5.

3.2K 220 29
                                    

—No quiero anestesia en caso de parto natural...— habló el muchacho en voz alta desde su lugar sentado en la cama con su portátil sobre las piernas, sabía que su voz llegaría más allá de la puerta abierta del baño donde su alfa se estaba afeitando.

—Anotado.

El jefe llevaba un buen rato escuchando las indicaciones de su pareja por absurdas e innecesarias que pudieran parecer algunas de ellas.

—Y tampoco quiero recibir sangre...

Aaron pasaba la navaja sobre su piel cuando escuchó eso y se asomó para ver a su omega, quería saber si estaba hablando en serio.

—No creo que necesites una transfusión de sangre por un nacimiento, Reid...

—Siempre es bueno aclarar los asuntos antes de que sea el momento...

—No pensé que tuvieras objeciones a un procedimiento médico de esa clase— volvió adentro del baño para enjuagarse dejando al genio con un documento a medio redactar, y tarde recapacitó en que probablemente ahora recibiría un monólogo por parte de Reid acerca de... ¿Sangre?

—Es un método arcaico, por nada medieval, E. Coli, VIH, Hepatitis, Plasmodium vivax...

—No vas a contraer malaria por una transfusión sanguínea, Reid

—¿Quieren meter sangre de un ser humano a otro? ¿Por qué no igual se cancelan los drenajes y volvemos a verter recipientes con excremento en la vía pública como en el oscurantismo?

En un momento el azabache ya había salido y se secó el rostro con una toalla, antes de poner su mano sobre la tapa de la computadora presionando hacia abajo para cerrarla —Ya basta, no te enojes, no dejaré que nadie te haga eso ¿Okay? Tienes mi palabra.

El genio suspiró y se quitó los lentes, era algo temprano para dormir así que se había hecho a la tarea de dejar el documento redactado, así en caso de ser necesario por estar inconsciente o incapacitado para tomar una desición, Aaron sabría lo que quiere que se haga y lo que no.

—Sabes que puede ser útil esto

—Por que mi prometido exhibe principios de conductas compulsivas y es un poco pesimista...

—Aaron...

—Reid

El muchacho acabó por hacer el aparato a un lado y se levantó de la cama para abrazarse a su alfa.

—Supongo que ya he terminado con las indicaciones que quería hacer... ¿Olvido algo?

—Lo dudo mucho.

—Sé que tal vez es ir demasiado lejos pero si pasa algo muy malo y tuvieras que elegir...

—Tu, Spencer, siempre voy a elegirte a ti— interrumpió el lobo, poco dispuesto a tratar el asunto más allá de la aclaración.

—Pero...

—No está bajo discusión, podemos tener muchos cachorros, pero Spencer Reid solo hay uno...— tomó suavemente con sus manos al chico para hacerlo levantar la mirada, anotando mentalmente que no estaba preparado para esa respuesta de su parte —...Mi compañero.

—No lo entiendo... Parece muy fácil decirlo viniendo de alguien que no lleva...

—Bien, no tiene que gustarte...

El castaño se apartó unos pasos mirando con recelo a su alfa —¿Serías capaz de obligarme?

—¿Usar la voz para ordenarte? ¿Ir en contra de tus deseos al dar indicaciones a los médicos si estás inconsciente? Lo haría— vio que el muchacho parecía repentinamente molesto —Puedes pensar que soy frío, incluso que soy malo o egoísta, no importa realmente ¿Verdad? Por que en el fondo sabes que no es verdad, no vas a dejarme solo con un cachorro, yo no lo haría contigo nunca, en este momento tal vez te molesta, pero tampoco hay que pensar tan mal, siempre el peor de los casos, sinceramente espero no tener que tomar nunca una desición así, no quisiera ser la persona a quien culpes por ser infeliz y tampoco quieres abandonarme.

La manada de papá loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora