Capítulo 28

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Nora miró de nuevo la pantalla de su móvil. Todavía estaba esperando la señal de James para volver a casa. A la suya, porque su padre -sorprendentemente- se había ofrecido para que hicieran la fiesta en su jardín. Ella solo tenía la función de entretener a Landon para que no fuera ni a su casa ni a la de ella. Nora estaba impaciente, mordisqueándose las uñas, mientras Landon la miraba con los ojos entornados, ambos sentados en un parque cercano.

-Oye, ¿estás bien?

-¿Eh?

-Hace casi una hora que te muerdes las uñas.

-Ah... tengo ganas de morder.

-¿Qué clase de cosas? -preguntó con una sonrisa provocativa.

Nora se puso roja como un tomate y una mujer que pasaba por ahí empezó a reír disimuladamente. Se le daba fatal mentir, y cuando Landon estaba cerca parecía dársele peor.

-¿Me estás ocultando algo, Nora?

Su voz hizo que ella diera un salto del banco en el que estaban sentados y lo mirara con los ojos muy abiertos, él tenía la sospecha en la mirada.

-¡Claro que no!

-Recuerdas que dije que no necesitaba ninguna fiesta, ¿no?

-Sí, claro.

-Está bien.

Landon se inclinó sobre ella para besarla, justo cuando notó el móvil vibrando en su mano. Nora le estampó la mano en la boca para tapársela y respondió.

-¿Sí?

-El nido está listo para acoger al águila; repito: el nido está listo para acoger al águila -dijo James, haciendo el ruido de un walkie-talkie-. Plan chapipintura en marcha.

-No sé por qué te hemos dejado elegir a ti el nombre -gruñó Lynn al otro lado.

-Porque tengo la mejor mente de esta sala -le dijo James, antes de volver al teléfono-. Bueno, Nora, ¿estáis en el parque?

-Sí.

Nora empujó a Landon sin quitar la mano de su boca para que se apartara y no lo oyera, a lo que él hizo un mohín.

-Venid cuando queráis.

-Muy bien.

-¡Espera!

-¿Qué? -Nora se sobresaltó.

-Di cambio y corto.

-¿Enserio?

-Si no lo dices te seguiré llamando hasta que...

-Muy bien, muy bien: cambio y corto.

-Ahora sí, ¡hasta luego!

James colgó y Nora metió el móvil en el bolsillo trasero de sus pantalones, justo antes de mirar a Landon, que estaba observándola como si fuera retardada o algo así.

-¿Cambio y corto? ¿En qué siglo te crees que estamos?

Nora suspiró y se puso de pie, tirando de su muñeca para que la siguiera.

-Mi madre me ha pedido que vayamos un momento a casa. Tengo que recoger unos apuntes del instituto.

-Vale.

El viaje en moto fue como de costumbre. Si él se dio cuenta en algún momento de lo que estaba sucediendo, no dio evidencias de ello. Nora, en cambio, seguía mordisqueándose el labio inferior, deseando que la fiesta sorpresa fuera un éxito. Al llegar a su casa, respiró hondo y buscó las llaves en sus bolsillos. La metió en la cerradura y le dedicó una última mirada de reojo a Landon. Después, abrió la puerta lentamente, temerosa de lo que podría encontrarse, hasta ver que su entrada estaba igual de tranquila que de costumbre. Tragó saliva cuando escuchó a Landon cerrar la puerta. Escuchó la voz de Landon muy cerca de su oreja:

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