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"Quisiera ser la taza que roza tus labios"


Charlo tranquilamente, o al menos eso intento. Porque se, a ciencia cierta, que dentro de un rato estaré hecha un amasijo de nervios. Estoy sentada en lo que se podría decir que es la primera fila de estas sillas colocadas aleatoriamente. Me peino con la mano el mechón rebelde y me coloco mejor la camisa nueva. Quiero que cuando él pase me vea bien, aunque sólo sean unos segundos, para que después me dirija una de esas sonrisas únicas, que solo puede poner él. La sala está llena, pero cuando entra él es como si solo estuvieramos nosotros. Se sienta en el borde del "escenario", dando sorbos a su café mientras espera a que el resto se calle. Lo que daría por ocupar el puesto de su vaso...Veo que su mirada recorre la sala hasta detenerse en mi, como si me hubiese pillado haciendo algo que no debía, me pongo nerviosa y avergonzada.

-Relajate un poco,- dice con su sonrisa divertida- estás muy erguida.

-Un poco...- me doy cuenta de que estoy tan rígida que parece que he crecido; que verguenza- ¿Mejor para la espalda, no?

-Puede que sí.- pero que tonteria acabo de decir. Como si supiera que ya me había atascado, añade para cambiar de tema- Creo que si me fuese nadie notaría la diferencia, no van a callarse.

-Yo sí.- creo que me estoy poniendo un poco roja. Para justificar lo que he dicho, añado- Eres un gran profesor...es una pena que solo haya una clase a la semana- mi boca ya parece hablar sola porque mi cerebro ha dejado de procesar desde hace un rato.

-Sí, es una pena.- sonríe haciendome estremecer- ¿Qué te parece si quedamos un día para una clase extra?

-Yo...-no me salen las palabras.

-Si no puedes no pasa nada.-dice mientras su sonrisa se desvanece.

-No, no, me encantaría.- la respuesta sale muy alto y con mucha fuerza, en el momento en el que ya se calla la gente. Que verguenza.

-Bueno es una promesa entonces.-dice levantandose para empezar la clase- Habéis tardado mucho en callaros, ni que fuerais crios...En la clase de hoy...

Por una vez no atiendo, mi cerebro tarda bastante en procesar lo ocurrido. Pero finalmente una vocecilla interna dice claramente, sobre el caos mental, << Has conseguido...una...cita...con...ÉL>>

Frases y momentosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora