Después de Luke

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Advertencia breve antes de iniciar: 

Contenido para mayores de 18, smut Jercy, Jason Grace x Percy Jackson. Si decides continuar la lectura pasando de largo la advertencia, ya entra en tu criterio como lector. 

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Salí de la fiesta apresurado, esperando que él no me haya visto hablar con Piper, porque podría ir y preguntarle a donde fui, y dioses, no podría soportar que me hable.

Yo lo maté.

Y no es como cuando matas a un monstruo y el regresa por ti en el tártaro, no, él regresó de la muerte, ¿Fue como Hazel? ¿O como Gwen en el campamento Júpiter? Pero es ilógico, yo cerré esas puertas. 

El pánico se apoderó de mi rostro. No podía ni siquiera respirar. ¿Y si viene a vengarse? ¿O si sabe sobre...?

No, padre, por favor, no lo permitas. Si alguna vez me has amado, no permitas que nada de eso pase, por favor, tengo novia.

   - ¿Percy? -escuché detrás de mí una voz más joven, y al voltear vi a Nico di Angelo con un ceño fruncido que me hubiera hecho correr lejos de él si no lo conociera - ¿Estás bien, Percy?

  - Yo... no, no lo estoy.

 Sé que Nico estuvo enamorado de mí un tiempo, nunca lo entendí muy bien, pero ahora que me veo en la misma situación que él, entiendo que es doloroso. Tener a alguien que te guste, pero no puedes tener, y más un hombre, debe ser un poco difícil de digerir.

  - Percy, estás pálido -dice mientras camina a mi lado.

  - ¿Cómo puedes soportarlo? Yo te... yo te gustaba, Nico, ¿cómo puedes estar tan tranquilo conmigo?

  - Eso- eso no tiene nada que ver contigo. Además, yo soy-

  - ¡Sí, yo sé que eres gay! -lo interrumpí con mucha fuerza, tomándolo por los hombros mientras sollozaba- ¡Pero yo tengo novia!

Me miró con mucha sorpresa, para luego cambiar a furia. Quizá me malentendió, no lo sé. Quitó mis manos de su cuerpo con brusquedad y se fue con el mismo rostro de molestia con el que llegó, no sin antes decir:

  - ¡Y yo tengo novio, Perseus!

 Oh, dioses, la cagué.

Tomé las llaves del auto de Paul de mi pantalón, me coloqué en el asiento del piloto y solté un suspiro. Annabeth tendrá que ir a casa sola, lo lamento. Conduje hasta una casa cerca de la playa que mis padres compraron en California hace poco, con el corazón en la boca y las lágrimas tapándome la vista. Sabía que me tardaría en llegar, pero ya no soportaba estar en el mismo lugar con él. 

  - ¿En serio acabas de decirle a mi hijo que es gay como un insulto?

  - ¡Hades! -grité viendo por el retrovisor al dios ya mencionado en el asiento trasero. El volante me falló unos segundos, hasta que me orillé en la calle- ¡¿Qué hace aquí?!

  - No vine por ti, si eso estás pensando. Y tampoco vine por el otro chico. ¿Eso crees no? -preguntó con una sonrisa divertida- Él fue... un caso especial, ya no es el Luke que conoces, pasó por el río Lete antes de volver, y movimos un poco la niebla para que pensara que ha vivido toda su vida en orfanatos. No recuerda nada de lo que ha vivido, y nadie lo reconoce tampoco.

  - ¿Entonces cómo pude saber quién era? ¿Y qué hacía en una fiesta de semidioses? -interrogué. Él se encogió de hombros vagamente, con el rostro sereno ante mi incertidumbre- ¡Tsk! ¡Dígame!

Después de Luke.- JercyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora