Por que estás llorando?! [INOZEN]

¿¡Porque estás llorando!?

Dos: Compasión

-¡¡Inosuke sal de ahí!!- seguía gritando el de ojos cafés amarillentos.
Su miedo era indescriptible, sus oídos no se detenían de advertirle que algo estaba ahí y no era un humano como el desearía que fuera pero por su parte, el cabeza de jabalí Inosuke ignoro las advertencias que su compañero le decía pues ya sabemos cómo es el: Un imprudente persistente.

-¡Guarda silencio Monitsu!- le gritó a su compañero enojado y cansado de sus lloriqueos

Inosuke ya adentro de la cabaña, estaba sumergido en una oscuridad pues no había ni una fuente de luz que podría iluminar ese lugar, pero pudo ver algo, parecía ser una persona de baja estatura, aquel ser estaba en una silla que estaba cerca de una ventana abierta.

-¡Oye tu!- grito el chico de ojos esmeraldas pero el silencio seguía ahí, Inosuke enfadado volvió a gritar.

-¡Te estoy hablando maldito! ¡Ven aquí y obedeceme!-

Hubo un silencio realmente abrumador, Zenitsu por su parte era espectador de aquel encuentro.
Inosuke no soportaría más esa falta de respeto que aquella misteriosa sombra no paraba de ofrecerle, así que nuestro querido Inosuke decidió confrontarlo.

-¡No me faltes el respeto maldito!- Inosuke no creyó lo que pasaría, aquella sombra era de una mujer que parecía de alta edad, pero mientras seguía mirando la cara y el cuerpo de aquella dulce abuelita se iría deformando hasta llegarse a convertir en un gusano de una estatura de más de 4 metros, tenía unos ojos azules y escamas moradas, tenía unas asquerosas doce patas que al verlas las compararías con las de una cucaracha.

-¡¡GAAGH!!- el gusano con su cola agarro el cuello de Inosuke para lanzarlo hacia la ventana abierta donde el gusano hace unos segundos estaba sentado, Zenitsu que seguía ahí se espanto al ver a su compañero ser arrojado hacia las ramas de un pino, inmediatamente cuando el cabeza de jabalí chocó con el aquel pino cayo en unos arbustos llenos de espinas y estacas de madera pero afortunadamente las estacas no lograron hacer su trabajo de hundirse en la piel de quién cayera, por su parte las espinas se clavaron en el cuerpo de Inosuke, tenían un tamaño no muy normal para unas espinas pero tampoco eran de un tamaño enorme.

-¡¡Maldita sea!!- grito al ver aquella criatura demoníaca acercándose, aquella mounstrocidad con el torso alzado planeando dirigirse hacia aquel muchacho, Inosuke no podía moverse gracias a las espinas y lo frondoso que era ese arbusto el gusano estaba apunto de comerse su cabeza pero por suerte:

¡Zenitsu atacó al gusano!
el cobarde de cabellos rubios partió a la mitad aquel demonio con su espada
En la posición de pie que hacía el gusano sería la oportunidad perfecta para atacar.

-¡Agarra mi mano Inosuke, te ayudaré a salir de ahi!- exclamó Zenitsu mientras alzaba su brazo para ayudar a su compañero mientras el gusano se movía bruscamente en el suelo pues no podría ir a ninguna parte aunque esa criatura quisiera, pero Inosuke ni pudo acercarse pues el demonio no tardó en regenerarse, el gusano fue por Zenitsu para despues lanzarlo hacia el piso para ahorcarlo con su cola hasta matarlo.
El rubio no podía moverse y el demonio lo ahorcaba con toda su fuerza para darle fin a la respiración de ese joven pero ¡Por fin! Inosuke uso sus espadas para librarse de ese arbusto y de esas malditas espinas, corrio hacia el gusano que estaba de espaldas y ZAS!
le cortó la cabeza a ese demonio que lo estaba atacando a él y a su compañero.

-¡Zenitsu!- grito Inosuke a su compañero que yace en el suelo, el del robe amarillo decorado con triángulos estaba inconsciente y no podía moverse, sus labios estaban de un color azulado, su cuello estaba marcado con la cola del demonio que lo ataco y su cabeza estaba sangrado gracias a una herida, Inosuke estaría dispuesto a cargar a su Zenitsu hacia la aldea, aunque él tenía varias cortadas y su condición no era la mejor pero aún así quería llevar a su compañero, el cabeza de jabalí tomo a Zenitsu entre sus brazos y lo acercó a su pecho como si fuera un niño pequeño al que estaba cargando con compasión, se dirigió al pueblo pero algo hizo que se detuviera en el camino
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