>Eddsworld< }Drabbles y one-shorts{

'Tu eres mi secreto'

Edward restregaba su cara con desaprobación. No llevaban ni hora y algo en la cantina. El sheriff rodeó sus hombros con su brazo y con el dedo apretó su cachete. Sonreía  tontamente y sus cachetes estaban ligeramente rojos por el alcohol.

-Tu pareces un, hic, chancho de corral -apretó su mejilla- estas cachetonsito, hip -hablo en tono borracho.

-No puedo creer que ya estés ebrio -habló con tono cansado.

-¡No estoy ebrio, tu estas ebrio por creer que estoy ebrio! -pareció enojado, pero luego volvió a sonreír- pero así te quiero, eres mi mejor amigo, hip.

El cantinero se hacerco limpiando un vaso. Miro al sheriff por un momento y luego dirijio su mirada al acompañante de este.

-¿Algo más?

-No, gracias Todd. Creo que llevaré al Sheriff a su casa.

-No te preocupes por eso, siempre lo llevó yo sin problema, estoy acostumbrado a él.

-¿Lo llevas tu solo? Esta totalmente ebrio, ¿como lo harás?

-Conosco a Thomson desde que trabajo aquí, se como tratar su ebriedad, además de que nadie más se anima a hacerlo -volteo mirando a un chico más bajo que el- Patricio se encargara mientras yo arreglo el problema. Tu bebé más si quieres.

Desamarro el delantal negro que llevaba puesto y se lo paso a su compañero. Este se lo puso dando a entender que quedaba acargo. Se hacerco al castaño.

-¿Que te sirvo?

-Una cerveza por favor, -volteo viendo como Todd salía del lugar con el sheriff- oye ¿sabes como Todd lo mantiene a raya?

-Nadie sabe -sirvió la bebida y se la paso- todos dicen que le da alguna droga para que se duerma, solo que esta toma tiempo en dar efecto, no me extrañaría, es muy astuto -seguido se retiró llendo a atender a los demás clientes.

***

-Shh, has silencio que nos escucharan.

-V-Ve lento, ¡Ah! -se aferró más a su espalda y algunas lágrimas salieron de sus ojos, golpeo tan fuerte que no sabía si le dolía o gustaba.

-Joder ¿porque eres tan malditamente hermoso? -puso sus manos bajo las rodillas del opuesto, llegando más profundo- no me puedo contener, mierda.

Pero estaba ebrio, siempre que tenían sexo lo estaba. Como le gustaría besarlo sin que los demás sospecharan. Estaba mal, estaba mal amarlo de la forma que lo hacía, aquello era contra las reglas, los ejecutarían.

-Como odio ocultar lo que siento por ti -lo beso apasionadamente, siendo correspondido. Las estocadas seguían y jugueteaba con su lengua, ahogando sus gemidos.

Eran lentas y profundas. No quería que la cama sonara demasiado, las paredes eran capas de fino cemento y madera. Aun así golpeaba su punto dulce, provocando esos gemidos que tanto lo volvían loco.

Separaron sus labios y tomaron aire, sus cuerpos estaban sudorosos y agitados. Bajo y empezó a morder y lamer su cuello de manera no muy fuerte. Dejaría millones de marcas su fuera por él.

-Ah, T-Todd, me encantas.

-Me v-voy a correr -le anuncio.

-Ah -gímio al sentir ver las estrellas cuando se corrió en su interior, la poco él también lo hizo.

Agitado salió de su cuerpo y se acostó a su lado. Sus cuerpos estaban sudorosos y sus respiraciones entre cortadas. Una ves más calmados, de acomodaron en cucharita. Lo abrazo con tenura y dejo un beso en su hombro. Le gustaría quedarse toda la noche, pero debería irse.

-De verdad me encantas -el sheriff volteo un poco y dejó un beso en su mejilla.

-Como me gustaría que lo dijeras cuando no estés ebrio.

-¿Quién dijo que seguía ebrio?