prólogo.

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20 de mazo de 2025.

La primavera había empezado, las ventiscas heladas aún se sentían, pero, aún así los árboles y plantas se veían renacer luego del tan frío invierno.

Cinco años habían pasado desde mi última visita a Seúl, la ciudad no había cambiado en nada sus hermosos paisajes y locales seguían iguales.

Una importante junta me había traído de nuevo a Seúl el proyecto que mi difunto padre que había planeado con todos sus fieles compañeros de trabajo era uno de los más exitosos de los últimos años y hoy todos los hijos de esos empresarios nos juntamos luego de cinco años para ver el futuro de esto.

Estaba en un gran auto de un color negro que me llevaba a un restaurante, pensé que sería más cómodo hacer una junta allí.

En todo el viaje la idea de volver a encontrarme con el se hizo presente, en las miles de juntas online nunca apareció, mensajes entre grupos tampoco, asta dudaba que aparezca hoy pero debía admitir que quería verle y saber como estaba, mi actitud cobarde de hace años no me dejaba dormir bien en las noches pensando en el daño que le habré hecho al irme sin avisar sentía la culpa y esa nunca se iría.

El auto estaciono al frente del lugar, estaba vacío, sólo se veían a los meseros acomodando el lugar, había reservado todo el restaurante para la reunión.

Me baje del vehículo y acomode mi vestimenta, un hermoso vestido color café y tacones algo altos fueron elegidos como un buen vestuario la noche anterior.

Entre al lugar, camine un poco asta la mesa que había reservado y ya se encontraba alguien sentado en ella.

- Señorita Song, un justo volver a verla. - un joven bastante apuesto se puso de pie y me saludo

- El gustó es mío joven Stanley. - una reverencia hice ante su presencia.

- Señor Stanley hace poco tiempo me he casado. - sonrió mirándome.

- Que bueno escuchar eso Señor Stanley. -

Ambos tomamos asiento en espera de los demás jóvenes que faltaban en llegar mientras hablábamos cosas de poca importancia.

- La hermosa Yuqi volvió a Seúl. - la voz masculina de mi amigo se escuchó.

- Jin. - me di la vuelta y al ver a mi alto amigo fue asta el para abrazarlo. - Tanto tiempo.

- Casi dos años sin vernos. - correspondió aquel abrazo con fuerza.

Junto a Jin nos encontramos en Estados Unidos cuando viajé asta allí por un año, en ese tiempo nos hicimos buenos amigos y nunca dejamos de hablar.

- ¿Qué tal todo?¿y nam? - me separe de el con una gran sonrisa en mi rostro. -

- Ahora está estacionando en unos minutos nos acompañara. - una sonrisa calida dejaron ver sus labios. - David, que bueno volverte a ver. -

- Lo mismo digo viejo amigo - el chico se levantó para saludar al más alto.

Al poco tiempo llegó Namjoon el esposo de Jin.

- Yuqi princesa - el joven me abrazo con fuerza.

- Nam. - correapondi a su abrazo con la misma fuerza.

- Ya deja a la niña que me la partiras en dos. - río jin mientras se sentaba.

Namjoon con una sonrisa me dejó y fue asta el lado de su esposo.

- Y cuéntanos Yuqi, ¿cómo va todo? - hablo el peliblanco.

Tomé asiento antes de poder contestar su pregunta. - Es algo difícil ahora sin mi padre pero creo que estoy manejando muy bien todo. -

- Demasiado bien tu empresa es una de las más exitosas de todo el proyecto. - David hablo con una sonrisa.

- Tú padre te enseñó muy bien. - la mirada de Jin junto con una sonrisa me aliviaron.

Asentí mirando a los dos chicos al frente de mi.

Pocos minutos bastaron para que comenzarán a llegar los demás empresarios aunque aún faltaba uno.

- Siempre Wong llegando tarde. - río el joven pelinegro.

- Calla Mark que luego de el tu siempre eres el que más tarda. - río el estadounidense a mi lado.

Se sintieron pasos en todo el lugar, me di la vuelta.

- Lucas, tanto tiempo. - hablo jin mirando al chico.

- Igual digo Kim. - una hermosa sonrisa se posó en sus labios.

- ¿Yuqi? - una voz femenina se escuchó y no era mía, detrás del cuerpo de el estaba mi vieja amiga Shuhua con un hermoso vestido rojo que resaltaba la perfecta figura que tenía y sostenía la mano de el.

- Cuantos años.. - la mire por unos segundos para luego darme la vuelta.

- Creo que falta un asiento. - su voz se escuchó y su vista recorría toda la mesa.

Miré las sillas alrededor de la mesa y efectivamente faltaba un asiento.

- Yuqi organizó todo y se me olvidó decir que te habías casado. - un chico castaño hablo.

Me levanté de donde estaba y le cedo mi asiento a la pelinegra. - No pensé que alguien más vendría. -  hice una leve reverencia ante ella.

- Tranquila mi cielo, yo tampoco te dije. - Jin se levantó y fue asta donde me encontraba, tomo mi hombros y me llevo asta el asiento al lado de Nam. - Pediré que pongan un asiento mas. - sonrió.

Y como dijo fue asta los meseros perdiendo que agregaran un asiento más, el cual ya estaba en la mesa en pocos minutos donde ya estaba sentado Jin.

- Bueno, hoy venimos a hablar de algo más. - el joven pelinegro me miro. - ¿Querés seguir con el proyecto, Yuqi?

Mi Momento De Brillar  | LuqiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora