-|Capitulo SEIS|-

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¿Algo más?

***
Lunes

Regresar a la escuela significaba que tenía que ver a Pablo, la verdad, es que no quiero, siento un enojo profundo hacia él, pero quiero ver a Carla, tal vez convivir con ella se me empiecen a olvidar las cosas.

No entiendo que me pasaba, pero sentía un enorme odio que no se me quitaba, dentro de mí ese odio recorría todo mi cuerpo y me llevó hacer cosas que no quería.

Así que ya era hora de irme, ya había desayunado y terminado de poner algunos libros que necesitaba en mi mochila y era hora de irse, así que baje de mi cuarto y casualmente estaba por ahí mi Mamá.

- Hola ¿ya te vas a la escuela?- me dijo mi Mamá.

Desde que llegué mis papás son unas joyas porque confían en mí, me dejan salir a cualquier hora con mis amigos, porque no hay de que preocuparse en el pueblo, no a ocurrido nada que podrías decir que hay que tener cuidado, todo es muy tranquilo así que después que me acople me dejaron libre, igual ellos tienen muchas cosas que ver en su trabajo, mi Papá trabaja siendo el gerente de una empresa grande, eso es de mucho estrés y mi Mamá siendo la jefa de una sucursal de ropa aquí en el pueblo, esto no lo entendí hasta ya muy tarde.

- No ma, me voy al bar con uniforme- le contesté.

- ¡Hey! No me estés contestando de esa forma- me dijo molesta.

- Pues no digas preguntas tontas - le seguí respondiendo.

-¿Que te está pasando?, No eres así - Me dijo para que me calmara.

- No lo sé tal vez hoy no estoy de buenas - le dije.

- Está bien, dejando a un lado ésto, necesito que hablemos más tarde. - me dijo y después tosió.

- ¿De que o qué? - le pregunté.

- Cuando vengas te lo diremos, así no llegues tarde - me dijo.

Salí de mí casa muy confundido, ¿Qué quería hablar mí Mamá?, Tal vez descubrió el beso u otra vez quiere hablar acerca de lo Carla, ya sé tal vez el alcohol, he tenido una malas experiencias enfrente de ellos últimamente, bueno, nunca adivinare, sólo tendré que esperar a esa plática.

Caminé hacia la escuela y no se me olvidaba lo molesto que estaba y como cualquier otro día llegó Sofía, ¿Qué rayos quiere, está loca?

- Hola Aaron - me dijo Sofía.

- ¿Qué quieres Sofía?, hoy no estoy para soportar tus estupideces, ni tu forma de hablar, ¿Así que no puedes cambiar un poco tu voz de pito que estresa tanto? - le dije molesto.

Sofía solo me vió, derramó una lágrima y salió corriendo de dónde estaba.

- Por fin me deja en paz una vez - dije.

Llegué a la escuela, todo normal, me la pasé con Carla y la verdad es qué me entretuve con ella, pero toda la diversión llegó a su fin hasta que era hora del descansó.

Decidí siempre ir a la cafetería, así que estaba caminando por los pasillos cuando veo a Carolina de lejos agarrando a una persona y metiendolo en un salón vacío, solo pasé por ahí y quise por fin ver qué rayos estaba haciendo Carolina, tal vez estaba engañando a Daniel.

Pasé muy lento y miré por la ventana discretamente, por suerte estaban discutiendo, no escuché nada porque estaba todo cerrado, lo bueno es que no estaba siendo infiel a mí amigo.

Así que seguí caminando hasta llegar a la cafetería donde ahí estaban Armando y Carla, me fuí a buscar algo para comer y me senté, la verdad no tenía ganas de comer, no sé tal vez porque estaba tan molesto con Pablo.

Aúnque no tenía ganas empecé a comer y mientras comía llegaron los demás excepto Pablo.

- ¿Que pasa chicos, como les fué su fin de semana? - preguntó Daniel.

- Muy bien, la verdad que después de la fiesta me la pasé durmiendo, no se me antojaba salir - dijo Armando.

- ¿Y por cierto Aaron porque no fuiste? - me dijo Carolina.

- ¿Que metiche eres Carolina, además no tenía ganas de ir? - le respondí.

- ¡Huy! qué actitud traes hoy - me dijo Carolina.

- Sí, ¿algún problema? - le dije

- ¡Hey! No le contestes así a mí novia - me dijo Daniel señalando me.

- Bueno aquí parece que buscas problemas, no hagas nada de lo que te puedas arrepentir - me dijo Carla.

- Sí, tampoco es que valga la pena. - dije.

Lo dejé así y seguí comiendo mientras ellos platicaban, la verdad ese día no sentía que quería estar ahí, solo quería ir a mi casa, a mi cuarto y ver una película con palomitas, solo eso quería, entonces aquí viene un pero, llegó Pablo, se sentó en la mesa, traté de no verlo, solo ví mi comida.

Aún siento el rencor, sin embargo, solo se sentó y platicó como siempre, sin ningún síntoma de nada, solo era él, pero yo no era el mismo, hasta platicamos como algo normal y ahí es cuando lo odie más, porque las cosas no estaban bien, no lo iba a perdonar porque me cae bien, tenía que hacer algo, pero no ahora hoy no me siento con ganas.

Las clases de acabaron, decidí aún no ir a mí casa, así que me fuí al parque, solo estaba yo, viendo, tratando de calmarme y pensando.

El pueblo es muy chico, las cosas se saben y las personas casi siempre las ves.

Ya era tarde y decidí ir a mi casa, solo a cambiarme e ir a mí entrenamiento.

Fué todo normal, la verdad se me pasó todo el rencor, aún lo sentía pero mi ánimo decayó después del entrenamiento.

Terminé de entrenar y estaba caminando hacia mí casa, cuando me topé con Armando.

- Hola Armando, ¿Porque aquí sólo? - le pregunté.

- Nada solo no quería estar en mí casa y solo salí a caminar - lo dijo como sí no pasara nada, pero mientras lo decía se limpio sus ojos.

- ¿Pasa algo? - le pregunté.

- No, todo bien - me contestó.

- Bueno cuando quieras hablar sabes que soy tú amigo - le dije, luego lo abrace y seguí mí camino hasta mí casa.

Cuándo llegué nunca me esperaba algo importante, pensé que era la típica plática de papas e hijo, pero como decía antes no tenía ni idea de lo que me dijeron.

- Dónde estabas, te dije que llegarás temprano - me dijo mí Mamá mientras habría la puerta.

- Estaba entrenando - le dije.

- Bueno, no importa, ya que estás aquí queremos platicar de algo tú Papá y yo - me dijo.

- Ok, esperen un minuto, dejo mí mochila y vengo - lo dije, ya me estaba llendo cuando me detiene mí Papá.

- Hijo, déjalo a un lado, luego lo subes - me dijo mi Papá, parecía preocupado y un tema serio.

Me senté con ellos en la mesa del comedor, no sabía lo que me iban a decir y parecía serio.

- Mira hijo, las cosas pasan por una razón y hay que aprender a llevarlas - me dijo mi Papá.

- Cuando sientas que estás desesperado, nosotros siempre vamos a estar aquí y te apoyaremos, pero necesito que tú nos apoyes más ahora - me dijo mí Mamá.

- Así que como familia tenemos qué salir juntos y contamos de tu apoyo - dijo mi Papá cuendo le caía una lágrima.

- ¿Cuál es él punto?, ¿Para que me necesitas? - le dije desesperado de todo los que pasaba.

- Mira hijo el punto es qué... - me dijo mí Mamá, preparándose para decir algo y callendo una lágrima.

- Tengo Cáncer -

El Mejor Secreto (En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora