em𖦹tions 𖥻 𝗡𝗔𝗥𝗨𝗧𝗢

﹫tobirama senju！

⌕ //testadura. ﹫ratsculture.

La de ojos azules se encaminaba con su equipo hacia la torre del Hokage, algo que odiaba profundamente ya que allí se encontraba el peligris con los ojos rojizos que fácilmente la atrapaban.

Pero ella no quería caer, no otra vez.

La mujer fue parte de la infancia de los hermanos Senju, y por tan solo una mirada había caído en los encantos del menor.

Al principio se decía a ella misma que era un tonto amor de la infancia, pero aun cuando fueron adolescente seguía perdidamente enamorada, y tras una pelea mental, decidió declararse ante él pero para su mala suerte fue rechazada fríamente.

Desde ese suceso no se abría hacia las personas, escondió sus emociones en un espacio completamente cerrado, siendo que el único que tenía acceso era Hashirama, el hermano mayor de los Senju.

Él le brindó mucha confianza haciendo que con el tiempo ambos se protejan entre sí como si fueran hermanos.

Pero no pasaba lo mismo con el menor, ella se alejó de él y cada vez que debían de conversar debido a los temas ninjas, lo trataba con una gran frialdad que parecía que no le importaba al contrario.

Su equipo se encontraba en la puerta del despacho del Hokage, tras tocar y que el paso se les permita, se adentraron.

—Buenos días Hokage-sama —pronunció un miembro—, venimos a traerle el informe de la misión.

Sacó de su mochila un pergamino y lo posó sobre la mesa.

— ¿Hubo algún problema? —preguntó mientras abría lo que recién le habían entregado.

—Ninguno, solo heridas simples en todos pero ninguna grave.

—Muy bien, pueden irse.

Lanzó una mirada hacia la mujer pero está lo ignoro.

—Yumei, ¿vamos por una apostada? —se escuchó decir a un chico mientras que los otros miembros iban desapareciendo de la habitación.

—Claro —le respondió simple.

Las voces se empezaron a hacer menos audibles haciendo que lo último que escuche el Senju sea la afirmación de la mujer, gracias a esa respuesta en el pecho del hombre se hizo un sentimiento de molestia pero optó por ignorarlo y seguir con el trabajo que debía realizar.

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—Adiós Yumei, nos veremos en la próxima misión —saludaba el chico con las mejillas de un color carmesí debido al alcohol que habían consumido.

Las calles se encontraban en una total soledad, siendo acompañadas del frío de la noche y de la luz tenue de la luna.

La femenina se encontraba caminando, abrazando su cuerpo por la brisa que chocaba contra ella, pero un fuerte dolor se hizo en su abdomen haciendo que quejido salga entre sus labios.