𝔑𝔞𝔪𝔧𝔬𝔬𝔫 ℜ𝔢𝔞𝔠𝔱𝔦𝔬𝔫𝔰

#74

— 𝓣𝓮𝓻𝓬𝓮𝓻𝓪 𝓹𝓪𝓻𝓽𝓮 𝓭𝓮𝓵 #70 —

Después de aquel encuentro casual en la biblioteca donde surgió un beso que no sabía qué necesitabas, Nam te había pedido tu número de celular para tener 'más comunicación' según él, pero desde ese día no habías recibido ninguna llamada o mensaje de su parte.

Tres días donde sentías que el tiempo transcurría lentamente y las noches se hacían eternas. Tres días donde Namjoon no te prestaba ni la atención más mínima, dónde le mandabas mensaje y él solamente te dejaba en visto, y en el instituto te ignoraba como si de dos desconocidos se tratasen.

Era hora del almuerzo y tú estabas en camino hacia una pequeña y solitaria azotea que se encontraba en un estado viejo, el piso estaba manchado y las cortas bardas que estaban hechas con el fin de tener seguridad se encontraban en mal estado. La única presencia de vida que existía en aquel lugar eran unas grandes plantas que estaban al borde de la muerte por falta de agua y cuidados.

Cuando giraste a la izquierda en un pasillo te topaste con Namjoon. Él portaba un suéter color verde pastel junto con un pantalón de mezclilla y su mochila café. Ese color le quedaba tan bien, lo hacía lucir un poco tierno a cómo era comúnmente.

— Namjoon quiero hablar contigo —los dos tuvieron contacto visual pero fue lo único, después de eso él siguió con su camino ignorado tus palabras.

Como lo habías pensado, en público te trataba como una completa desconocida. No sabías la razón de ese comportamiento tan raro ¿acaso no quería que te vieran con él?

Lo viste de espaldas alejarse rápidamente sin siquiera darte una última mirada. Querías una explicación, debías pedírsela pero conociéndolo como era, sabías que no te daría una respuesta concreta.

Te cansaba su comportamiento tan cortante, su falta de atención causaba querer dejarlo todo y seguir tranquilamente con tu aburrida vida cotidiana, pero él era eso, algo nuevo que lograba incitarte a intentar cosas que nunca antes habías hecho, cosas fuera de tu zona de confort. Él era eso opuesto a tu vida repetitiva y aburrida, era la oveja negra que te daba diversión y placer a tu ser.

Con tu mente hecho un caos en confusión, llegaste a la azotea sentándote en una banca que estaba pegada a la pared de la entrada ya que era el único lugar donde encontrabas sombra. Intentabas tener tus pensamientos claros para poder descifrar la decisión que tomarías acerca de lo que estaba pasando con Joon.

Tu mirada se concentró en una bola de papel que yacía en el suelo, ésta era movida por el delicado viento que la trataba a su favor. Esa imagen la relacionabas contigo; tú siendo la bola de papel tan pequeña y fácil de mover por el viento astuto de Kim, él parecía tener control sobre ti.

— ¿En qué piensas? —una voz bastante masculina te sacó de tus pensamientos haciéndote sobresaltar en tu lugar por su sorpresiva visita.

— ¿Qué haces aquí? —preguntaste a la vez que te recorrías a un lado para que Nam se sentara.

— Yo también vengo a apreciar el cielo. —respondió mientras elevaba su rostros para observar las grandes nubes blancas que estaban en constante movimiento hacia este.

"También". Esa palabra te daba mucho a pensar, ¿cómo estaba tan seguro que tú venías a apreciar el cielo?

— Y ¿cómo sabías que me encontraba aquí? —miraste el perfil tan delicado y sutil que tenía. Nadie más aparte de ti visitaba ese viejo lugar y tampoco habían personas que supieran que lo frecuentabas.