesional pasarle droga a los del penal? tómatela Matías, no quieras aparentar ser algo que no sos. Voy a abrir un acta en tu contra.-

volví a la sala de interrogación, Valentin estaba recostado sobre sus brazos en la mesa.

-Valentín, ¿te dormiste?-

-¿Eh? No, estoy despierto, estaba descansando los ojos.- rei.

-Está bien, lamentó informarte que vas a tener que pasar la noche acá, ¿si? mañana temprano firmas unas cosas y te vas.-

-bueno, esta bien.- respondió sin más.

-¿queres que le avisé a tu familia o alguien?-

-no tengo familia, mis amigos deben estar durmiendo.-

-¿tu mamá?-

-peleamos.- respondió. -¿ya me voy o que?-

-si, perdon.-

Llame a los policías y a la rastra lo llevaron hacia la celda donde pasaría la noche.

(...)

Me quede en el despacho hasta las once de la noche, cuando estaba por irme se me ocurrió pasar a saludar a Valentin.

-¿Te trajeron la comida?- pregunté.

el rio.

-Que den comida acá es un milagro, sos tan ingenua Clara.-

-Si, puede ser.-

-¿Ya te ibas?-

-Si.-

-¿Pasabas a saludarme?- dijo mientras guiñaba un ojo.

lo mire con cara de orto, el volvió a hablar.

-Dale clari, es chiste.-

-Me llamo Clara, no me pongas apodos, no somos nada y acá todas las paredes escuchan.-

-Bueno, perdón. ¿Hace cuanto sos abogada?-

-Me recibí el año pasado.-

-Ah. Yo quería ser algo como contador o esas cosas, me gustaba contabilidad en el cole.-

-¿Porque no lo terminaste?-

-Me cargaban mucho porque iba con la misma ropa todos los días, ademas tenia rotas las zapatillas y me tildaban de pobre.-

mi corazón se encogió un poco al escuchar esas palabras.

-Valentín, podes retomar el colegio, no es tarde.-

-¿Te pensas que me van a aceptar a mi en el colegio?- rio. -seguro no me dejan entrar por los antecedentes.-

-Yo puedo ayudarte.- solté.

-No quiero que me ayudes.-

-¿Porqué?- sin obtener razones, me interesaba poder ayudar a Valentín, no parecía una persona mala.

-Porque yo no sirvo para esas cosas, para estudiar y trabajar. Soy el pibe que anda en la calle mangueando cinco pesos o algún que otro pedazo de pan cuando mi vieja no puede darme de comer.-

-Valentín..-

-Vos ya me ayudaste demasiado, me sacaste de acá como cuatro veces, ademas, seguro en cualquier momento caigo de nuevo.-

-un día ya no voy a poder sacarte de todas las que te mandas.- respondí.

-bueno, si. ya se. ¿me dejas dormir?-

-si, me voy. nos vemos.- dije mientras caminaba hacia la salida de ese oscuro y frío lugar.

rejas; wos. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora