Nobleza

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-Habrá un baile dentro de unas semanas.-Había dicho en una cena.

-William tus estúpidos bailes son demasiado aburridos, si me dejas llevar a una chica para divertirme no me opondré o bien déjame jugar con una de la nobleza.-Dimitri seguían siendo sarcástico como siempre, ya me había acostumbrado a su forma de ser después de vivir juntos dos años y su manera de ser me gustaba mucho, era lo que yo no podía ser: libre.

-Luna, ha pasado bastante tiempo desde que has estado encerrada, así que esta será tu primera salida después de mucho.

-¿De verdad, William?- Pregunté incrédula.

-Si, este es un baile importante donde se reúne toda la nobleza de Inglaterra, se lleva acabo cada año y he falto bastante, ahora quiero presentar a mi familia.

Nos quedamos platicando un tiempo más y después cada quien se retiró a sus aposentos. Emma había estado emocionada con la idea de que al fin pudiera salir y días antes de la fiesta salió de compras a la ciudad para traerme el vestido más hermoso según ella y equiparse con las nuevas tendencias en maquillaje. Por mi parte me encontraba bastante nerviosa y emocionada.

En estos dos años había aprendido de todo, tanto de cosas de humanos como cosas de nuestro mundo, por ejemplo el hecho que cada uno de mis hermanos incluyéndome teníamos ciertas "habilidades" por tener mucho más desarrollado el cerebro y eso me gustaba mucho, aun no sabía exactamente cuales habilidades tenía pues no había surgido la oportunidad de usarlas.

Estaba en mi habitación con Emma, ella estaba terminando mi peinado, esto me traía recuerdos de la primera vez que conocí a Emma era una situación igual a la de ahora, pero muchas cosas habían cambiado desde entonces, ya no era más una chica que no sabía del mundo que le esperaba ahora era una chica que estaba aprisionada en su propia casa pero había conocido el mundo a través de los libros tal vez no era lo mismo pero me daba la idea de cómo eran las cosas y no parecería una tonta ante los humanos que según Dimitri eso sería una deshonra para nosotros.

En lo que yo pensaba en cosas del pasado Emma había terminado el peinado y el maquillaje, me levante de la silla y empezó a ponerme el vestido este era de un azul fuerte con brillos color gris y arreglos en negro, según Emma el vestido hacia resaltar mi piel blanca y combinaba con el color de mis ojos por eso Emma había comprado ese vestido porque le recordaba a mi mirada.

Cuando baje al vestíbulo ya estaban mis hermanos abajo esperándome, ambos estaban de lo más guapos, William con su habitual traje café que combinaba con sus cabellos y Dimitri con su traje completamente negro haciéndolo ver demasiado serio y atractivo. Sonreí al verlos, daba gracias por tener a mis hermanos conmigo me cuidaban me protegían y me querían y para mí eso me era suficiente, les debía todo.

-Te ves hermosa, Luna.- Dijo Dimitri y era la primera vez que parecía sincero y no era sarcástico con sus comentarios habituales.

-Gracias, a ambos, e igual ustedes lucen muy guapos, seré la envidia hoy entre las mujeres.

-Créeme Luna los hombres serán quienes tenga envidia de nosotros hoy por tenerte a nuestro lado.-Comento William.

Ambos me tendieron el brazo y yo gustosa tome ambos. Salimos de la gran casa y di gracias a que la velada seria cerca de donde nosotros vivíamos así que el trayecto en la carrosa había sido relativamente rápido. Cuando bajamos me di cuenta que las personas lucían sus trajes mucho más costosos a los que había visto en mi primer baile. William me había explicado que eran las personas más poderosas de Inglaterra con una gran variedad de títulos además de médicos importantes, William estaba incluido en ambos así que era de los más respetados en la fiesta.

Como en la vez pasada en la entrada anunciaban a los invitados junto a sus acompañantes. Cuando fue nuestro turno, todos guardaron silencio e hicieron una reverencia, las miradas estaban sobre nosotros después. Había muchas chicas que se acercaban a Dimitri y el cortésmente las rechazaba con la excusa de que tenía que cuidar a su pequeña hermana mientras William conversaba con los demás nobles. Por esto recibí muchas miradas de odio pero también de curiosidad. Entre los hombres hablaban sobre mi persona, claro que podía escucharlos fuerte y claro.

-Eres el nuevo juguete de los nobles, esto será interesante, por cierto ¿cómo vas con el hambre?- Dimitri había sido el mismo sarcástico.

-Al parecer no soy el único juguete, entre las damas hablan de ti, sobre el hambre lo tengo controlado, fue buena idea beber algo antes de llegar aquí.

-Siempre hablan de mi porque soy el más hermoso de aquí.- Y era verdad, nadie de los hombres se podía comparar con Dimitri, pero vamos tiene la ventaja de ser un inmortal.

-Por favor, dejemos de lado tu ego.- Dimitri se hecho a reír por mi comentario.

-Debo de admitir que entre todas las damas tu eres la más hermosa y nadie te llega a los talones y no lo digo porque seas mi hermana.-Ese comentario me había tomado por sorpresa.

-Te lo agradezco Dimitri.

-Hermosa dama ¿me concede esta pieza?- Una voz interrumpió nuestra platica, me gire para ver quién era y obviamente era un desconocido para mí, sonreí algo incomoda y apenada sin saber que hacer.

Dimitri me tomo el brazo cuidando ser delicado, miro al chico que antes me había dirigido la palabra y con dureza le dedico una mirada.

-Según las tradiciones no puedes bailar con ella hasta que alguien de la familia la saque a bailar primero y como ves mi hermano está ocupado y yo no tengo ganas de bailar, así que ella no puede bailar contigo.- Había sido bastante duro con el chico y se veía que el miedo.

-Perdóneme el atrevimiento, no volverá a suceder.- Hizo una reverencia y se fue.

-Dimitri no debiste de ser tan duro con el pobre chico.- Lo reprendí.

-Lo siento Luna no sé qué me pasa, tengo que dejarte un rato sola ¿crees estar bien?.- Asentí sin entender que estaba ocurriendo.- Igual sabes donde se encuentra William por si necesitas algo, si pregunta por mi dile que volveré pronto.- Y sin dejarme dar una respuesta se fue.

Eso había estado demasiado raro, verlo comportándose de esa manera no era habitual en él y mucho menos dejarme sola. Todos o la mayoría de las personas estaban bailando, como no podría bailar decidí salir al patio trasero de la mansión, este estaba rodeado de rosales de diferentes colores, era muy bonito y pacífico, se podía ver bastante bien por la luz que llegaba de la luna llena.

Empecé a caminar, esto se sentía como un déjà vu.

-Mikaela...

Aquella voz, empecé a perseguir la voz que hace tanto había escuchado en mis sueños.

-Mikaela...

De nuevo, cada vez más cerca, sin darme cuenta estaba en el laberinto de rosales como en mi sueño. Al final del laberinto estaba la fuente y sentado de espaldas había un hombre, vestido totalmente de blanco y sus cabellos negros peinados hacia atrás.

-La manera en que te amo, no te deja sonreír desde el fondo de tu corazón, no pude protegerte, perdóname Mikaela.-Aquel hombre se estaba lamentado y alcanzaba a escuchar como sollozaba.



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⏰ Última actualización: Jul 24, 2020 ⏰

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