Capítulo 1

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Me encontraba en aquel jardín. Aquel en que mi abuela me contaba historias sobre pequeñas hadas qué durante la noche brillaban y te guiaban por un camino de luciérnagas hasta llegar a aquella puerta cerrada detrás de muros gigantes cubiertos de hierba. ¿Cómo llegué a este lugar?
Miré a mi alrededor, no había nadie. Decidí avanzar en dirección a la puerta, la descripción de la abuela era suficiente para saber en donde se ocultaba la vieja puerta, que a pesar de ser vieja tenía muy buen mecanismo. Cuando retiré las hierbas qué me estorbaban el paso, me di cuenta de que no había cerradura, traté de empujar la puerta. Nada. Regresé al jardín qué en ese momento era iluminado solo por una farola, estaba realmente oscuro; avanzando a ciegas y las manos por delante para no chocar con nada encontré un muro, y decidí seguir de lado para ver a donde me llevaba. Al cabo de tres minutos caminando vi una pequeña luz, corrí sin dudarlo pero algo me hizo tropezar y de repente volví a la obscuridad absoluta.

Un eco ensordecedor llegó hasta mi. Cuando me levanté fui testigo, casi como un hermoso sueño, de aquellas pequeñas hadas qué guiaban a las almas perdidas hasta su descanso. A mi izquierda se iluminaba un camino lleno de luciérnagas y no dude un segundo en seguirlas. Las hadas brillaban de una manera realmente hermosas, me tomaba mi tiempo para llegar al destino de las luciérnagas; nunca había podido observar tanta maravilla en un solo lugar, y sabía que era solo un sueño, esas cosas solo pasan en los sueños. Una mariposa azul se cruzó frente a mis ojos dejando un destello de arcoiris. Seguí por el anhelado camino y me di cuenta que a donde me llevaban era hacia la puerta qué no pude abrir, solo que esta vez estaba abierta.

Con un poco de temor pero emocionada la abrí lentamente. Lo que me encontré fue un poco decepcionante pero predecible. Había otro camino; pero esta vez mientras avanzaba hermosos arcos de plantas pasaban sobre mi cabeza, mientras la mariposa permanecía a mi lado. Al final de estos arcos había un pequeño zorro. Nos miramos fijamente y luego desapareció entre los matorrales, que cada vez se hacían más vistosos. Mientras seguía caminando calmadamente. Gradualmente escuchaba el sonido de una melodía, una hermosa melodía de flauta, era dulce y me hacia sentir tranquila. Comencé a caminar más apresuradamente para saber quién estaba tocando tan bella melodía.
Cruce una puerta abierta y ahora me encontraba en un pozo, en el centro de la luz qué venía del exterior se encontraba un chico sentado de espaldas a mí sobre una piedra. Cómo el sonido de la flauta era tan fuerte supuse que era él quien tocaba, decidí permanecer en silencio escuchándolo. De la nada se detuvo, tardo unos segundos para ponerse de pie y voltear hacia donde yo me encontraba . Con una mano en la cintura y una expresión de satisfacción en su rostro me llamó.
-Te estuve esperando... Yuta-

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_NEON GRAVES_

-Hey, Koharu, ¿vendrás a jugar? -

-mh no. Iré mañana-

-vamos, has faltado estos últimos tres días, el campeonato se acerca-

-estaremos listos, he tenido muchas cosas que hacer-

-Más te vale estar listo, sabes a quién nos enfrentamos-

-si, si-

Kyota se fue, Koharu miró su reloj antes de guardarse el libro que estaba leyendo e irse de la escuela. Koharu, un chico de 17 años estaba en segundo año de preparatoria y quería dedicarse a la escritura, ser un gran poeta como Allan Poe, o Lovecraft. Estudiaba la mayor parte de su tiempo en la librería qué estaba junto a la heladería. En el centro del pueblo. A pesar de su buena apariencia no tenía muchos amigos, su actitud apática siempre repelaba a las únicas personas que se acercaban para hablar con él, pero no solo era un chico común con un plan común. Koharu era muy perspicaz, y eso solía serle de mucha ayuda en muchas ocasiones.

Como era de esperarse Koharu se conducía hacia su biblioteca favorita cuando escucho qué unos chicos peleaban dentro de un callejón cercano. Efectivamente, cuatro chicos se encontraban pateando a uno más delgado en el piso contra un muro de ladrillos; koharu observó la escena durante unos segundos y siguió su camino, dio unos cuantos pasos y se detuvo. Comenzó a sentirse irritado.
-aag, ¿En serio tengo que hacer esto?-
Tras otro suspiro y un poco de quejas entró en el callejón.

TUMBAS DE NEONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora