Capitulo 1
Se han ido hace un rato de la habitación, es tarde y ya no queda nadie por los pasillos y el horario de visitas se ha acabado así que decido ir a ver a Alex a la habitación de al lado. Alex es un chico de mi edad, bastante alto y algo alocado. El no está en coma pero igualmente puede verme aunque no sé cómo es que él es único que puede verme pero lógicamente cuando le habla a alguien de mi nadie le cree ya que piensan que es por culpa de su enfermedad. Alex tiene esquizofrenia y eso le a veces le hace ver cosas que no existen y también cosas que no pasan o dice cosas sin sentido. Normalmente la gente con esquizofrenia no es necesario que sea hospitalizada pero a Alex le encontraron un pequeño bulto en el cerebro y los médicos piensan que por eso tiene la enfermedad, aunque no están seguros.
-Hola Alex- le saludo entrando a su habitación.
-Laura - dice sentándose de golpe en la cama cuando me vio aparecer- pensé que hoy no ibas a venir.
-¿Y porque no iba a venir?, si te molesto me voy- digo dándome media vuelta y dirigiéndome hacia la puerta.
-No, espera, no te vayas. Pensaba que no ibas a venir porque él estaba aquí.
-¿Cómo lo sabes?- digo acercándome a él y sentándome a lado de él en la cama.
-Esta mañana ha venido- dice poniendo los ojos en blanco.
-¿A tu habitación?- pregunto algo confusa.
-Sí. Se debe de pensar que por mi enfermedad soy tonto o algo y me ha tratado como si fuera un niño de tres años- al oírle decir eso no puedo soportar soltar una carcajada a lo que Alex me mira con mala cara.
-Lo siento- digo parando de reírme- si algún día vuelvo a despertar le diré que no te trate como un niño de tres años.
-Seguramente que eso pase muy pronto- dice dándome una gran sonrisa.
-No se Alex. Ya han pasado seis meses desde que entre en el coma, creía que a estas alturas ya me hubiera despertado.
-Laura, hay gente que tarda años en salir del coma, solo llevas seis meses, puede que no despiertes ni hoy ni mañana, pero de algo estoy seguro, algún día despertaras y cuando lo hagas me ayudaras a enseñarle a los médicos que no estoy loco- dice sonriendo .
Nos quedamos varios minutos más hablando sobre cosas triviales hasta que una enfermera vine y le dice a Alex que se vaya a dormir y después de estar diez minutos rechistando porque no se quiere ir a dormir, consigue que se acostara por lo que me voy.
No sé qué os habrán contado sobre los espíritus, pero yo antes pensaba que podían atravesar paredes y todo eso que cuentan en las películas, pero realmente no podemos atravesar paredes ni puertas, por eso Alex siempre deja su puerta abierta. Tampoco podemos comunicarnos con los humanos, a no ser que te vean como Alex me ve a mí y tampoco podemos coger objetos o comer y eso es un gran problema para mí ya que estar seis meses sin comer la comida casera de mi abuela es desesperante aunque estar seis meses sin comer la comida de mi madre es algo que tengo que agradecer. Los espíritus tampoco dormimos, así que las noches se me hacen eternas. Podría quedarme con el resto de espíritus del hospital que se reúnen en el sótano por las noches, pero son todas personas de cuarenta años o más y una chica de dieciséis años no pinta mucho allí y luego están los que son más pequeños, pero ellos no entienden bien lo que está pasando así que me paso las noches haciendo cualquier cosa. A veces me quedo con Alex toda la noche, otras solo me quedo sentada en el sillón de mi habitación o me doy alguna vuelta por el hospital.
Son alrededor de las seis y media de la mañana cuando empiezo a sentir que se me oprime el pecho. En los seis meses que llevo en coma nunca he sentido eso y realmente no se siente muy bien. Estaba asustada por lo que me levanto rápidamente del sillón que había en la sala de espera donde estaba pasando la noche y empiezo a correr hacia mi habitación. Cuando llego por suerte para mí la puerta de mi habitación está abierta y puedo entrar sin problemas pero me paro en seco cuando veo a unos cinco doctores y enfermeras que no paran quietos alrededor mío. Todo pasa tan rápido que ni me entero realmente de que está pasando y cuando me quiero dar cuenta me están sacando lo más rápido que pueden de mi habitación y el corazón se me encoge cuando después de seguirles veo que están entrando al quirófano, pero cuando quiero darme cuenta la puerta se ha cerrado y no pudo seguirles más a no ser que alguien abra la puerta, así que me quedo allí en la puerta esperando a que alguien la abra.
El pasillo esta desierto, ya que es muy pronto y por suerte para mí ya no se me oprime el pecho por lo que decido quedarme sentada en uno de los sillones que hay cerca de la puerta. Tal vez ahora que tenemos tiempo debería contaros la historia de porque estoy aquí.
Todo empezó a principios de septiembre, mi hermano mayor, Mario, había tenido hace un año la estúpida idea de hacer un intercambio. Al principio me gusto la idea ya que él se fue casi un año a Inglaterra pero cuando me entere de que después tendría que venir un chico ingles a mi casa la idea no me gusto tanto. No es que tenga nada en contra de los ingleses, pero la idea de que un desconocido este casi un año entero en mi casa no me hace mucha gracia. Yo ni siquiera sabía que día iba a venir aquel chico y el día que menos me los espere aparecieron mis padres y mi hermano con él.
Yo estaba sola en casa y me habían dicho que se iban a comprar pero no le tome mucha importancia y seguí haciendo mis cosas, pero cuando les oí abrir la puerta me di cuenta de que oía una voz que no conocía y eso me extraño, por eso me dirigí a la puerta. Allí estaban mis padres, mi hermano y una chico moreno bastante alto y junto a ellos un par de maletas. En cuanto me oyeron llegar se giraron los cuatro hacia mí.
-Hola cariño- dijo mi madre acercándose a mi- Mira este es Michael, el chico que ha venido de intercambio.
-Hola, soy Michael- dijo con su acento ingles sonriéndome y dándome la mano.
-Laura- dije algo seca mientras le daba la mano.
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Holaaaa, bueno aqui os dejo el primer capitulo espero que os guste y que voteis y comenteis. :)