Sere tu coincidencia favorita.

Capitulo 5. Boom

Me sentía bien, hacía mucho tiempo que no salía con mis amigas, pero hoy tocaba, tocaba disfrutar de la vida como me merezco, no quiero pasarlo mas mal, tengo suficiente sufrimiento acumulado ya, la vida son dos días, y yo me ya me pase uno llorado.

Me vestí, cogi mi vestido negro que te hace montarte mil fantasías con mi cuerpo, que te hace decir, "Joder, esa chica sabe muy bien por donde pisa", ese vestido iba acompañado de mis tacones mas altos, y como no, junto a todo eso, un pintalabios que te haría hacer cualquier cosa por besar mis labios. 

Cogi el móvil, el grupo de WhatsApp que habíamos creado mis amigas y yo para salir esta noche, estaba repleto de fotos de lo preciosas que iban, yo quería sorprenderlas, no quería que me vieran en una foto, quiero que se sorprendan en persona. Pude leer que la quedada era en el centro en unos 30 minutos, tenía que coger el autobus, y tardaría aproximadamente unos 15 asique cogi mi bolso y baje las escaleras de la casa. Mi madre se quedo boquiabierta viendo lo guapa que iba, me sonrió. Su expresión delataba que estaba sorprendida de mi y a la vez extrañada preguntandose el por qué mi vestimenta era ahora así.

- ¿Elisa? ¿Cómo es que te has puesto tan guapa?- dijó con una expresión sorprendida y alegre.

 - Bueno mamá...Creo que es hora de sorprender a la gente, si no te importa hoy voy a salir, no se a que hora llegaré, pero cuando lo sepa te mando un mensaje, prometo que el mensaje llegara antes de las dos, ¿de acuerdo?

- Esta bien cielo, disfruta un monton de la fiesta- acompañada de esa frase me dio un beso en la cabeza, costosamente, púes llevaba tacones y la superaba por unos cuantós centímetros.

En ese momento apareció Rubén, estaba boquiabierto observandome de arriba a abajo, con su mirada se podía intuir fácilmente que estaba deseoso de quitarme ese vestido, pero pasara lo que pasara, no se lo iba a permitir. Pronto me miro a los ojos, le dedique la sonrisa mas bonita que podía darle, me giré, y rápidamente me fui.

Estaba caminando hacia la parada de bus, y alguien estaba llamando a mi teléfono, era Claudia.

- Dime Clau

- Elisa, ¿has llegado a la parada?- preguntó mientras se cortaba, debía de tener mala cobertura.

- Que va, acabo de salir de casa, ¿ha pasado algo?

- Necesito que vengas a mi casa porfavor- dijó entre algún que otro llanto.

- En 10 minutos estoy ahi tranquila.

Colgé la llamada, y cambié mi rumbo, me dirigia hacia la casa de Claudia, estaba algo nerviosa, nunca me había pedido ayuda para nada, esto debía de ser algo grave, ¿habrá pasado algo con un chico? No creo, Claudia es una persona muy independiente, no se enamora tan fácilmente ni sufre por nadie, ¿algún problema familiar? No lo sé, pero no suele tenerlos. Me estaba comiendo la cabeza mientras me dirigía a su casa.¡Joder, ahora me suena el telefóno!, era Rubén, ahora no se que cojones querría este chaval, me importaba bien poco y aunque me doliera en lo más profundo, le colgué, era fuerte, no le quería dar importancia.

Por fin llegue a casa de Claudia, piqué al timbre, y me abrio ella rápidamente. Vivía en una casa preciosa, era un estilo de urbanización. Pasé a su casa, ella tenia la cara toda manchada de haber llorado y que el rimel se hubiera propagado por toda su cara, me abrazó, y yo la abrazé más fuerte todavía, estaba ahi con ella, y las dos afrontaríamos el problema, fuera cual fuera. Me cogió de la mano y me llevo hasta su gran salón, alli estaba un chico tirado en el suelo, con una mano en el pecho, apretandola fuerte contra el.

- Elisa... A mi hermano le esta dando un ataque al corazón y no se como ayudarle, nunca había estado sola frente a esto joder... Mis padres se han ido un mes de vacaciónes y no tienen el móvil disponible, ayúdame porfavor...- dijó entre grandes llantos.

La miré, se notaba que etaba rota y apunto de desplomarse si le pasaba algo a su hermano, miré a su hermano, estaba callado, agonizando en silencio el gran dolor que sentia en el pecho. Me agache, le cogi la mano que tenia libre fuertemente, y le dijé en un tono tranquilizador, "tranquilo, estoy aqui y no te va a pasar nada", pudé ver muecas de intentar esbozar una sonrísa, con eso me di por satisfecha de haber soltado esas palabras, me dirigi a Claudia y la hice llamar al 112, y que diera la direción de su casa y demás datos. Empece a observar que su hermano dejaba de respirar, sin pensarlo dos veces, tomé su cabeza y la coloque hacía arriba, abri si boca y coloque la mia sobre la de el, le pase todo el aire que podía pasarle, en cuestión de minutos, había llegado la ambulancia, menos mal que su casa estaba cerca de el hospital, le colocarón unas vías para poder respirar. El estaba medio inconsciente, pero aún así no dejaba de mirarme e intentar sonreír, era un chico fuerte. Claudia vino a mis brazos, me miró, sus ojos me daban las gracias, asentí, y nos metimos dentro de la ambulacia. Avise a nuestras amigas y a mi madre de lo que había pasado.

Llegamos al hospital, al principio no nos dejarón pasar, y estabamos esperando en una sala fría y bastante agobiante. Al cabo de unos cuantos minutos nos aviso una enfermera diciendonos que su hermano se encontraba en la habitación 115, fuimos de inmediato hasta allí para ver como se encontraba.

Entramos y el estaba con la mirada perdida, pero se veía que fisicamente se encontraba mejor, ya no estaba tan palido como antes. Claudia le abrazó entre lagrimas y sonrisas, pero el no paraba de mirarme ami, tenía unos ojos tan bonitos... Un verde grisaceo que se te clavaba en la piel. Al cabo de unos segundos Claudia se retiro de los brazos de su hermano, nos dijo que iba a bajar a la cafetería del hospital, necesitaba un café, asentí y la sonreí mientras se marchaba de la sala.

Cuando me giré hacia su hermano seguia mirandome y sonriendo, me hizo una señal con los dedos de que quería que me sentara a su lado, avancé y me sente al borde de su cama. Me cogio de la mano, y volvio a clavarme su mirada.

- Me llamo Dylan, y te estare eternamente agradecido, de hecho estoy super orgulloso de que una chica tan guapa me haya salvado la vida. Después de esas palabras me quede embobada mirandole.

- ¿Vas a decir algo o te quedaras  mirandome toda la noche?- volvió a decir entre unas risas.

- No sé que decirte la verdad, no tienes por que darme las gracias de verdad, todo lo hice por el simple hecho de que...En ese momento sentí la necesidad de callarme, estaba sentado mirandome con una expresión peculiar, en ningún momento me había soltado la mano, y no me había dado cuenta. Rozaba sus yemas suavemente por mis dedos, mientras lentamente se acercaba ami.  Abrió la boca y solto suavemente las palabras de:

- Lo siento, pero siento que tengo la necesidad de besarte.

                           [...]