Diario de una Adaptada.

Capítulo 6.

Capítulo 6.

Mauricio, mi mejor amigo, estaba ahí..

Me voltié para evitar verlo, estaba procesando todo lo que acababa de suceder, ¿Mauricio mi mejor amigo del orfanatorio estaba aquí?

—Gis, ¿nos vamos? —Comentó Maileth al darse cuenta de mi reacción.

—Ah... si, vámonos —Le dije a Maileth para luego irnos de ahí.

Luego de caminar lo suficientemente lejos, paramos para charlar.

—¿Qué sucedió, estás bien? —Me preguntó preocupada.

—Si, todo bien, solo me marié un poco y listo— Mentí.

Caminamos nuevamente hacia la biblioteca, por suerte, ya no había gente, solo estabamos nosotras dos.

—Oye Gis... ¿Y cómo era tu mejor amigo del orfanatorio? — Comentó Mai poniendo una sonrisa pícara.

—Pues... Solíamos decir una palabra en especifico cuando no nos sentíamos bien. Era como una palabra clave que nos identificaba solo a los dos...

—¿En serio? ¿Y cuál era esa clave si se puede saber? —Preguntó con intriga

—Meraki, extraño, no? —Dije recordando los viejos momentos.

—Meraki. — Habla una voz a mis espaldas.

Me volteo rápidamente y lo veo ahí.

—¿Mauricio?

—¡Tonta! Te he extrañado todo este tiempo.

Y cuando menos me lo esperé, ya se encontraba abrazándome, lo extrañé demasiado y le devolví el abrazo.

—No sabes la falta que me haz hecho — Dice Mauricio mientras que Maileth solo se queda observando la situación con una sonrisa.

—Yo también te necesité muchísimo... Ella es mi mejor amiga, Maileth, Maileth él es Mauricio...

—Si, lo conocí hace rato — Comentó Maileth obvia. —Bueno... Me parece que ustedes tienen muchísimo de que hablar. ¡Me voy, me voy!

Y se fue dejándonos solos a mí y a Mauricio.

Sinceramente no sabía que decir, estaba asombrada de que todo estuviera saliendo bien, nos encontrábamos platicando de nuestras vidas y.. Ya saben.

—Y... ¿Cuéntame cómo te ha ido? Hace mucho no nos veíamos, te echaba de menos.

—Pues... Hasta hace unas semanas fuí adoptada... Todo se ha estado dando muy rápido... Desde que te fuiste ya nada ha sido lo mismo, pensé que nunca volvería a verte.

—La pequeña Gisell me extrañaba, ¿quién no me extrañaría? — Respondió posando su brazo por mis hombros, acercándome a él.

Rodeé los ojos y asentí divertida

—Está bien, lo admito, te extrañé. —Confesé riéndome con él.

Gracias a Dios habían terminado las clases y bueno, no había visto a Maileth, así que supuse que se había ido temprano, así que me dirigí con Mauricio, quería pasar tiempo con mi mejor amigo íntimo jeje ¿quién no?

Todo estaba yendo de maravilla, hasta que salimos de el instituto..

¡Demonios! Había olvidado por completo la salida con Erick, él se encontraba afuera de su auto con la mirada seria, mandíbula tensa y los puños apretados, asesinando a Mauricio con la mirada.

Esto no iba a salir bien..

Caminé hacia él con Mauricio mientras Erick lo analizaba con la mirada.