Capítulo 9

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Hacía una semana que Nora y Landon habían discutido, y todavía no habían hecho las paces. Nora se encontraba aún en casa sola, peleada con Shane. Últimamente se peleaba con todo el mundo, y ya no creía sentir lo mismo que en un principio por Shane. Sabía que su relación se estaba yendo, lentamente, a pique. No quería admitirlo, pero sabía que esos días había pensado más en Landon que en Shane. Había incluso pensado qué pasaría si lo dejaba, si podrían ser amigos, pero luego se decía a sí misma que esa no era la solución.

Cuando llegó a casa ese día, el teléfono empezó a sonar en su bolsa. Lo cogió confusa al ver el nombre de Helen en la pantalla táctil.

-¿Helen?

-¡Nora, tía! -saltó enseguida-. Tengo grandes noticias para ti.

-¿Grandes noticias? -preguntó ella, confusa.

-Sí, ¿Te acuerdas de hace una semana, cuando te pedí que fueras mi modelo?

Ella estaba todavía más confusa que antes, aunque asintió con la cabeza, moviéndose por la habitación. No sabía hablar por teléfono quieta.

-Sí, ¿Qué pasa con eso?

-¡Les encantamos! -exclamó ella-. Bueno, les encantaste. La revista que me compra las fotos compró las nuestras y me han llamado diciendo que les encantaban.

-Me alegra saber eso -sonrió Nora, cogiendo un vaso de zumo de melocotón.

-No es todo -indicó Helen-. Quieren más material tuyo, nena, pero esta vez algo diferente, ¿Te pasarías esta tarde para terminar el trabajo?

-¿Qué quieres decir con algo diferente?

-Esto te va a encantar. Es con un modelo masculino, ¡Y ya he contratado a un amigo mío que es modelo! Pásate en cuanto puedas, será genial.

-¡No, Helen!

Pero ya había colgado. Nora frunció el ceño y dejó una nota a su madre de que no volvería hasta tarde. Cogió el bolso y las llaves y salió de casa.

Cuando llegó a casa de Helen el pensamiento de volver a encontrarse con Landon la alertó de improvisto. No sabía como reaccionaría, porque la última vez que se habían visto, a parte de discutir, ella había estado a punto de perder la virginidad. Tenía la esperanza de no encontrarlo, y la de encontrarlo a la vez. Respiró hondo mientras salía del ascensor y llamó al timbre. Se mordió el labio, mirando el pasillo algo desvencijado del edificio. Era la única puerta, aunque el apartamento -muy grande- parecía fuera de lugar por la apariencia exterior del edificio. Cuando abrieron la puerta ella se quedó mirando un pecho ancho y familiar delante de ella.

Landon. Genial.

El corazón se le disparó, y levantó la vista hacia él. Tragó saliva fuerte. No esperaba que fuera él, precisamente, quien abriera la puerta. Si no fuera por unas ojeras que le adornaban bajo los ojos, habría dicho que estaba perfectamente. Abrió la boca para hablar, pero la cerró de golpe porque no sabía qué decir exactamente.

-¿Nora? -preguntó, extrañado.

Vaya, esa no era la reacción que esperaba. Nora creía que le habría cerrado la puerta en las narices o algo así, pero en lugar de eso parecía sorprendido por su presencia.

-Yo... -ella se aclaró la garganta-. Helen me está esperando para hacer algunas fotos.

-Ah.

Frunció el ceño.

-¿Puedo pasar? -preguntó ella, mirando al interior, oculto por el cuerpo de Landon.

Él se hizo a un lado de manera que ella al pasar tuviera que rozarlo. El solo roce con él hizo que el pulso volviera a dispararse en su cuerpo. Mientras caminaba lentamente hacia la habitación en la que Helen hacía las fotos, lo sentía a su lado, caminando muy cerca de ella. Tuvo, en varias ocasiones, la tentación de levantar la cabeza y comprobar que estaba ahí, pero lo sabía solo por el roce de sus brazos en cada paso. Justo cuando divisó la puerta de la sala de fotos, escuchó a Landon preguntar:

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