Era diciembre y el frío se hacía notar, Lynx Malfoy arrugó su nariz cuando noto que el frío viento dio de lleno en está. Bufo molesta, no quería estar en el Callejón Diagon buscando regalos de Navidad, quería estar en el salón de su mansión frente a la chimenea con una taza de chocolate caliente y un libro.
Acomodo la bufanda que llevaba en su cuello y tapo su nariz con esta, su hermano la miró riendo de forma burlona.
—Tienes la nariz roja —Le comento Scorpius dejando de reír pero no de sonreír.
—Es del frío estúpido —Se excuso Lynx.
Y era cierto, cuando el invierno llegaba la blanca piel de Lynx Malfoy se tornaba de un leve color rojo a causa del frío, por lo que su nariz y mejillas estaba rojas en ese momento, Scorpius también tenía la piel de un color casi igual pero no era tan friolero como su hermana.
—¿Vamos a Sortilegios Weasley? —Pregunto Scorpius a lo que su hermana asintió.
—¿Qué regalos te faltan? —Preguntó Lynx.
—Sólo el de tía Daphne, ¿y a ti? —Scorpius no era el único que deseaba estar ya en casa frente a la chimenea.
—El de Leo —Respondió Lynx mirando la lista que había hecho.
—¿Ya sabes que comprarle? —Preguntó Scorpius a lo que rápidamente Lynx asintió con una sonrisa.
—Sabes lo fácil que es Leo para los regalos —Empezó a decir Lynx peor Scorpius la interrumpió.
—Pero tu amas complicarte, esforzarte y buscar lo mejor —Dijo Scorpius con una sonrisa burlona.
—Exacto —Afirmó Lynx. —Y por eso es que necesito complarle eso —Dijo Lynx señalando un exclusivo kit de bromas que de podía ver en el escaparate de Sortilegios Wealsey.
Scorpius asintió sonriendo, realmente era un buen regalo pero también era cierto que Leo Nott se conformaría con el simple detalle de saber que te has acordado de comprarle algo y sabía que el hijo de Theodore Nott le reprocharia a su hermana por gastar tanto dinero, pero ella lo ignoraria.
Los hermanos Malfoy entraron a Sortilegios Wealsey y allí sus caminos se separaron, Lynx si decir nada fue directamente a por el kit que tenía planeado regalarle a su mejor amigo. Por suerte para ella cuando llegó aún quedaban un par por lo que cogió uno de ellos lo más rápido que pudo, después fue a por unas golosinas ya que aparte de frío tenía hambre.
Pero en el camino hacia el pasillo donde las golosinas se encontraban noto un cuerpo chocar con el suyo, haciendo que ella casi callera.
—Ten más cuidado —Se quejó Lynx acomodando nuevamente la bufanda en su cuello.
—Es que eres demasiado bajita y no te vi —Se burló el causante de su casi-caída, James Potter.
Lynx bufo, ¿de todas las personas del mundo tenía que chocar con él?
—Que te den Potter —Se volvió a quejar la rubia, fastidiada por qué James volviera a burlarse de su metro cincuenta y dos de altura.
Ella había heredado la altura de los Greengrass y no de los Malfoy, haciendo que incluso su hermano, que tenía un año menos que ella, le sacará unos cuantos centímetros por lo que para hablar con James Potter, quien fácilmente le sacaba una cabeza, debía alzar la suya.
—¿Y esto? ¿Para quien es? Espero que no para mi por que yo ya tengo uno —Dijo James quitándole el kit de sus manos y mirándolo.
—No es para ti, ¿por qué querrías que la rubia hija de Draco Malfoy te comprara algo? —Cuestionó Lynx quitándole el kit de las manos y yendo a pagar, olvidándose completamente de las golosinas que iba a comprar.
James hizo una mueca y siguió a la rubia hasta el mostrador.
—Vas a estar un buen rato esperando —Comentó James mirando la larga cola que se había formado en el mostrador.
Lynx murmuró algo que el chico no alcanzó a escuchar para después ignorarlo.
—¿Me estas ignorando? —Cuestiono James llevándose una mano al pecho ofendido.
—Sí, pero resulta difícil si sigues siendo tan molesto —Respondió Lynx sin mirarlo.
—No ignorarme es más fácil —Le dijo con obviedad James.
—También te resulta fácil cerrar la boca y sigues parloteando —Lynx todavía no miraba al azabache.
James bufo y cogió a la chica de la muñeca arrastrandola mientras escuchaba sus quejas, maldición se insultos hacia él, finalmente la llevó al principio de la cola.
—Noa, me llevó esto —Le dijo James a la chica que estaba en la caja registradora, rápidamente James sacó el dinero que Lynx llevaba en su bolsillo para pagar aquel kit, el cual Noa le cobró sin ningún problema.
James le dio el dinero restante y el kit a la rubia se encontraba mirándolo de arriba a abajo.
—Gracias Potter —Dijo finalmente Lynx guardando el dinero en su bolsillo dispuesta a irse ya de la tienda.
—¿Para quien es? —Pregunto una vez más James señalando el kit que Lynx llevaba en sus manos.
—Para Leo, pesado —Respondió Lynx desapareciendo del campo de visión de James.
James asintió sin darse cuenta que la rubia ya había desaparecido de la tienda, cuando callo en cuneta de esto fue en busca de su tío George para decirle que también se iría cuando encontrará a Albus.
Finalmente ambos hermanos Potter llegaron a casa y mientras uno fue directo a la cocina el otro fue a pedirle permiso a su padre para visitar a Remus... Creo que podemos saber quien hizo que, ¿no?.
James sonrió cuando su padre lo dejó usar la chimenea y así acabo en la casa de Remus, habían pasado tres días y el hombre lobo aún no le había dado respuestas de nada por lo que ahora en vez de esperar a que él fuera, iría él.
—Mucho tardabas en venir —Se burló Remus cuando vio a James en la chimenea.
—Estaba comprando regalos —Respondió James sentándose a un lado de el hombre lobo.
—¿Quieres algo? —Preguntó Remus mientras daba un sorbo a su café.
—No, gracias —Respondió James sonriendo. —¿Y Tonks? —Pregunto al no ver a la chica por ningún lado.
—Con Teddy en casa de su madre, han ido a visitarlas —Respondió Remus.
James asintió y miró a Remus analizándolo a lo que él hombre sonrió con burla.
—¿Qué quieres saber? —Pregunta Remus sabiendo por qué el azabache había ido.
—Todo —Respondió James seguro sabiendo que eso iba a tardar y que probablemente no estaría preparado para lo que iba a escuchar.
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¿Quién dijo pelirroja? [James S. Potter]
Fanfic𝐐𝐃𝐏 | ¿𝑸𝒖𝒆́ 𝒕𝒐𝒅𝒐 𝑷𝒐𝒕𝒕𝒆𝒓 𝒕𝒊𝒆𝒏𝒆 𝒂 𝒔𝒖 𝒑𝒆𝒍𝒊𝒓𝒓𝒐𝒋𝒂? 𝑫𝒆𝒋𝒂𝒓𝒎𝒆 𝒄𝒐𝒏𝒕𝒂𝒓𝒐𝒔 𝒍𝒂 𝒗𝒆𝒓𝒅𝒂𝒅. James Sirius Potter definitivamente no se había enamorado de una pelirroja como aquella conocida maldición Potter indic...