Capítulo 1

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_La cosa es que no es lo que piensas, a veces, me caigo así o me tropiezo porque no veo hacia abajo. Por favor, no le digas a mi mamá ya sabes cómo es de dramática. _Este rasguño no es nada en poco tiempo sanará y todo se olvidará. Digo mientras trato de mover el brazo enérgicamente, aunque el dolor es insoportable.

_Si mi tía se entera no quiero saber el regaño que nos dará sobre todo a mí, por ocultarle tus caídas. Dice mi primo alzando la voz.

_Adalbert te juro por lo más sagrado que no veré a mi mamá todos estos días, lo prometo. _Tampoco me irá a visitar al apartamento porque está con los preparativos de la granja; por favor, no la llames.

_Ok Lucia, pero si pasa algo así y terminamos en el Hospital de nuevo, la llamaré sin pensarlo dos veces. _El neurólogo dijo que había posibilidades de que, el tumor se regenerara. _ ¿Qué pasa si volvió y estamos haciendo que todo esto se salga de control? Bueno, no hablaré más es hasta hoy tu decisión Lu.

_Vale, ya lo sé. Espero que no haya vuelto y si pasa algo serás el primero en enterarte. Y comienzo a caminar, pero sin pasar por alto el dolor que sentía.

_Me parece perfecto, ¿A dónde vas? Tú jovencita necesitas descansar recuerda lo que dijo el Médico, habla jalándome haciendo que el brazo quede totalmente dolorido más de lo que ya dolía si es eso posible y deteniendo mi camino.

_Adalbert necesito ir al trabajo para hablar con mi jefa, recuerda que el Medico no paga mis cuentas y son muchas, ahora con esto, no sé de dónde comeré. Balbuceo mientras me suelto del agarre de mi primo con sumo cuidado y me dirijo a la vuelta de la esquina, donde de la nada tropiezo, pero un chico me sostiene ¡Dios mío mi brazo está sufriendo demasiado!

_Disculpa venia distraído ¿estás bien... Lu? Me dice con cara de sorpresa y yo como boba oliendo su aroma disimuladamente, aunque no sé cómo sabe mi nombre pero él si se percató de la molestia en el brazo.

_ ¡Lu! ¿otra vez, estas bien? Grita mi primo asustado, lo que hizo sentirme culpable de haberle contado toda esta situación.

_Disculpa ¿eres su novio? Tranquilo, fui yo quien tropezó a Lu, de verdad disculpen. Comenta el chico soltándome con cuidado y yo extrañando ese aroma a ... ¿vainilla?

_Un momento ¿cómo sabes mi nombre? Pregunto desconcertada, si lo conociera desde hace rato fuésemos algo más con tan peculiar belleza.

_ Mi pregunta pareció causarle mucha gracia porque sólo se echó a reír, por lo que me fue aún más frustrante la espera de su respuesta.

_Sabía que no me recordabas, hace mucho que no nos vemos. Soy Eide ¿viene alguien a tu cabeza ahora? Y viendo mi cara de confusión sigue. El pequeño peli rojo del kínder que siempre se jugaba en el recreo contigo, su mejor amiga en ese entonces, la única en verdad y que ahora se dedica a percibir su aroma.

_Eider... Hmmm peli rojo ¡Ah ya! El niño que se quedaba dormido en clases ¿eres tú? Que sorpresa, no, que casualidad. mírate ya estás mucho más, digo estas... Rayos ese aroma es demasiado familiar, pero ¿cómo supo que percibí su aroma, será que fui muy obvia? Qué vergüenza.

_ ¿Hombre? Dice Eide. Dejándome sin palabras, me olvidé de lo que pensaba al escucharle. Aunque no tenía una adecuada para decir.

_Si, eso. Hemos crecido desde entonces. Ah mira Adalbert él es un viejo amigo me rio nervios y Eide él es mi primo Adalbert. Ambos se sonríen y se dan la mano.

_Adalbert ¿y si vamos a comer algún dulce con Eide? Así nos ponemos al día Eide. Lo miro con una enorme sonrisa, y Adalbert asiente así que nos vamos caminando a un cibercafé que se encuentra a unas cuantas cuadras.

_Lu dime algo ¿Cuándo irás a tu casa? Me pregunta Adalbert mientras me fijo en la hora para saber cuánto tiempo tengo disponible antes que cierren las farmacias.

_ Mañana primo ¿necesitas algo? Respondo mientras miro a Adalbert fijándose en su teléfono, mirando la hora supongo.

_Quería unas especies, es que invité a Sam para cenar el próximo viernes y quiero cocinar algo especial. Me rio de lo avergonzado que se escuchó y le digo que seguro le traería.

Desde hace algún tiempo me dediqué mucho a cumplir mis sueños y aunque no fue fácil poco a poco se fue dando todo o casi todo lo que quería; ejemplo, mi casa de campo. Con todo el dinero que fui ahorrando logré comprarla a una amante de la siembra que no quería dejarle su herencia tan preciada a sus nietos porque no la iban a cuidar y sus hijos (plantas) se iban a morir con ella, prefirió dejármela porque también soy amante de la siembra y la cocina, así como mi primo Adalbert que es, chef. Ella murió y me sentí triste por un largo tiempo porque de ella aprendí muchísimo; sin embargo, yo tuve que venir a la ciudad a terminar de estudiar y dejé a varias personas de campo que se encargaran de mi casa mientras yo estoy aquí. Todos los fines de semana voy y reviso las siembras, pero mis empleados saben mucho y nunca han dejado que muera una planta.

¿Quién soy? Mi nombre es Lucia, me gusta hacer ejercicio, estudiar y leer sobre cosas que son super exóticas como las vidas pasadas, amo con locura cantar, bailar, salir a tomar una taza de café, es muy raro cuando tomo alcohol y si lo hago es una copa de algún vino blanco para celebrar y no soy de hacer amigos. Con mi familia y uno que otro amigo me conformo, la verdad siempre estoy ocupada en algún proyecto personal como la pintura, por ejemplo.

Mis padres están en su casa a mi papa casi nunca lo veo y con mi mama hablo poco y eso cuando viene de a ratos al apartamento; ambos se dedican a sus siembras (ya saben por que mi amor por las plantas). No tengo hermanos y prácticamente solo me dedico a mi y vivir todo lo que pueda siendo feliz.

Mi primo Adalbert es mi mejor amigo, el primero a quien le cuento todo lo que me pasa y bueno ya ven lo del tumor; él ha sido mi apoyo emocional y estoy encantada con eso, ambos nos cuidamos mutuamente porque, aunque no lo crean para un chico la vida también es dura sobre todo cuando quiere establecerse y ser un padre ejemplar. Él es más sociable, pero con las mujeres es patético no se qué hizo para invitar a Sam que es una amiga en común pero bueno, al menos ella es una gran chica y estoy casi segura que ella fue quien lo invitó a cenar (risas).

_ ¿Pueden seguir? Yo los alcanzo en un momento. Dijo de la nada Adalbert y cruzó la calle muy rápido.

_Dime algo Lu ¿por qué vinimos caminando y no trajimos nuestros autos? Dijo mi primo y lo miré en cuestión de milisegundos. Ambos no echamos a reír y terminamos de llegar al cibercafé.

_ ¿Crees que pedir por Eide sea muy atrevido? Digo mirando la carta del menú.

_ No será necesario, aquí tienes Lucia la Dra. que me atendió me dijo que tomes una cada ocho horas y si te da fiebre, deberás ir al Hospital. Dice Eide sentándose y dándome unas cajas de analgésicos. Si, se dio cuenta del dolor que de repente volví a recordar y de inmediato comencé a abrir la bolsita.

_ ¿De verdad te diste cuenta de mi brazo? pregunté a Eide mientras tomaba el analgésico y tomaba agua de mi envase que llevo a todos lados.

_ Vi el dolor y supe que necesitabas algo para calmarlo. Dijo y llamó a la chica que atendía la mesa del frente.

Y si, Adalbert y yo nos miramos diciéndonos ¿escuchamos mal o qué?

_ ¿Qué sucede? Si es por lo que dije, era broma sólo que cuando te tomé del brazo te estremeciste del dolor y sé que fue porque toqué el rasguño, ahí también hay unas gasas, vendaje y adhesivo.

_¡Ah okay! dijimos Adalbert y yo al unísono, les juro que ya quería salir corriendo del lugar.

_ ¿Sabes de estas cosas? Preguntó mi primo a Eide.

_ Algo ¿qué pedirán? la chica ya viene.

_Yo quiero helado triple mora. Hablo antes de mi primo y este sonríe pidiendo lo mismo.

_ Gustos iguales que bien, yo quiero un pie de limón dijo y la chica ya se iba. No me di cuenta cuando llegó.

VOLVERÉ A TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora