capítulo cinco.

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Después del rechazo de sus padres Yuqi sintió una gran ausencia en su vida, ausencia que pudo superar con su nueva familia; pareja y amigas.

Ella siempre había sentido una falta de cariño y por eso siempre había sido del tipo afectiva, pero sentir que no podía contar con su madre por un abrazo y saberlo realmente cambiaba las cosas. Se había vuelto muy... pegajosa, y también algo emocionalmente dependiente. Sus amigas, en lugar de ponerle un límite, estuvieron ahí para darle el apoyo que necesitaba. Soojin, quien era la que más herramientas tenía para opinar sobre la salud mental de Yuqi, había dicho que lo que menos necesitaba era que la dejaran sola y quisieran darle su espacio. Que lo que más necesitaba era contención emocional y que eventualmente lo superaría.

Casi tuvo razón. Casi.

Yuqi ya no era tan pegajosa como lo fue seis o siete años atrás, gracias a Dios. Pero existían las excepciones, y una de las suyas era Miyeon.

Era normal que entre ellas se abrazaran gran parte del tiempo o invadieran su espacio personal constantemente. Yuqi se sentía extraña cuando tenía a Miyeon lejos, y a este punto era igual para Miyeon.

Así que no se sorprendió cuando la castaña se sentó a su lado, por poco sobre su cuerpo, y apoyando su cabeza en su hombro.

-Yuqi-ah~ -Susurró después de un momento. La menor de las dos estaba con su teléfono, recién había llegado del trabajo y estaba aprovechando a responder sus mensajes. -¿Ya te he dicho que eres la amiga más linda y dulce de todas?

Oh.

Miyeon no estaba siendo simplemente cariñosa, buscando algo.

Poniendo una mueca de disgusto (o decepción) Yuqi la apartó.

-Eso no va a funcionar conmigo. Ya no tengo veinte años, no soy "linda".

-Claro que lo eres. -Contra atacó, ignorando la brusquedad con la que la había apartado. -Mira, hasta molesta te ves muy linda.

Los rasgos de Yuqi se suavizaron, ya no tenía esa mueca en el rostro, pero tampoco estaba sonriendo. Aunque intentara mantenerse seria, no engañaba a Miyeon.

-¡Vamos! No me dejes hablando sola. -Abrazó a Yuqi, rodeando su cuerpo con ambos brazos. La menor no podía mover los suyos porque estaban atrapados debajo de los brazos de Miyeon, no debió ser tan cómodo, pero lo fue.

-No sé por qué te quiero tanto. -Alzó la vista de su celular al fin... Mh, no había esperado que sus rostros quedaran tan cerca. -¿Qué quieres, unnie? -Preguntó con algo de burla.

-JooYeon va a presentarme a un editor. Tiene mucha influencia en su editorial, pero no quiero ir sola porque es en un bar, ya sabes, para gente heterosexual. -Dijo con una sonrisa tímida. Ella podía ya ser una adulta, pero se sentía pequeña cuando tenía que confiar en su capacidad para socializar, sobretodo si la sacaban de su zona de confort.

-¿No tienes ya tu editorial, ya sabes, para la que estas escribiendo tu novela? -Preguntó dudosa, la editorial a la que respondía Miyeon era buena y reconocida. Claro que habían muchas editoriales aún más relevantes, pero esta tenía una ventaja y es que la mayoría de sus empleados eran parte de la comunidad lgbt.

-Esta es una editorial sobre libros infantiles.  -Sintió una fuerte punzada de vergüenza, pero se esforzó por ignorarla. -Tengo muchos cuentos escritos, JooYeon los leyó y...

-¿JooYeon los leyó? -Interrumpió, sintiéndose tan curiosa como sorprendida. Ella era la única que leía lo que Miyeon escribía sin editar. Bueno, tal vez ya no era la única. -¿Qué te traes con ella?

-Nada. -Frunció ligeramente el ceño. -Solo es una colega, le tengo confianza. -Suspiró con cierta pesadez antes de proseguir. -Como sea. Ella dijo que estaban bien y que si escribía un par más podría publicarlos. Dijo que mis ilustraciones también eran lindas, así que quizás me paguen doble por ambos trabajos.

Kinsey scale.    ˚₊· ͟͟͞͞➳ (G) I-DLE, CLC. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora