Kris abrió los ojos. Se giró lentamente, mirando el barranco de piedra y el teléfono y el dinero que llevaba en la mano.
—¡Luhan! —se puso de pie y gritó, pero la única respuesta fue el estridente graznido de los pájaros en el cielo—. ¡¡Luhan!! —miró por todas partes, aterrorizado, pero sin importar cuánto buscara, no consiguió encontrar ni rastro de esa persona.
Inclinado sobre sí mismo, respiró hondo varias veces, tosiendo violentamente. Parecía que las fuerzas se le escapaban del cuerpo y cayó de rodillas. Las lágrimas le caían incontrolablemente de los ojos y se estrellaban contra el suelo, mezclándose con la tierra y el polvo.
Lentamente, se tumbó en el suelo, aferrando con los dedos el barro y la hierba…
Como si estuviera aferrándose a su mano.
Está bien, yo me encargaré de todo. Confía en mí. Seré siempre el mejor compañero que hayas tenido, aunque sólo quede yo.
Es sólo que… necesito un poco de tiempo. Por favor, no te sientas decepcionado.
*
Yixing miró los clavos que Kris había dejado tirados por la habitación. El iPhone blanco de Luhan estaba a sus pies, el mismo teléfono que había estado buscando como loco pero que no había podido encontrar.
—Necesito estar solo un rato —dijo Kris, y le cerró la puerta a Yixing en las narices.
Abrió la galería de fotos del teléfono. La última fotografía se había hecho hoy, el día del cumpleaños de Luhan. Se veía un precioso bosque que le resultaba familiar, y en la esquina, estaba la flecha roja y el zapato de Luhan.
“Yixing, si alguna vez te digo que quiero volver a este sitio, tienes que detenerme sea como sea.”
En su mente, la madeja de hilos se iba desenredando. El cuerpo cubierto en la camilla hacía un mes, la pulsera de cuentas que le había devuelto, y ese par de zapatos que ya no encontraba por ninguna parte.
Yixing volvió lentamente a su habitación y cogió el folleto que habían dejado por ahí el mes anterior. La imagen de la montaña era igual de magnífica que el primer día. Encendió el ordenador, y siguiendo el historial de Luhan, encontró la página web.
Junto a la descripción detallada del lugar, había una foto espectacular de la pared de piedra y un mapa de la ruta. Yixing bajó con el ratón hasta el final de la página.
Última actualización: Clown, 17 de marzo de 2013.
*
En la habitación iluminada por la luz de la luna, Clown le sonrió suavemente a Luhan.
—Has vuelto.
—Esta vez ni siquiera he tenido que tocar a la puerta —Luhan se dio la vuelta para mirar a la puerta cerrada.
—Eso es. Ya has pagado la entrada —Clown lo miró y le tendió unas llaves—. Gracias por relevarme, mi sucesor. A partir de hoy, tú serás Clown. Estas llaves pueden abrir la puerta sólo cuando alguien toque —dijo Clown—. Mira, ese pasillo tan iluminado de ahí es un lugar donde la línea temporal es extremadamente borrosa. Mientras que la persona a la que hayas encerrado no esté más allá de 60 días hacia delante o hacia atrás, puedo abrir la puerta al tú de cualquier época. Es por eso que, aunque ya he experimentado el 17 de marzo, aún podría abrirle la puerta al tú del 17 de marzo.
Clown señaló la puerta tras Luhan, que ya estaba cerrada.
—Esto es otra habitación iluminada, pero también es una prisión. Tu trabajo es engatusar a tu sucesor hasta el final de su vida, paso a paso, para que llegue a esta trampa. Si no lo haces, nunca serás libre —dijo Clown, mirando a Luhan—. Tienes una sola oportunidad de adoptar la cara y la voz de un desconocido y volver al pasado para planear el futuro. También es tu única oportunidad de atraer a tu sucesor. Escúchame. No la desaproveches. Ah, y tal vez tu sucesor ya haya aparecido.
