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Érase una vez...No hace mucho para nosotros, una aventura, la eterna travesía del amor que desencadeno todo tipo de emociones perdidas en el infinito mar del tiempo ¿Acaso era posible algo así? Si una historia es tan buena ¿Por qué no la contamos dos veces?
Dos veces fueron las que Alicia visito el País de las Maravillas.
En nuestro mundo hay varios secretos, pero el corazón nunca olvida. Mucho menos algo que fue grabado en piedra. Hay quien dice que las palabras no solo atraviesan el tiempo ¿Pero que tan caprichoso el destino?
Sea como sea, era aquel caprichoso se encargaba de dar punzadas el corazón de nuestra protagonista.
Anneliese absorta de toda realidad, ladea su cabeza ante aquel retrato suyo ¿En que momento lo había hecho? ¿Cuándo fue que tomo el lápiz? ¿Cuándo trazo aquellas líneas? Ella no tiene memoria del momento en que dibujo aquel retrato, solo recuerda haberse distraído por escasos segundos. Lo que empezó como un ensayo del Barroco termino en un dibujo suyo. La castaña suspira, sus ojos se centran en su "última creación" ella no recuerda haber sonreído de una manera tan deslumbrante como la de aquel retrato, era una profunda alegría la que adornar su rostro. Alegría que la hacía brillar tanto como las ostentosas joyas que adorna su cuello, ella tampoco recuerda haber usado joyas iguales a las que portaba en dicho dibujo.
Llámenla loca, pero en algún lugar de su cabeza retumba una risa que no es la suya. Haciéndola sonreír ¿Era ese sonido de su felicidad? Aquel lejano eco lograba hinchar su pecho sintiéndose ansiosa.
Tras ella, sus amigas se miran entre si preocupadas. Este inusual patrón de comportamiento se ha venido manifestando hace unos meses. Su amiga podía estar hablando con ellas y de la nada comienza a dibujar sin percatarse, han sido las repetidas ocasiones en las que ella, aún dormida, se para y camina sonámbula hacia su estudio donde toma lo primero que ve y pinta o en el peor de los casos su magia actúa sola logrando que de la nada, aparezcas los trazos en el papel. En un principio decidieron ignorarlo, porque pensaron que era algo puntual. Pero conforme el tiempo paso se dieron de cuenta que no solo estaban equívocas, sino que todos los dibujos estaban relacionados entre si.
Y ahí estaban admirando aquel mural conformado por setenta siete piezas. Algunas eran las hojas rasgadas de su cuaderno de notas, otras unos folios A5 y muchos lienzos de distintos tamaños. Todos pegados en la pared, unos juntos a otros cuál rompecabezas que al juntarlo forman una hermosa imagen. Un arco de mármol hermosamente tallado en un al estilo renacentista con enredadera de flores por los alrededores, su amiga tenía una de esas flores entre sus manos ofreciéndosela a un desconocido sin rostro.
Las mujeres conectan sus preocupadas miradas ¿Esto tenía que ver con los poderes de su amiga?
— Esto, no tienen nada que ver con tu magia, ¿Lo sabes, no? — Salem, quien carece de tacto alguno, se sienta en el suelo al lado de la castaña.
