Capítulo 7 Cuento 2

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Una vez que finalizó la carrera Ash estaba dispuesto a irse a su garaje en los pits y a guardar el IndyCar y una vez lo guardó Dawn se le acercó y le dio un beso en los labios.

Y dice ven vamos a pasear Ash se sube del lado del conductor pero Dawn le dice yo quiero conducir y Ash accede.

Dawn pone la radio y se escucha el tema de Aire de grupo Intocable.

Ash tenía todos los álbumes de la banda desde sus inicios.

Y una vez se fueron a comprar un helado y se reúnen ya en la noche con sus amigos y Ash les cuenta otro cuento.

Ash dice muy bien les contare el cuento de Atlantis.

En el sótano de un museo, una tarde del año 1914, el joven Ash Ketchum soñaba despierto: "¡Si pudiera descubrir la fabulosa ciudad de la Atlántida, sumergida en el mar hacía siglos y que su abuelo Thaddeus tanto había buscado!"

Para ello, debía encontrar ante todo un libro, el Diario del Pastor, y luego organizar una expedición...

Pero, ¿de dónde sacar el dinero para semejante aventura?

Ash estaba de suerte. el multimillonario alcalde de Ciudad Luminalia le mandó llamar. ¡Tenía el Diario del Pastor!

-Sí, Ash. Tu abuelo me lo envió. Voy a financiar una expedición para encontrar la Atlántida y quiero que vayas en ella. ¡Nadie sabe más que tú de esa ciudad, porque incluso conoces el idioma de sus antiguos habitantes! ¡Te necesito!

Ash se sintió feliz.

En el submarino Ulysses, los expedicionarios se dirigieron a un punto del fondo del mar. Pero el Leviatán, una especie de gigantesca langosta mecánica, ¡les atacó!

Los supervivientes acabaron en una enorme cueva en la que podían respirar. El comandante Rourke pasó revista al grupo: su ayudante Anabel, Barry, N, la señora Caroline, Cilan, Fennel, el doctor Brock, Ash...

Se adentraron en la cueva, y al cabo de varios días divisaron una extraña ciudad: ¡la Atlántida! Al acercarse, unos guerreros les cerraron el paso. Los mandaba la princesa May. Ash habló con ella, y May comprendió que el muchacho era bueno. Entonces confió en él y llevó a todos ante su padre, el rey.

El rey, muy anciano, desconfiaba de los expedicionarios. ¡Y con razón! Cuando May enseñó a Ash el extraordinario lugar, Surge y Anabel mostraron sus verdaderas intenciones: ¡querían apoderarse del Cristal Madre, la fantástica fuente de misteriosa energía que permitía la vida en la Atlántida! ¡Con él serían ricos!

Surge y Anabel obligaron a May y Ash a seguirles hasta el corazón de la Atlántida. El joven protestó: -¡Si os lleváis el Cristal Madre, todos morirán!

Surge no hizo caso. Llegaron ante la fuente de energía. Entonces del Cristal Madre salieron unos rayos de luz azul. Los rayos alcanzaron a May, la absorbieron y la cristalizaron. De ese modo la princesa se sacrificaba para tratar de salvar a su pueblo.

El malvado Surge metió a la cristalizada May en una cápsula metálica que ató a un globo, y se dispuso a salir con los expedicionarios por un volcán. Cuando Ash se opuso, le golpeó y le dijo que él se quedaría allí. Entonces los demás reaccionaron. Habían ayudado a Surge sin saber lo malvado que era, pero no estaban dispuestos a dejar a uno de los suyos condenado a una muerte segura.

Anabel y Surge siguieron adelante con sus planes.

No les importaba haberse quedado solos: así obtendrían más dinero. Ash fue a ver al rey para contarle lo que había pasado. El anciano, moribundo, dio al joven su propio cristal -el mayor regalo que un atalante podría hacer- y le dijo :

-Salva la ciudad y a mi hija. Recupera el Cristal. Ash sintió entonces que una gran fuerza le invadía.

Rápidamente Milo convenció a sus compañeros y, con varios Altantes, montaron en unas máquinas voladoras con forma de Magikarp.

-¡Adelante! -gritó el muchacho-. ¡Hay que detener a Surge y salvar la Atlántida!

La flota avanzó a toda velocidad hacia el globo que se llevaba a May.

Al ver llegar la flota voladora, Surge arrojó a Anabel de la barquilla para elevarse más deprisa, pero fue detenido por el grupo. Después hubo una lucha terrible entre Ash y él. Al intentar golpear al joven con un hacha, Surge abrió una brecha en la cápsula donde estaba May. Ash metió un trozo de escalera en el Cristal y tocó con él a Surge. ¡Y Surge se convirtió en cristal! Después,aquel tipo duro, ¡se deshizo en multitud de trocitos!

La cápsula reventó y apareció May en el aire con forma humana. Llevaba un brazalete: el que había tenido de niña y que su madre se había llevado cuando se sacrificó ella también, por su pueblo.

Los expedicionarios decidieron guardar el secreto sabre aquella maravillosa ciudad y regresaron con el alcalde de Ciudad Luminalia. ¿Todos? No. Ash se quedó con May. Y ambos mandaron levantar la estatua del último rey, para que cuidara de la Atlántida. 

Ash al terminar su cuento les pide a todas que se vayan a dormir ya que seguirían con las carreras y para no sentirse cansados a la hora del repostaje y cambio de neumáticos que era lo primordial para poner a Ash de regreso en la carrera y así hacer que gane IndyCar Series y así el poder convertirse en el primer gran campeón de NASCAR en ganar la Indy Racer League y con sus patrocinadores en NASCAR e IndyCar se convertiría en el hombre más rico del mundo.

Sus amigos por otro lado obtendrían beneficios excepcionalmente altos como coches de lujo y deportivos, spa, bonos de navidad, y un sin fin de beneficios adicionales ya que Ash competía en dos categorías el ex piloto Richard Petty fue su inspiración y también inició su pasión por las carreras al ver correr a los Hudson Hornet en los inicios de las Series NASCAR siendo su número favorito el 51 y el cual demostraba gran rigidez pero a la vez se mostraba como un auto duradero y super resistente pero todo eso cambió con un accidente en 1954 y esto hizo que el piloto que lo manejaba renunciara.

ESTA HISTORIA CONTINUARÁ...

Herbie Ash y Volkswagen de México Donde viven las historias. Descúbrelo ahora