diez

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Después de unos pitidos contestó.

—¡Hacey!. ¡¿Por Dios, estas bien?!. ¡¿En dónde estás?!—Maicol

—¿Maicol?...—Hacey

Mi voz...Es esa voz, la misma voz de ése día...

—¿En donde estas, pequeña?—Maicol

—En el gimnasio...—Hacey

—¡Voy para allá, no te muevas de ahí!—Maicol

—Tú tranquilo, ni siquiera puedo—Hacey

—¿Hacey qué mierda te paso?—Maicol

—Ven por mí...por favor...—Hacey

Colgué y dejé caer mi teléfono, me empezaba a doler todo el cuerpo, la razón es simple, el aire se estaba filtrando en mi cuerpo y yo ni siquiera calenté, ahora el dolor me domina al máximo.

—¿Quétiene la niña?—???

Cómo pude volteé a ver quién es, es el imbécil al que deje tirado. Regresé mi mirada a la nada para seguir esperando a Maicol, pasaron unos minutos.

—¡¿Por qué no me respondes niña?! ¡¿ahora me tienes miedo?!—???

Se acercó a mí y me levantó del brazo con fuerza, su mirada era una de odio.

—Sueltame imbécil, por ahora no tengo fuerzas pero eso no quita que después te vuelva a romper la cara—Hacey

Él me miró mucho más enojado y levantó su brazo con el puño cerrado, de un momento a otro sentí su puño en mi cara y poco dolor recorrer mi mejilla.

—Pegas como nena—Hacey

Le sonreí arrogante, levantó de nuevo su puño y lo volvió a estampar en mi cara, creó que dejará una marca.

—Tus golpes me soban la cara putito—Hacey

Apretó con más fuerza mi brazo y volvió a levantar su puño dispuesto a pegarme de nuevo, pero una mano lo detuvo, era un puño de hombre, se veía muy fuerte, me sorprendió hasta que ví que era Maicol.

—Te jodiste, imbécil—Hacey

Él me miró sin entender. Maicol lo volteó bruscamente haciendo que me soltará y cayera al piso pegándome de nuevo, Maicol lo tomó por la cadena que traía en el cuello, lo jaló y le dió un puñetazo, después lo agarró por el pelo y le volvió a dar un puñetazo tirándolo al piso con sangre en la mejilla izquierda.

—¿Eres muy hombre, cierto?, párate y pégame a mí—Maicol

Se arremango la playera y se puso en posición, el imbécil en el piso se levantó y le dió un golpe a Maicol, Maicol se lo devolvió y así empezaron a pelear, Maicol lo volvió a agarrar de la cadena, que por cierto no entiendo por qué la trae si es recomendable no usar nada de joyas, y le dió un puñetazo tirándolo al piso y dejándolo noqueado.

—No sé cómo te crees un macho si no aguantas nada—Maicol

Paso por arriba del chico y me miró furioso, se dió la vuelta dándome la espalda y sobando sus puños.

—Vamonos—Maicol

Maicol, ya iba a dar el primer paso pero lo detuve agarrando su playera.

—No puedo caminar—Hacey

Maicol se quedó parado y después caminó hacia mí, me cargó estiló princesa y me llevó por todo el gimnasio hasta la salida. Me subió al Jeep, me abrochó el cinturón y se subió en el lugar del piloto, arrancó sin siquiera mirarme, todo el recorrido fue en un silenció incómodo.

~𝚄𝙽𝙰 𝙿𝚄𝚃𝙰 𝙴𝙽𝙰𝙼𝙾𝚁𝙰𝙳𝙰~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora