ʀ ᴇ ʜ ᴀ ʙ | Control Z

07 | Pelea

CAPÍTULO SIETE
― PELEA.

Las clases por fin habían llegado a su fin, y eso significaba que la pelea se daría muy pronto.
Con Javier salimos de la escuela y fuimos a su auto a dejar nuestras mochilas, esa fue mi idea ya que si algo pasaba sabía que íbamos a ser unos de los que intervendrian.

Estábamos volviendo a la entrada de las escaleras a esperar a Sofía, pero el se frenó y me miró con una sonrisa divertida.

― ¿Porqué paras? ― cuestione, él se dio vuelta dándome la espalda.

― Sube ― pidió señalando su espalda, yo levanté una ceja ― Vamos, es que me das lástima ahí caminando mal.

― Bueno, pero que conste que es porque no quiero caminar ― dicho esto di un pequeño salto mientras el se agachaba y me subí. Agarró mis muslos pasando sus brazos y yo rodee su cuello con mis manos tratando de no ahorcarlo.

Empezó a caminar entre la gente hasta que vimos a Sofía hablar con Raúl.
Ese pibe no cae muy bien, algo no me termina de convencer, pero que se yo, a veces me re persigo y nada que ver.

― ¿Quieres un cacahuate? ― le ofreció Raúl a mi amiga, ella negó.

― Hola ― interumpi alargando la "a". Raúl me miro un poco molesto por haber interrumpido y Sofía sonrió viéndome desde abajo.

― Que pedo, ¿Vienen a ver cómo se educa a un pendejo? ― dijo Raúl masticando los manis.

― ¿Cómo? ― el chico que me tenía en su espalda hablo confundido.

― Tu sólo mira.

Luego de eso Raúl se fue y Sofía nos miro.

― ¿Qué hacen?― pregunto la de ojos claros mirándonos con gracia.

― Me dio lástima que camine mal― se burló el más alto.

― Yo disfruto de la altura, acá corre un aire re lindo ― hable mirando para todos lados ― nunca tuve esta vista del mundo.― confesé y mis amigos rieron.
― Cambiando de tema, ¿Creen que va a venir?

― Espero que no ― no pudimos seguir hablando ya que apareció Quintanilla junto con otra profesora.

― A ver, no va a haber pelea. No va a haber show ― comenzó Quintanilla en el centro de la vereda. Al instante todos lo empezaron a abuchear.

Con los chicos nos empezamos a alejar, yo seguía en la espalda de Javier, al parecer no le molestaba.

Desde la altura que tenía pude ver a Luís acercarse cruzando la calle.

― No me jodas ― susurre ― Luis está ahí ― Dije más alto y señalando con mi dedo en donde estaba el chico.

― ¡Qué pedo, pendejos! ― grito llegando al centro de la vereda. ― ¡Qué pedo, putos! ¿me extrañaron? ― para ese momento Quintanilla se había acercado a él para detenerlo. Los demás alumnos también se habían acercado formando una ronda.