In All My Lives - jjk

10. goodbye my love

Jeon Jungkook

En un principio, Yoongi y yo habíamos quedado en durar un mes en Daegu. En ese tiempo, me llevé muchas sorpresas y acabé conociendo cosas que jamás pensé que encontraría, como a Hojung, por ejemplo.

Con esto me refiero a que nunca creí dar con el significado de mi sueño y todo lo que tenía que ver con eso. Me comporté escéptico cuando quise creer que eran falacias que mi mente había creado sin saber que en realidad tenía un significado tan bonito y profundo.

La mayoría de las veces en las que la pequeña pelirosa se escapaba a la habitación en la que dormía, me quedaba mirándola y meditando si lo que estaba ocurriendo era real. ¿Tanto amor tuvieron los padres de Hojung?

Me parecía lindo e irreal aquello, aunque bueno, supe que todo sería bastante peculiar desde que esa bruja despertó las almas de Hyorin y Sangho en nuestros cuerpos.

Descubrí en Hojung una hiperactiva y tierna personalidad que me había atrapado como un tonto, también su sonrisa de gomita que estrujó mi corazón de lo encantado que me dejó la primera vez que lo hizo sinceramente. También, que ese pequeño cuerpecito de metro sesenta consumía más fresas de lo que una persona normal lo haría.

—Escuchame bien —susurró —, vas a subir exactamente como yo lo haga, ¿Ok? —ordenó. Asentí un poco desconfiado, pues esto era invasión a propiedad privada.

—Hojung, no creo que esto sea buena idea —dije finalmente —La señora Son podría darnos fresas si yo se las pido.

—No tendría nada de divertido entonces. —esta chica... —Además, el señor Son y yo tenemos un convenio; yo las cuido y puedo venir cuando quiera, aunque eso no le agrade a Remi, ella ni siquiera les hecha agua.

Hojung también hablaba mucho, y daba muchas explicaciones por todo. Todo en ella me causaba ternura porque era muy pequeña y encantador y me hace morir de solo verla.

Me tenía malditamente embelesado.

—Vamos, tienes que sentir la adrenalina en tu cuerpo —tomó mi mano con una sonrisa traviesa y me dirigió hasta los contenedores de basura que, hábilmente, escaló una vez me soltó.

—Repito, esto es una mala-

Ni había terminado de hablar cuando me ignoró y saltó por un hueco en el tejado del huerto.

—¡Jungkook! —gritó en un susurro desde adentro, haciendo señas con sus manos para que fuera con ella.

Bueno, ya que.

—Hojung, mira —retiro mis palabras, estaba bastante emocionado de encontrar una fresa fresca y bonita.

Hojung levantó la mirada hacia mi y me sonrió, levantando su dedo pulgar. Se veía muy concentrada limpiando las plantas de un lado, con la tijera podaba algunas hojas que estaban un poco secas, separaba las fresas malas y rociaba un poco de insecticidas, igualmente.

Seguí rebuscando entre los arbustos, pero solo encontraba fresas verdes o muy pequeñas. Mi canasta estaba prácticamente vacía, entonces decidí esforzarme más.

—¡Niños! —me asusté cuando el señor Son entro al huerto con una bandeja y dos bebidas sobre ellas y miré a Hojung con los ojos muy abiertos, sin embargo ella sonrió hacia el hombre mayor y recibió gustosa las bebidas.

—Es para ustedes. El huerto estaría muerto de no ser por Hojung —agradecí con un leve asentimiento la limonada rosada. Hojung volvió de nuevo a su lugar y siguió trabajando mientras bebía por el sorbete del vaso —A Hojung le gusta mucho cuidar el huerto — explicó con una sonrisa. —A Remi no le cae bien, por alguna razón, pero desde pequeña le encantan las fresas de aquí, asi que la ví crecer cuidándolas, incluso yo le enseñé a hacerlo.

»Cuidela y apreciela mucho como yo, joven.

Inevitablemente sonreí y asentí.

—Por supuesto que si.

No sabía si Hojung y yo nos queríamos tanto como para amarnos, o si llegaríamos a amarnos tanto como para profesar un amor tan puro e intenso que acabaría en una promesa tan fuerte como las de su padre. Tampoco sabía si lo que sea que tuviéramos terminaría cuando volviera a Seúl, si solo duraría unos meses o una eternidad, pero creo que sabría apreciar a una persona tan maravillosa como lo era ella.

Me gustaría saber que pasaría en un futuro, aunque también me aterraría tener que despedirme de un amor tan hermoso.