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Puede traducirse como "tormenta e impulso" en alemán

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Cuatro pisos nunca fueron suficientes para mantenerlos apartados el uno del otro

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Cuatro pisos nunca fueron suficientes para mantenerlos apartados el uno del otro. A pesar de que Durmstrang no era pequeño —una cordillera completa en un costado, dos lagos, además del patio de la Eterna Primavera, no podía considerarse pequeño—, esos dos siempre encontraron un modo de dar con la mirada del contrario.

Era ahí a donde comenzaba el verdadero conflicto.

A los once años.

—¡Malfoy, quítate! —Un apresurado Harry Potter intentaba alcanzar las escaleras laterales, pero el niño rubio se interponía en su camino. Este le daba una mirada desagradable en respuesta.

—¿Es mucho pedir que esperes un segundo, animal?

A los doce.

—¡Harry James Potter! —Draco Malfoy enojado daba un poco de miedo.

Pero Draco Malfoy enojado, con su cabello y el uniforme cubierto del líquido pegajoso producto de la explosión de un caldero, era peor que Gellert Grindelwald en persona.

Su compañero de mesa, para salvarse de la regañina, empujó a Harry hacia adelante y lo utilizó de chico expiatorio. De cualquier modo, Draco ya pensaba que era culpa suya, así que tenía los ojos enfurecidos puestos en él desde antes.

—Oye- yo- lo…

—¡No quiero oír una disculpa! ¡¿Crees que esto —Se abarcó con un gesto completo— se va a resolver con una disculpa?! Espero que sepas hechizos de limpieza, porque te voy a servir de cena al kelpie si…

A los trece.

Podría decir que fue un accidente, pero como de costumbre, Draco no lo escucharía. Harry huía de una quimera; sí, es extraño, no deberían haber quimeras en un colegio de magia al que asistían niños, pero los estudiantes mayores hacían experimentos raros en grupos y él tenía mala suerte. Si aparecía una quimera en los terrenos, seguro que era el primero en encontrársela.

Sturm und DrangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora