Patrick Phoenix

2 0 0
                                        

Shane

Dos semanas antes...

—¿¡Ya me van a decir que demonios le pasa a su padre!? —gritaba mi madre desesperada e impotente.

Estábamos en el hospital, ya que mi padre se desmayó hace unas horas y lamentablemente, lo encontró mi madre.

No hemos sabido nada de él en casi tres horas y mi mamá cada vez estaba más histérica por no saber qué estaba pasando.

—No podemos decirte nada sin el consentimiento de mi padre— mi madre sollozó después de las palabras de mi hermano. Me dolía demasiado verla así, no puedo mas.

—Tiene cáncer... —susurré y mi hermano abrió los ojos como platos.

—¿Qu.. Qué? —titubeó mi madre volteando a verme.

—Mi padre tiene cáncer... En un pulmón. —no dejaba de mirar al piso, se me caía la cara de vergüenza, por traicionar a mi padre y por ocultarle tal cosa a mi madre... Pero era necesario decirle, no podía más con ese secreto.

—¿Por qué? —volteó a vernos con lágrimas en los ojos. —¿Por qué ocultarmelo? Algo tan grave y delicado.

—Mamá yo... —intenté tomarla por los hombros pero explotó.

—¡Pude haberlos ayudado a cuidarlo niños! ¡Pudimos haberlo cuidado juntos y nos hubiéramos ahorrado esta situación! — entendía su situación y su enojo, la verdad... Yo tampoco estaba de acuerdo en un principio con esto, pero no nos podíamos negar, hubiera sido peor que nadie supiera y no entender que pasaba.

—Lo sé—intentó tranquilizar mi hermano la situación—fuimos unos estúpidos al no decirte qué pasaba, pero fue voluntad de mi padre para decir qué estaba pasando el no decirte a ti , ¿no crees que hubiera sido peor el no saber nada de lo que ocurría?

Una vez más Tyler me leyó el pensamiento.

—Sólo.... No puedo creer que tu padre me haya creído tan.... Inútil—habló con voz entrecortada y bajó la cabeza, empezó a llorar de nuevo, en esos momentos no había nada que la reconfortara.

La abrazamos, su vulnerabilidad había crecido, esa mujer que era valiente y fuerte no estaba ahí, esa no era mi madre, estaba devastada.

(...)

Después de un rato el doctor llegó con un portapapeles en las manos.

—¿Familia Phoenix?—caminó hacia nosotros y de inmediato nos incorporamos para recibir la noticia.

—Bueno, lo que vengo a decirles no es nada agradable, el señor Phoenix tuvo un paro respiratorio debido al cáncer, sus pulmones dejaron de funcionar por un momento y dejó de recibir oxígeno, llamaron a tiempo como para estabilizarlo y darle unas cuantas horas de oxígeno inducido, pero sus pulmones ya no funcionan y sus pulsaciones son muy bajas, es sólo cuestión de horas para que lo peor pase.... Lo siento.

Mi madre se puso pálida al instante y su mirada estaba perdida, de un momento a otro sólo se lanzó a mis brazos buscando consuelo y empezó a llorar, como nunca antes había llorado en su vida, yo le correspondí el abrazo y la apreté, intentando darle el consuelo que necesitaba, sabíamos que pasaría esto, pero no sabíamos que tan pronto, no estábamos preparados.

—¿Está consciente aún? — preguntó mi hermano al doctor.

—Si, podrán pasar uno por uno en un momento—se alejó y empezó a hablar con una enfermera.

—Pasa tu primero mami, es lo indicado después de todo lo que ha pasado, sólo no seas muy dura con él ¿ok? Lo hizo pensando en tu bien—habló mi hermano con mi progenitora  que se limpiaba  las lágrimas para poder ver al hombre de su vida por última vez.

Efecto MariposaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora