Capítulo XXIII

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Se despertó sobre unas piezas de cartón, la luz era en verdad escasa, ¿qué estaba pasando? Un secuestro, no era la primera vez que vivía uno.

Su vista estaba algo nublada, casi no distinguía las cosas de su entorno, sus ojos tardaban en adaptarse a la oscuridad. Se levantó del suelo con cuidado, quedando sentado... sus manos no estaban atadas, seguro solo era una broma pesada.

Colocó sus extremidades superiores en el frío cemento que actuaba como piso, se impulsó y se puso de pie. Buscó en sus bolsillos su teléfono, sin éxito, miró el panorama.

Una gran habitación con tuberías en mal estado, goteaba un agua sucia que, suponía, venía de alguna cloaca; en el fondo de la habitación papeles acumulados, todos empapados, y sobre ellos una caja, destacaba por el buen estado que tenía. Y por último, una vela, era pequeña y su fulgor se extinguía lentamente.

Corrió hacia el pequeño pedazo de cera y caminó para ver la otra mitad de la habitación. Al recorrer esta por completo notó algo en verdad particular; no tenía ningún tipo de puerta o ventana, era como si la construyeron con el dentro.

El aire se olvida pesado, la humedad del ambiente cada vez era más densa. Volvió a su punto de inicio, él sobre los retazos; se posicionó con las piernas contra su pecho y la cabeza hacia atrás, esta impactó con la pared. Pensó que tenía que hacer, pero fue en vano; dejó sus párpados abajo, la frustración y el temor se acumulaban frenéticamente.

Miró la misma imagen; las hojas, la caja, las tuberías... las hojas, la caja, las tuberías; las hojas, la caja, las tuberías, las hojas la caja las tuberías... La caja. Que imbécil, no la había abierto antes.

Espera, tal vez era una bomba o hasta veneno... quién sabe. En ese momento ya no sabía que era lógico o mejor, logró desesperarse en minutos. La caja no podía estar ahí desde hace mucho, como dijo antes, su condición era más que óptima.

Se acercó al cubo. Lo abriría, de todas formas, era probable que en esa situación muriera. Vio aterrado las paredes se cartón, se arrodilló en medio del asqueroso líquido. No podía ver su contenido, pero si olerlo y oírlo. Acostó el costado derecho de su cara sobre uno de los lados, solo se escuchaban las gotas impactar y su respiración entrecortada. Hizo lo mismo con su nariz. Tardo un poco en identificar el olor; se le dificultó por los papeles húmedos, su olor era nauseabundo; volviendo al tema anterior, lo que sea que haya dentro de la caja olía a ¿madera pudriéndose?

Pensó unos segundos, si abría la caja del revés no activaría el mecanismo, si es que había uno. Cerró los ojos con fuerza y volteó la caja de una patada. Algo dentro de ella rebotó, en ese momento ya tenía los ojos llenos de lágrimas; pero... no pasó nada.

Despegó con cuidado y de forma lenta una de las piezas que unía los cuatro lados. Cuando termino de abrirlo pudo ver un rectángulo. Lo saco por el borde que había desarmado... era una foto de él... con sus hijos. En un acto de desesperación gritó.
_When you, coward, are clóset to me, I Kill you, bitch!_

No dejaría que se metiera con sus hijos, son su familia, los amaba. Empezó a agitarse y a apretar sus puños con fuerza. Insulto una vez más a quien estaba detrás de esto, pero de un momento a otro hubo silencio absoluto. No lograría nada si seguía así, necesitaba pistas.

Esta vez se centró en los papeles, si es que aún podía llamarlos de esa forma, notó que eran noticias. Con cuidado de no romper la página, la levanto y llevo a un lugar donde el agua no llegara. Acercó la única luz que había en el destrozo, eran reportajes de su territorio. "Se desata un nuevo movimiento." ese era el título, apenas vio la foto debajo del encabezado reconoció de cuando era, plena guerra contra Vietnam... en la ilustración se veían a cientos de hippies.

¡Basta de cliches! ---- Rusame ---- CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora