Cristhina

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Al llegar Rafael a su casa, su mamá lo abrazó y le llamó la atención por no avisarle donde estaba, el solo asintió con la cabeza y dejó que su madre se desahogara, sabía que había hecho mal en no avisar donde estaría, pero también supuso que se darían cuenta con el aparatito que siempre cargaba, el cual sacó de su bolsillo y lo puso en la mesa.

-Pensé que te había dado una crisis y estabas en alguna parte de la ciudad sin nada más que tu ropa interior...

-Mamá, no pasó nada grave, solo quería leer tranquilamente, no hay que ser extremistas, estuve en el parque todo este tiempo- respondió Rafael caminando rumbo a la cocina en busca de algo de comer, no podía creer el hambre que traía.

*No comiste las galletas* Dylan

"Ya lo sé, no quise bajar después de enterarme de lo sucedido"

*Hiciste bien* Emily

*Claro, te hizo caso, obviamente para ti hizo bien* Dylan

*En mi humilde opinión...* Aurum

*Cállate, nadie te preguntó* Emily

*Sangrona* Aurum

Mientras ellos se peleaban en su cabeza Rafael se servía comida, solo se detuvo un momento para ponerse los audífonos y presionar play en su teléfono, lo que hizo que la música continuara y él dejara de escucharlos, una vez que estaba contento con eso se dirigió a la mesa y se sentó a comer.

-Hijo, quítate los audífonos-

Rafael levantó los ojos del plato y la miró exasperado, pero se los quitó teniendo como resultado el volver a escuchar la discusión entre Aurum y Emily, quienes estaban detrás de él peleando mientras que los otros dos estaban en frente cada uno en una esquina de la casa mirándolo fijamente a la espera de su reacción ante el predicamento en el que estaban.

*Todo por la estúpida de Vanessa* Emily

Al escuchar eso, Rafael dejo de comer y se volvió hacia ellos mirándolos con reprobación.

Aurum con su metro ochenta y cinco y Emily con su metro sesenta estaban mirándose fijamente con enojo, pero Emily tenía miedo en su mirada, mientras que los otros dos se acercaron lentamente hacia él. Eso lo ponía nervioso, tenía que calmarla.

"¿A qué le temes?, soy yo el que tendrá problemas en la escuela"

Emily se distrae de la conversación con Aurum y voltea a ver a Rafael, quien siente la vista fija de alguien, ella le señala con la mano hacia el frente y él se vuelve a voltear y mira directamente hacia los ojos de su hermano, la ventaja de que su familia supiera era que no tenía que fingir, la desventaja era que siempre se sentía obligado a dar una explicación.

Su madre también volteo a verlo y Rafael solo volvió a mirar su plato.

-¿Puedo ponerme los audífonos?- pregunta a su madre con un tono de súplica. Ella ya sabiendo el porqué de su uso constante, solo asintió con la cabeza y se dirigió a la cocina.

♦♦♦♦♦

Lo más duro para Sara era el ver a su hijo sufriendo con alucinaciones y ahora toda su escuela se había enterado, si en situaciones normales, su hijo solía ser asocial en estas, no tendrá otra opción, más que serlo.

El más grande deseo de ella es que su hijo viva una vida normal o lo más normal que su enfermedad le permita y por lo que pudo escuchar en la voz de la directora no iba a ser nada fácil para su hijo hacerlo, no después de esa llamada.

El Universo de RafaelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora