―Bésame…
Mientras le hablaba llena de determinación imaginaba las palabras que era incapaz de pronunciarle "Ayúdame a olvidarlo, sé que es egoísta de mi parte".
Miró sus ojos azules y vio algo diferente. No podía ser. Seguro era porque solo podía pensar en otro hombre.
―Bésame ―repitió, debía acabar con ese dolor en su pecho. Un beso la calmaría y tal vez así llegaría a amar a su novio.
―Hinata ―su voz, no era él.
―Tú…
Había esperado en esa habitación por eso cuando abrió los ojos creyó que era él. Pero no era él, era…
―Perdóname ―continuó la voz masculina, estremeciéndola por completo. Ella ya no pudo evitarlo, estaba llorando. Él se acercó, le dolía verla así. Tanto que no podía soportarlo. Ella débil y frágil se estremeció en sus brazos.
Fue cuando gracias a la luz de la luna y a su cercanía que pudo verlo. El cabello rubio que se escondía en la oscuridad de la habitación. Sintió sus brazos aún más cerca, sus manos en su rostro. Su cabeza le gritaba que huyera, que todo se volvería peor. Pero ella era tan tonta, esperaba que sus ilusiones se hicieran realidad. Pensaba que quizá la besaría. Sintió su aliento tibio chocar contra su mejilla fría por el clima en ese lugar. Sus labios fríos sintieron unos más cálidos tan cerca ¿era un sueño? Él estaba avanzando tan lento, la estaba torturando. Era el momento más excitante de su vida. No podía verlo pero él continuaba a su lado, tan cerca que se asfixiaba. Tanto que cuando la besó sentía desfallecer. La besaba al principio suave, lento. Pero él se estaba conteniendo.
…
…
…
Eso no estaba planeado. Pretendía hablar con ella y tranquilizarla al oír su llanto. Pero todo se había salido de control. Ella era… Hinata. Siempre lo fue, tan hermosa, noble, con un gran corazón. Se había vuelto irresistible. Ver únicamente sus ojos brillando y sus largas pestañas bañadas en lágrimas fue demasiado para él. Y la tenía ahí solo para él. La besaba una y otra vez, eran besos cortos y lentos, pero cada uno lo dejaban sin aire.
Para ella se había vuelto un sueño, si fuera posible que jamás se terminara. Y si terminaba que fuera con un "Te amo". Porque eso era lo que quería decirle a él, solo a él.
―Perdón yo…
―No Naruto, no tienes que disculparte ―le dijo para callarlo no quería escucharlo decirle que no la amaba.
―Es que yo te he dañado tanto. Perdóname, porque desde que estás tan cerca de mi hermano no puedo controlarme. Si pudiera borraría todo el dolor que te he causado, borraría mi pasado por ti.
―Tú no deberías estar aquí ―oírlo hablar así le partió el corazón, sus acciones solo parecían ser por celos y eso le dolió.
―Yo quiero estar.
―Vete, Naruto.
―No quiero, Hinata. No quiero que me borres de tu vida, ni que me odies. No quiero que me olvides.
―Naruto kun…
―Si llámame así como no lo hacías desde hace mucho. En ti suena tan bien.
Eso para Hinata fue demasiado, ya estaba llorando de nuevo. Le recordó tanto a cuando eran unos niños inocentes y lo llamaba así, con tanto cariño.
―Quiero seguir siendo tu Naruto kun, Hinata me gustas mucho. Eres tan linda, delicada, tantas cosas que he empezado a amar de ti.
Era imposible hablar para ella. Su cuerpo sentía fuertes espasmos por el llanto. Y cuando él la abrazaba más temblaba. ¿Por qué todo tenía que estar pasando ahora?
Él la besaba como intentando con cada beso sanar su corazón. Ese corazón tan dulce que no había sabido apreciar.
Naruto lo sabía, que era el desgraciado más grande del mundo por hacer eso, no merecía a sus amigos, ni a Hinata, y menos a su familia.
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No me odies, no me olvides [Completa]
FanfictionElla quería entregarse a él, sentirse amada al fin. Entregar ese amor que no le podía dar a su verdadero dueño. Pero ahora solo trataba de justificarse, que no era el pasado ni el futuro. Porque lo amaba solo a él.