Rubius Bowl Month

Día 1

Si algo en lo que estaban de acuerdo todos los omegas de la manada de Rubius, es que el osito no entendía ninguna indirecta y aunque se lo dijeran de frente el pobre oso no lograba entenderlas.

En una de las mesas de la pequeña cafetería del pueblo se encontraban sentados siete omegas esperando a que su alfa realizara los pedidos en la caja, aunque ver a Nieves un poco frustrada porque el híbrido no entendía ninguno de sus intentos de coqueteo era uno de sus shows favoritos.

— ¿Quién lo salva hoy? —pregunta con diversión el omega de lentes jugando con una de las servilletas.

— Yo creo que le toca a Vegetta, porque miren, Willy acaba de dejar su puesto —comenta con una sonrisa pícara Auron sin dejar de mirar la escena que había en la caja.

— Pobre de nuestro Alfa, no se da cuenta de que le están coqueteando.

El comentario de Fargan solo hacía notar lo mucho que le divertía la situación y que tanto Alexby como Lolito no aguantaran por más tiempo la risa.

— Venga, ya paren de burlarse de Rabis.

— Vamos Luzu, que ellos no van a dejar de reírse.

El omega de ojos amatistas le toma la mano al omega de ojos color rubí para seguidamente levantarse de la mesa y caminar a la caja para ayudar a su alfa.

— Hola chicos —saluda Willy, al notar el olor de ambos, terminando de anotar la orden de Rubius.

— Hola~ —saludan ambos omegas. Nieves por su parte solo mueve un poco su mano al mismo tiempo que sus mejillas se colocan tan rojas como un par de manzanas maduras.

— ¿Nieves, estás bien?

La pregunta inocente del híbrido solo hace que los tres chicos suelten una pequeña risa disimulada.

— Ella está bien, osito. No tienes que preocuparte de nada, ahora ve a tu mesa con tus omegas que en un momento llevo sus órdenes —Willy pasa un brazo por los hombros de Nieves al mismo tiempo que le guiñaba un ojo al oso.

El alfa con las mejillas ligeramente sonrojadas toma de la mano a sus dos omegas para ir a la mesa, donde el resto tenía sonrisas pícaras y de complicidad.

💚🐻💚

Vegetta como el mejor amigo de Willy sabía bien cuáles eran sus intenciones, además de que ese era un tema ya hablado con el resto de los omegas de la manada y todos ellos estaban de acuerdo en que el albino también fuera parte de la manada, por lo que decide ayudarlo siendo consciente de que los demás omegas le seguirían el juego.

— Bueno, bueno, Willy, compañero, pero ¿qué fue lo que ví? ¿estabas coqueteando con Nieves? —la pregunta toma desprevenido al albino que por poco y derramaba una malteada sobre Lolito.

— Perdona Lolito, casi te hecho la malteada encima —se disculpa terminando de colocar todas las bebidas en la mesa mientras ignora deliberadamente la pregunta del oji-amatista.

— Tranquilo, chaval, pero venga. Responde la pregunta —la sonrisa de Lolito si bien se veía dulce y sin ningún tipo de segundas intenciones, en realidad te hacía pensar en tus peores pesadillas y el albino solo pudo suspirar.

— ¿Pero qué dices? Yo no estaba coqueteando con Nieves, a ella le gusta alguien más al igual que a mí... Y ustedes lo saben —responde Willy aceptando beber un poco del café que le ofrecía Alexby— En fin, me tengo que ir a atender a los demás clientes. Los veo después chicos, adiós osito~

Los siete omegas se despiden del albino y dirigen la mirada hacia su alfa, que se había quedado paralizado al escuchar la pregunta de Vegetta.

— ¿A Willy le gusta alguien? —el tono de voz hizo que los chicos se estremecieran con algo de miedo. Sin embargo, Fargan respira profundo para calmarse y sonreír con burla.

— ¿Eso es algún problema, osito?

— Es cierto, Rubius, ¿hay algún problema con eso? —pregunta Auron apoyando su cabeza en el hombro de Alexby.

— Si... ¡Es decir, no!... ¿Tal vez?... No, esperen, ¿por qué le gusta alguien?

Las mejillas rojas y las orejitas peludas que se agitaban de un lado a otro, además de que no podía pensar bien lo que decía, eran solo algunos detalles que delataban lo nervioso y celoso que se encontraba el híbrido.

— Pues, a Willy le puede gustar quien sea, él es una persona libre —comenta con simplicidad Mangel para volver a beber de su malteada.

— ¿Qué? ¡No!... Digo, sí. Él es libre, pero no le puede gustar nadie... Esperen, ¿qué dije?... Yo no quise decir eso... B-Bue-

— Ya lo entendimos, Alfa —Alexby interrumpe la palabrería sin sentido del teñido.

— ¿Si? —mira a todos los omegas y todos ellos asienten— ¿Q-Qué...? ¿Qué entendieron?

— Te gusta Willy y a tu bestia también —las palabras de Luzu fueron con un golpe para Rubius, un golpe de realidad.

— É-Él me gusta... ¿Cómo lo saben? ¡Yo no lo sabía!

Las risas de los omegas no se hicieron esperar porque eso era algo que ellos se esperaban. Si bien ellos eran una manada formada desde que tenían 15 años, eso no significaba que Rubius se hubiese dado cuenta de sus sentimientos en esos momentos. No señor, el alfa tardó tres largos años en darse cuenta de que estaba enamorado de los 7 omegas que se encontraban sentados en la misma mesa que él y ahora a sus 21 años, había tardado otros tres años en darse cuenta de que le gustaba el albino de sexo primario indefinido que trabajaba en la única cafetería del pueblo.

— Nos dimos cuenta por el lazo y porque eres demasiado obvio, chiqui

— Vegetta, tiene razón. Al menos Willy es más discreto con la persona que le gusta —señala Mangel mirando al albino a un par de mesas.

Todos miraron al albino que había vuelto con Nieves en la caja, ambos chicos estaban riendo. Rubius sintió a su bestia rugir molesto por ver a su chico tan cerca de Nieves.

— ¿Cómo es la persona que le gusta a Willy?

— Es un híbrido —comenzó Fargan bebiendo su café.

— Alfa —siguió Auron levantando la cabeza.

— Se tiñe el cabello —se burló Lolito.

— Es un poco lento para entender algunas cosas —comentó Vegetta mirando a Rubius directamente.

— Pero es tierno —respaldó Luzu con una sonrisa dulce.

— Es muy celoso —se queja Mangel.

— Grita mucho —finaliza Alexby besando la mejilla del Alfa.

— No conozco a nadie así —dice el híbrido oso haciendo un leve puchero, que Alexby besó, sin entender que sus omegas lo describían a él.