﹫gaara!

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❝ [ vuelta a casa

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❝ [ vuelta a casa. ] ❞

Las personas al regresar a sus casas sienten alivio y paz al poder volver a su lugar seguro. Y eso mismo pasaba con Gaara, el gran Kazekage de Sunagakure.

El menor de los hermanos de la arena, ya con diecinueve años, no solía regresar a su hogar muy seguido, pero cuando lo hacía su pecho se llenaba de una gran tranquilidad al ver a su querida esposa.

Tara, aquella mujer que logró enamorar al pelirrojo con su personalidad alegre, con sus ojos amarillos y con su cabello castaño.

Ser la autoridad más alta de una aldea no era tan fácil como parece. El trabajo nunca se acababa y tan solo llegaba más y más. Sin embargo, él muchas veces se escapaba para ver a la mujer que tanto amaba y que tanto le hacía feliz.

Era increíble como con tan solo mirarla sentía que su estrés desaparecía de su cuerpo.

Y, como casi todas las noches, el Kazekage visitó a su mujer en medio de la madruga, haciendo que pudiera observar con atención como descansaba plácidamente.

Grabó en su cabeza cada centímetro de su rostro, cada facción, cada pequeño detalle pero algo preocupó al masculino.

Su rostro no mostraba tranquilidad como hace segundos atrás, tenía gestos de dolor y susurraba cosas sin sentidos, por lo menos para él.

Preocupado por la femenina, movió con cuidado su cuerpo para intentar despertarla.

Tuvo suerte en el primer intento, pudiendo ver sus ojos amarillos abriéndose con confusión y fijando su vista en él.

— ¿Gaara? —preguntó adormilada.

La castaña ya estaba acostumbrada a la ausencia de su pareja y lo entendía perfectamente, aunque a veces se quejaba por lo poca atención.

Sin embargo, hace unos dos meses que la mujer no se quejaba por la poca atención, generando inquietud en el chico, a la vez que confusión, pero él pensó que también estaba ocupada.

— ¿Qué haces aquí? —cuestionó mientras se sentaba en la cama y observaba con atención al pelirrojo.

—Tenía tiempo libre y quería venir a verte —confesó.

— ¿De verdad? —preguntó emocionada mientras abría sus brazos—, entonces ven.

Aquel gesto era propio de la mujer y tenía un simple significado. Gaara debía únicamente aceptar el abrazo, pero algo pasaba.

—Tara —llamó él—, ¿algo estuvo pasando últimamente?

— ¿A qué te refieres? —preguntó completamente confundida.

—No estabas durmiendo bien —explicó con seriedad y preocupación.

—No sé de qué hablas, estoy bien.

em𖦹tions 𖥻 𝗡𝗔𝗥𝗨𝗧𝗢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora