01- "Me encanta"

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Susan.

La distancia.

Esa separación kilométrica entre tú y tus seres amados; esos metros de lejanía que te impiden dar un abrazo, un beso o una caricia...

Pero hay algo que jamás nos podrá denegar.

Un sentimiento.

A pesar de la distancia que exista entre nosotros y nuestros seres amados, si los sentimientos son puros todo irá bien, nada cambiará, se encontrará la manera para expresar todo lo que uno lleva dentro sin restricciones.

Una llamada, un vídeo o un mensaje se vuelven suficientes. Claro, nada puede reemplazar un lindo abrazo, más cuando estamos tristes. Pero lo importante es que esa persona esté allí, aunque sea a través de un celular o una computadora está contigo por voluntad propia y eso dice mucho.

Si se logra vencer la distancia ya lo demás será un juego. La distancia puede ser el mejor maestro, gracias a ella te das cuenta de quien está y quien no contigo. La distancia no es tan mala como parece, la distancia revela los verdaderos sentimientos, la distancia es un método de aprendizaje.

Aprendí todo eso cuando cumplí 13 años. Mi hermana mayor, mi consejera, mi guía, abrió sus alas buscando su propio camino hacia la felicidad.

No voy a negar que al principio me dolió, fue como si me hubieran quitado un pedazo del corazón, pero verla cumplir sus sueños, poco a poco hizo que todo ese egoísmo se esfumara.

Así pasó con mi otra hermana, Madelen, un año después se fue a cumplir sus sueños a otro país. Pero lo que conforta mi corazón es que aún tenemos comunicación, aún nos preocupamos la una por la otra y no perdimos esa confidencialidad.

― Quiero verlo otra vez ―suplica mi hermana mayor mientras aprieta un peluche contra su pecho.

― Está dormido Josefin ―suspira Madelen agotada.

― Vamos Mad, no seas cruel ―me quejo.

Estamos realizando la videollamada semanal. Cada domingo a la misma hora todas nos conectamos para hablar un rato. Madelen, mi segunda hermana mayor está casada y acabó de tener un bebé hermoso, es como un muñequito delicado, casi todos los días le pido fotos o vídeos. Ruego porque ya sean las vacaciones para ir a Francia a conocerlo.

― Bueno, una vez más y ya ―mueve la cámara hacia la cuna del pequeño. Un sonido de ternura se me escapa al verlo, tiene un dedito metido en la boca mientras aprieta la sábana con su otra manita.

― Es que es hermoso, quiero ser la madrina ―comenta Josefin con una sonrisa plasmada sobre sus labios.

― Yo quiero ser la madrina ―musito mientras frunzo el ceño amenazante.

― Yo seré la madrina ―volteo a ver a Jenifer de mala manera, ella ni en sueños puede ser la madrina.

― Ya dejen a mi hijo en paz ―ríe Madelen antes de mostrarse otra vez en pantalla― cuando estemos todos juntos decidiremos quién será la madrina, así que no se peleen ―después de eso guarda silencio unos segundos mientras observa con el ceño fruncido hacia cámara― ¿dónde está papá Susan? Han pasado horas aún no nos ha saludado siquiera.

Un suspiro algo pesado se me escapa― debe entregar un programa pronto, se la ha pasado días encerrado en su habitación trabajando en eso, ya sabes cómo se pondría si lo llegamos interrumpir― escucho como Jenifer bufa a mi lado.

Josefin niega mientras se pone de pie― Él no cambia ni un poco. Entre más le digo que eso es insano más lo hace, parece un niño terco ―voltea los ojos antes de enfocarse otra vez en la cámara― por otro lado ¿Cómo va tu asma hermana? ¿Ha empeorado?

Mi Amor En Tiempos De Cuarentena [Terminada 🧠] [Editada🧠]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora