Encerrada

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Y si, aquí estoy, en una cárcel fría y húmeda, por qué, por ser como soy, por qué, por qué no quiero adorar a sus malditos dioses, por eso, pero ella mi familia, fue capaz de encerrarme, que es esto, por qué no puede pensar que nosotros somos primero, solo me pierdo en mis pensamientos, pero de algo si estoy segura, antes de mi juicio, quiero hablar con la soberana, de familia y así pienso que la haré entender...

Me paro del suelo y me acerco ala reja, "soldado" digo "soldado" y llega un capitán, me dice "que necesita la desertora", yo le digo "no soy ninguna desertora, si usted podría buscar ala soberana, necesito   hablar con ella antes del juicio," el se pone a reír a carcajadas y yo lo miro sin razón entendida, pero continua y entre su risa me dice "eres tan ingenua, no puedes hablar con ella, ni hoy, ni muerta" que!!! Muerta, pienso, será que el solo lo dice bromeando, no le presto atención y pido que venga el coronel.

Pronto se pone serio el capitán y veo que llega el coronel, regañando lo le dice "vete de aquí" y el contesta "si señor", se aleja rápidamente y el coronel se acerca con su mirada agachada, me dice "celestì si quieres ver a Ali, te ayudaré pero solo debes saber que solo te haré este favor".

Yo con rapides contesto "si señor tranquilo solo ese favor" a ló que el me dice "volteate debes salir esposada" yo hago caso y el réplica "no intentes nada porfavor no quiero lastimarte", yo agachó mi cabeza y digo "si señor" el me coge, me esposa y me lleva adelante, directo a mi habitación, le pregunto por qué, a lo que el me interrumpe "ssshh silencio ahora te diré".

Espero en mi habitación, llega la soberana, me abraza y llora, me dice "por qué lo hiciste celestì" y llora más, yo le respondo "déjame hablar" ella me dice "si te escucho" yo empiezo "tu hermano y mi padre están vivos, somos la fuerza de esos malditos y debemos irnos lo más pronto posible", ella me mira con desconfianza y me dice "que, por qué dices esas cosas, mi hermano no existe, ya hace años murio, por irse lejos a vivir y tu padre se perdió, estás loca, celestì, no voy a dejar mi palacio, no voy a dejar la gente, que no los ves, dependen de mi, no quiero volver a escuchar eso", yo interrumpo y le digo "es verdad, te lo juro, por tybey, no puedes decir que no, debes creerme porfavor, solo creeme", ella me mira enojada y dice "de verdad perdiste la cabeza, por el odio de verdad, que tú ya no eres mi familia, adiós celestì".

Yo lloro, mientras ella sale de mi habitación y al salir réplica al coronel, "que siga encerrada" y yo sigo llorando, el me toma con ese cariño, me abraza y me dice, "celestì, solo tienes que decir lo contrario, arrepentirte de lo que pasó y jurar ante los dioses, eso es todo, yo ya pasé por ay y créeme, aunque no es bonito, pero sigo vivo y con mi cargo intacto," lo miro con el más grande desprecio, tanto que lo admiraba y solo es un falso, no quiero verlo, lo suelto y enfurecida me seco las lágrimas y digo "pues si no soy su familia, ella tampoco la mía" y aunque el coronel intenta interrumpirme, le digo "llévame de nuevo, no tengo nada que hacer aquí".

Y así me llevo de nuevo a aquel calabozo frío, pero ya era hora de almuerzo, me traian unas delicias, que un simple preso no debería tener, pero no me quejo, por qué me da miedo que dejen de hacerlo, solo lo acepto y disfruto, lo que no sabía era que mi condena, era peor de lo que yo pensaba...

el color del cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora