Capitulo 3

1.8K 134 11
                                    


Azul

Antes siquiera de poder hablar, silencio mi queja con su boca. Esos labios se apoderaron de los míos como si siempre le han pertenecido. Su lengua se sentía cálida en consonancia con la mía; húmeda, caliente y carnosa apoderándose de mi boca con gran destreza y osadía. Este hombre sabía como besar, pero claro como alguien de su calibre no podría hacer delirar a una mujer tan solo con el roce de sus labios.

Desprendía de mis labios sonidos que hacía tiempo nadie provocaba, porque la verdad nadie nunca me había besado como Shane, quien tomaba su tiempo explorando mi cavidad bucal a consciencia. No podía creer que un beso podría hacerte añorar tanto algo que antes no tenía la mínima importancia en tu vida.

Mis sentidos estaban obnubilados y encandilados por la abrumadora sensación de sentir la danza de sus labios en compas con los míos. Agradezco estar rodeada por sus brazos porque de lo contrario el suelo estaría cerca de mi destino. Al percatarme de que estaba devolviéndole el beso con la misma intensidad con la que él lo hacía, y lo peor de todo esto es que sentía su deseo palpable entre mis muslos llenando mi mente de imágenes subida de tono.

No, no puede gustarme este hombre. Es un completo idiota y es un Morgan que son como una especie de dioses en este pueblo o ellos se creen los dueños del lugar.

En medio de mi lucha mental, el se separo lentamente de mi. Y un sentimiento de pérdida se instalo en mi pecho ¿Qué rayos me está pasando? Solo fue un beso, un extraordinario, pero beso al fin. Y ahora me pregunto que se espera en estas situaciones, ¿Qué palabras podrías decir sin que termines alabándolo pero que tampoco lo ofendas?

- Si el aire no fuera necesario, no habría parado de besarte.- susurro sin despegar su vista de mis ojos.- Al final tenia razón, nos atraemos a pesar que somos polos opuestos.

¿Qué decir a semejante declaración?

Nunca me ha pasado lo que estoy experimentando en estos momentos. Nadie ha sido capaz de dejarme sin habla y con deseos de ir más allá de unos roces.

- Esto no significa nada, mejores besos he recibido.- explote al ver su sonrisa tan cálida, tenía la apetencia de borrarle esa sonrisa de yo siempre gano. Pegue la vuelta y entre en mi departamento.

Dando vueltas en la estancia llegue a la conclusión que pensando no resolvería nada. A como dé lugar dejaría de estar pensando en mi sexy vecino y esa boca esculpida por los dioses hecha para pecar.

- Estoy emocionada de que me haya dado la oportunidad de trabajar para usted, princesa.

- Por favor no me diga así, ya es una etapa de mi vida que se ha cerrado. Mejor llámeme Azul.- le propongo ya que ese apodo remueve muchas cicatrices en mi alma.

- Lo siento, no lo volveré hacer.

- Gracias.

Me decidí por contratar cuatro de las tantas que entreviste, sabía que tenía un trabajo arduo por delante para poder armonizar esta sucursal. Se aproxima la inauguración por lo que debo enseñarles más de este mundo, por lo que cada día les daría clases sobre el tema principal de mi tienda. Que puedan ver cuál es mi percepción en este ámbito.

Había tenido mucho trabajo organizando y desempacando algunos artículos y vestidos de novias que mi madre me envío. A pesar de todo esto un pensamiento constante no salía de mi mente, taladraba persistente mi cerebro embotando esa habilidad del olvido que poseemos pero que hoy no me está funcionando. No puedo evitar revivir el beso con Shane. Es que fue... increíble.

Y ese es el problema. No debería haber sentido nada especial por ese beso.

Sacudo mi cabeza intentando alejar esos pensamientos, porque no quiero que suceda lo que las personas dicen, que cuando piensas intensamente en alguien lo estas llamando y no quiero que se aparezca invadiendo mi tienda.

Mi sueño AzulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora